Este miércoles, 26 de junio de 2024, Julian Assange ha aterrizado en Canberra (Australia) como una persona libre. Antes, se había declarado culpable en el Tribunal de las Islas Marianas (en territorio estadounidense) de violar la Ley de Espionaje de los Estados Unidos. El fundador de WikiLeaks sólo ha aceptado uno de los 18 cargos a los que se enfrentaba, y por los que se exponía a 175 años de cárcel.
La pena que se le impondrá será de 62 meses, equivalentes a los que ya ha pasado en la cárcel. En total, Assange ha estado siete años refugiado en la embajada de Ecuador en Londres y más de cinco en la prisión de máxima seguridad de Bermarsh, también en la capital británica.
Pero ya es libre. Esa es la noticia. Sin embargo, resulta inevitable pensar en el futuro cercano y comenzar a analizar las posibles repercusiones que todo este proceso pueda tener en el ejercicio del periodismo. Puesto que, al fin y al cabo, Assange ha tenido que declararse culpable.
“Podemos ver que proliferan este tipo de ataques a la prensa”
En conversación con La Marea, Alfonso Bauluz, presidente de Reporteros Sin Fronteras – España (RSF), afirma que lo sucedido tiene dos interpretaciones. Por un lado, que “Estados Unidos considere que puede seguir incriminando extraterritorialmente a periodistas por filtraciones”. Por otro, que “cualquier dictadorzuelo invoque este precedente para decir que un periodista ha atentado contra la seguridad del Estado, es un espía, etcétera”. Obviamente, agrega, “al dictador le importa muy poco, será para darle una pátina de credibilidad a otro atropello al trabajo independiente de un periodista”.
Bauluz asevera que, “lamentablemente, el precedente está ahí y no va a desaparecer”. Por desgracia, comenta, “es posible que veamos cómo proliferan este tipo de ataques a la prensa independiente. Y, sobre todo, a la que denuncia crímenes de guerra, atropellos contra los derechos humanos o corrupción política”.
También ven lo sucedido con una mezcla de alegría e inquietud en el Comité para la Protección de los Periodistas (Committee to Protect Journalists). Desde este, manifiestan que “la persecución de Julian Assange por parte de Estados Unidos ha sentado un precedente legal dañino, al abrir el camino para que los periodistas sean juzgados bajo la Ley de Espionaje, si reciben material clasificado de denunciantes. Este nunca debería haber sido el caso”.
Incluso Irene Khan, relatora de la ONU para la libertad de opinión y expresión se ha pronunciado a través de X: “Es una gran noticia es que Assange sea liberado tras un acuerdo de culpabilidad, pero no es una buena noticia que Estados Unidos no haya retirado los cargos de actos de espionaje. Esto sigue siendo una amenaza para la libertad de los medios”.
“Las implicaciones para la libertad de prensa aún están por verse”
En una entrevista concedida a Democracy Now, Trevor Timm, director ejecutivo de Freedom of the Press Foundation (Fundación para la Libertad de Prensa), asegura que se ha extendido una idea errónea con Julian Assange, “que fue asegurar que, como había sido acusado bajo la Ley de Espionaje, se le acusaba de espionaje”. Eso no es así, matiza, “porque lo que dice esta Ley es que no se pueden recibir, obtener ni publicar secretos gubernamentales. Pero eso es lo que hacen continuamente los periodistas de este país cuando cubren seguridad nacional o política”.
Para Timm, afortunadamente se ha evitado el peor escenario, “el de la condena del tribunal, que habría sentado un precedente judicial, y habría obligado a otros jueces en el futuro a actuar igual con otros periodistas”.
A pesar del discurrir de los hechos, el director ejecutivo se muestra “preocupado por la declaración de culpabilidad. Porque, aunque no haya un precedente legal, sí podría haberlo práctico, en el sentido de que los fiscales federales se sientan envalentonados ahora que saben que han obtenido una declaración de culpabilidad de un editor”. Por eso, enfatiza Timm, “las implicaciones para la libertad de prensa están por verse y vamos a tener que vigilarlas”.
“Biden necesitaba una victoria simbólica”
El director de Freedom of the Press Foundation califica como de “vergonzoso” que Biden haya mantenido este caso durante tantos años, y más después de reiterar que “el periodismo no es un delito y que respeta la libertad de prensa”.
En su opinión, la Administración estadounidense una “victoria simbólica, que podría pender sobre las cabezas de los periodistas de seguridad nacional durante muchos años”. Timm deja claro que, en ningún momento, culpa a Assange por aceptar el acuerdo, “pero sí a la Administración Obama y a la Administración Biden”.
A este respecto, Bauluz subraya que la Administración Obama fue “la que más casos criminales y persecuciones penales hizo contra filtradores de información a periodistas”.
La máquina del fango
Sobre si este precedente podría llegar a tener algún efecto en España o en el conjunto de Europa, el presidente de RSF recuerda que, “durante la discusión legislativa en el Parlamento Europeo, por iniciativa de Macron, se trató de invocar la seguridad del Estado para usar sistemas de espionaje como Pegasus. Y se tumbó la propuesta, entre otras cosas, por la movilización de las organizaciones defensoras de la libertad de prensa”.
Así que “trataremos de impedir que eso ocurra, pero la semana pasada en París detuvieron a una periodista para chequear todos sus artefactos digitales, porque ponía en solfa la labor de los servicios de espionaje. Los excesos van a seguir existiendo, con o sin precedentes”, sostiene.
La liberación de Julian Assange llega en pleno debate en España sobre la denominada “máquina del fango”. Es un “terreno resbaladizo”, comenta Bauluz. “La animosidad o los intereses son difícilmente medibles, aunque se puedan percibir con claridad. ¿Quién esparce bulos? Para nosotros, quienes trabajan sin rigor ni ética. Pero no tenemos un medidor de rigor y ética. Lo que proponemos es certificar los medios con indicadores como la trazabilidad de las fuentes o la rectificación”, resalta.
Desde RSF apoyan la transposición al ordenamiento jurídico español de la ley de prensa europea. Y exigen que “las campañas institucionales no se hagan caprichosamente, en función de la lejanía o cercanía al gobernante de turno. También que haya manera de atacar, no de defenderse, sino de atacar a quien usa las demandas abusivas, me da igual que sea el Reino de Marruecos, Iberdrola o un grupo político”.
Concentración por la liberación de Pablo González
Alrededor de medio centenar de periodistas, según la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), se han concentrado este miércoles ante la puerta del Consulado de Polonia en Madrid por la liberación del periodista Pablo González, «detenido en prisión preventiva en ese país desde febrero de 2022 sin acusación judicial, y para reclamar un juicio con garantías y su extradición inmediata».
Ha habido representación de la FAPE, CCOO, la Federación de Sindicatos de Periodistas (FESP), la Agrupación de Periodistas de UGT, la Red de Colegios Profesionales de Periodistas, la Asociación y el Colegio de Periodistas Vascos, Euskal Sindikatua ELA Periodistas, la Federación Internacional de Periodistas (FIP), la Federación Europea de Periodistas (FEP) y Reporteros Sin Fronteras.
Los asistentes han escuchado el manifiesto elaborado para la ocasión, que ha leído el responsable de los temas internacionales y vocal de la Directiva de la FAPE, Luis Menéndez. Un manifiesto que, posteriormente, los organizadores han depositado, en español y polaco, en el buzón del Consulado, tras no haber sido recibidos para entregarlo en mano, pese a solicitarlo.