“A la mayor brevedad”. Esta era la premisa bajo la que PSOE y Unidas Podemos acordaron reformar la conocida como Ley Mordaza en el acuerdo que dio lugar al gobierno de coalición. Tres años después de la firma de ese documento, la negociación está enquistada . El último movimiento se produjo el pasado martes 1 de febrero, cuando el voto favorable de Esquerra Republicana de Catalunya permitió que el texto actual fuese elevado a la Comisión de Interior.
ERC defendió su posición con el objetivo de dar un nuevo “margen a la negociación”, si bien votaron en contra de la actual propuesta. Al igual que EH Bildu, que, sin embargo, abogaba por alargar la ponencia de la reforma y así poder seguir negociando: “Al elevarla a la Comisión, se corre el riesgo de no llegar a un acuerdo, porque ahora el tiempo está tasado”, explica el diputado Jon Iñarritu en esta entrevista con lamarea.com.
Para la formación abertzale, los escollos siguen siendo los mismos que en los últimos meses: el artículo 36.6 sobre la desobediencia, el artículo 37.4 sobre faltas de respeto a la autoridad y la eliminación de las balas de goma y las devoluciones en caliente.
Este cambio en el voto por parte de ERC coincide con su acuerdo con el PSC sobre los presupuestos de Catalunya. ¿Cree que hay relación de causalidad?
En primer lugar, ERC no ha cambiado de voto, porque la decisión de cerrar la ponencia se ha tomado hoy [1 de febrero], no ha habido votaciones previas. Respecto a tu pregunta, si no estoy mal informado, ellos lo han desmentido y, como prueba de ello, han explicado que han votado en contra de las propuestas como nosotros. Sí que han creído que era mejor elevarlo a comisión y tendrán que ser ellos quienes lo expliquen exactamente.
PSOE y PNV han presentado en esta última reunión enmiendas transaccionales que modificaban los artículos 36.6 [desobediencia] y 37.4 [faltas de respeto a la autoridad]. ¿No son suficientes estos cambios?
Para nada. Llevamos un año debatiendo sobre estos puntos. El pasado año por estas fechas se paralizó la ponencia porque existía un choque. Hemos tenido más de 43 reuniones durante estos meses, muchas horas y negociaciones bilaterales, y se mantiene el choque. A lo largo de estos meses ha habido propuestas que creíamos que permitían objetivar los hechos que se recogen en estos artículos. Nosotros, que pedíamos derogar de raíz estos artículos, habíamos llegado a un punto intermedio: se mantienen, pero objetivando los motivos por los que un agente pueda sancionar a una persona por desobediencia o por falta de respeto a la autoridad.
Hoy en día vemos que las faltas de respeto a la autoridad se están aplicando a gente por llevar un pin, una camiseta , por una mirada o un tono de voz concreto. Para acabar con esa indefensión de la ciudadanía y de un abuso, pedíamos que se objetive. ¿Cómo se hace? No es fácil. Unidas Podemos, allá por el otoño, hizo una propuesta que venía a decir que únicamente los insultos y las injurias a un agente de la autoridad pudieran ser sancionables. Nosotros creemos que ahí podríamos llegar a un punto de acuerdo. El problema es que con el nivel de redacción que propone el PSOE, sigue la caja de Pandora abierta y se va a poder seguir aplicando el artículo de manera indiscriminada.
Lo mismo ocurre con el 36.6, que yo creo que es un punto en el que podemos tener un acercamiento mayor en las próximas fechas y por eso proponemos seguir discutiendo en ponencia. Desde Euskal Herria Bildu hemos propuesto rebajar la desobediencia a falta leve, esto es, llevarlo a los términos en los que estaba en la época de Zapatero. Si el PSOE proponía derogar la ley mordaza, qué mejor manera que hacerlo de esta forma. Nosotros pedimos que la desobediencia y la negativa a identificarse pasara a falta leve, y mantener la resistencia como grave siempre que hubiese un elemento de oposición corporal.
Hubo unas negociaciones en las que hay que reconocer que Unidas Podemos era favorable, pero el PSOE defendió que desde Interior decían que no. Y las propuestas que se han hecho no son para nada suficientes y, de salir un texto con esas redacciones, sería mantener una Ley Mordaza light . Hay gente que dice que el PSOE no va a aceptar más y hay que conformarse con eso. Nosotros decimos que no seremos cómplices de mantener una Ley Mordaza bis.
Es cierto que en otros aspectos, de menor importancia, se han hecho avances, pero en los artículos que son la parte nuclear no quieren tocarlo. ¿Les gusta esa propuesta del PP? Tantas promesas de derogación, y ahora nada. ¿Es la presión temporal, el elemento ultra dentro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el Ministerio de Interior?
Ha dicho que existen voces que reconocen que el PSOE no va a ir más allá y habría que conformarse con lo que hay ahora, ¿se refiere a Unidas Podemos?
Yo, en primer lugar, quiero reconocer el trabajo que ha hecho Unidas Podemos durante estos meses, que siempre ha hecho propuestas con un nivel de suficiencia y objetivación que ahora no se mantienen. Pero hay voces interesantes como las del portavoz, Pablo Echenique, que decía que había que abordar los asuntos principales que están bloqueados y que el PSOE no quiere.
Reconozco las propuestas y el gran trabajo de Unidas Podemos pero no compartimos el análisis que se hace desde el grupo negociador. Si Unidas Podemos fuese la principal fuerza del Gobierno, no tendríamos las dificultades que estamos teniendo, porque el obstáculo principal es el PSOE. Veremos qué ocurre en las próximas fechas, pero si no ocurre un milagro y hay un cambio de voluntad política, pinta mal.
Una de las propuestas de Unidas Podemos para tratar de desbloquear la reforma es que el asunto de las balas de goma salga fuera de esta ley. También se ha hablado de trasladar las devoluciones en caliente hacia la ley de extranjería. ¿Son estas posibilidades aceptables para EH Bildu?
Sí, si hubiera voluntad política. Lo importante no es dónde. ¿Qué ocurre? Que llevamos meses y meses hablando de estas opciones, pero el PSOE no quiere. La semana pasada, este fue el debate nuclear de la reunión de negociación, pero el PSOE no quiere sustituir las balas de caucho por otro material menos lesivo o más moderno. Hasta la fecha, es mentira que el PSOE quiera permitir que este tema se regule fuera de la ley. Estamos hablando de munición que puede ser mortal, peligrosa, poco precisa y sin ningún tipo de trazabilidad. En Euskal Herría, en Catalunya y en otros Estados europeos se utiliza otro material que, sin ser la panacea, es menos peligroso, tiene mayor trazabilidad y hay mayor control sobre el mismo. No tiene sentido seguir utilizando un material antidisturbios que nos recuerda a los grises en el franquismo y que el señor Marlaska y su ministerio no se quieren privar de él.
El diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, en el Congreso de los Diputados. DANI D.
¿Qué papel juegan los sindicatos policiales en esta negativa del PSOE a realizar dichos cambios?
Mucho. Yo creo que ya se puede ser sincero. Es un elemento que ha estado encima de la mesa desde el inicio y el PSOE ha reconocido que le preocupa mucho que un gran porcentaje de la representación sindical de la policía sea de carácter ultra. Lo que está ocurriendo es que incluso sindicatos corporativos están manteniendo posiciones cada vez más ultras por temor a perder afiliados. El hecho de que en junio haya elecciones sindicales en Policía Nacional pesa más que las elecciones autonómicas y municipales de mayo.
Hoy comienza la Reunión de Alto Nivel entre el gobierno español y el marroquí. ¿Cuál cree que es la influencia de Marruecos en el asunto de las devoluciones en caliente?
Este tema se quiere posponer a una regulación posterior cuando tenemos cerca de 500 devoluciones en el hecho más trágico que ha ocurrido en una frontera europea en las últimas décadas, con la muerte de al menos 23 personas y 77 desaparecidas. No se puede mirar para otro lado y decir que esto se abordará en otro momento. Tanto el Defensor del Pueblo como la Comisaria de Derechos Humanos de la Unión Europea han señalado que no se respeta la legislación ni española ni internacional.
Es obvio que Marruecos es un Estado que tiene la capacidad de nombrar y quitar ministros en el Estado español, o si no que se lo pregunten a la señora Arancha González Laya. Es cierto que tienen la capacidad de influir en la política exterior del PSOE y lo hemos visto en el Parlamento Europeo . Pero de igual forma, siendo el principal sospechoso de la intervención de teléfonos móviles a ministros del Gobierno, vemos que el Gobierno ni se inmuta, como hace con la persecución a un periodista como Ignacio Cembrero.
Pero vamos más allá. Marruecos no solo es que actúe como gendarme del sur en la frontera y no respete los derechos humanos de las personas migrantes, es que tiene la capacidad de entrar en territorio español, producir directa o indirectamente una masacre y que en España no se quiera investigar por no molestarles.
Yo entiendo las buenas relaciones, porque es lo principal en el derecho internacional. Pero no se puede vender al pueblo saharaui y mirar para otro lado ante actuaciones salvajes de fuerzas policiales incluso en territorio español. Ese no puede ser el precio a pagar.
Si finalmente no se reforma la Ley Mordaza, ¿Bildu retirará su apoyo al Gobierno en otros aspectos?
No. Yo creo que nosotros siempre hemos dejado claro que ley a ley, propuesta a propuesta, presupuesto a presupuesto, analizaremos cada medida, y que cuando consideremos que son favorables en términos sociales y democráticos, nuestro voto estará ahí. Ahora bien, cuando consideremos que no se llega al mínimo de suficiencia, en este caso en una ley liberticida y represora, que no cuenten con nosotros. Lo mismo sucedió con la reforma laboral y votamos en contra, porque nuestro compromiso con el Gobierno era más garantista y más amplio. Y como no se llegó a ello, votamos que no. Y había partidos que decían que era mejor eso que nada. ¿Tenía partes buenas? Claro, pero no se estaba respetando el compromiso que se tenía con nosotros.
No vamos a aceptar el mal menor cuando este lleva implícito el problema principal de estos siete años, que son las sanciones discrecionales a miles de personas por dirigirse a un agente o simplemente llevar una camiseta o un pin.
El Gobierno ya da por cumplido el acuerdo para que el salario mínimo alcanzase el 60% del salario medio . Una vez concluido, la otra gran promesa electoral, además de la reforma de la ley mordaza, es la aprobación de la Ley de Vivienda. ¿El acuerdo está cerca?
La Ley de Vivienda es un tema que lleva nuestro portavoz adjunto Oskar Matute, pero es evidente que hay otra sintonía, otro tono, otro nivel de negociación. Quizá sea un poco osado, pero me extrañaría que no se llegase a un acuerdo. No hay ley fácil, pero el tema de la reforma de la Ley Mordaza es de otro nivel. En la Ley de Vivienda es diferente, hay debates concretos sobre determinados asuntos en los cuales se llegará a unos acuerdos que pueden ser más o menos suficientes, pero hay otra sintonía.
Para terminar, hace unos días hemos conocido gracias a La Directa la infiltración de un policía en movimientos sociales de Catalunya . ¿Qué le parece?
Sin ser algo nuevo, es tremendamente grave. Estamos hablando de la actuación de policía política en un estado de la Unión Europea con el objeto de criminalizar la movilización ciudadana. Este chico estaba infiltrado en movimientos antirrepresivos, a favor de la okupación o contra los desahucios… Todo movimiento social organizado pacífico. Pacífico.
No es el primer caso y ya hemos conocido casos de infiltración en organizaciones políticas pacíficas, y el Gobierno tiene un problema porque está actuando como lo haría un gobierno de una tiranía. El ministro del Interior tiene que dar explicaciones más pronto que tarde, porque nada tiene que ver infiltrarse en una célula yihadista que infiltrarse en organizaciones pacíficas, más si tenemos en cuenta algunos detalles sobre las relaciones sexoafectivas de esta persona.