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Sabanés: “El modelo de gestión de la limpieza de Madrid no ha funcionado”
La concejal de Medio Ambiente exigirá a las empresas privadas más implicación en la limpieza de las calles de Madrid. La lucha contra la contaminación es otro de los objetivos que se marca la portavoz de Equo para su concejalía
MADRID // Inés Sabanés es la nueva concejala de Medio Ambiente y Movilidad en el Ayuntamiento de Madrid. En un despacho del sexto piso del edificio del consistorio recibe a La Marea con un abanico en su mano izquierda para combatir los calores de la ciudad. En la conversación duda con algunas respuestas, busca la palabra exacta y el término adecuado. No quiere crear polémicas que le aparten de lo importante: la gestión municipal. Pese a que no avanza los planes de choque para acabar con la contaminación en la ciudad, sí expresa su deseo de reunirse con las empresas privadas que gestionan los servicios públicos que dependen de su área, como el de la limpieza. Pronto tendrá que tomar nuevas decisiones: en pocos meses, por ejemplo, deberá decidir qué hacer con el contrato de basuras que está a punto de vencer. A Inés Sabanés trabajo no le va a faltar.
Este martes Ecologistas en Acción presentó su informe sobre calidad del aire, en el que Madrid queda muy mal parada.
Sí, hay mucho por hacer. Lo primero trabajar sobre un plan de calidad de aire en el que seamos capaces de fijar objetivos a corto plazo que tienen mucho que ver con el tráfico, con una información continua y con mucha transparencia. Para que la gente tenga la absoluta convicción de que hemos de tomar medidas es importante que se conozcan los datos y que vean lo que supone para la ciudad y para su salud.
En 2008, según una encuesta municipal, la contaminación era la octava preocupación de los madrileños y ahora es la segunda. ¿Esto le da más fuerzas para tomar según qué medidas?
Hay una ola a favor, hay un mandato de Europa y está la voluntad de mucha gente que ha estado trabajando aquí técnicamente. Quizás será necesario asumir la responsabilidad política de tomar ciertas medidas.
Pero hablando de cosas concretas, ¿se plantea cerrar el tráfico al centro?
Hay zonas ya cerradas al tráfico en el centro. Creo que es necesario avanzar en las áreas de prioridad peatonal y en las restricciones al tráfico. Además, es importante que cuando haya un protocolo de picos de contaminación se active de manera inmediata. Y tenemos que hacer que participe la gente en las decisiones.
La gestión del agua depende de su consejería, ¿puede asegurar que no se privatizará el Canal Isabel II?
En cuanto esté configurado el Gobierno de la Comunidad de Madrid, tendremos que abordar una serie de temas comunes porque hubo un acuerdo entre el Canal y los Ayuntamientos para esa gestión.
Otro de los problemas que más preocupa a los madrileños es la falta de limpieza en la ciudad. ¿Cómo se soluciona?
Hay unos contratos integrales que estamos evaluando, porque más allá de la pelea de los modelos de gestión, es importante saber que el resultado es que los niveles de limpieza de la ciudad no son los adecuados. Ésta no es sólo una batalla técnico-jurídica sobre cómo es el contrato y el nivel de cumplimiento o las penalizaciones. Más allá de esto, la simple observación de la realidad dice que es una ciudad donde el sistema y el modelo de gestión no ha funcionado.
¿Y eso las empresas lo saben? ¿Se ha dirigido a ellas?
Yo me voy a dirigir en breve a ellas, supongo que hay una relación fluida y se ha hablado antes por parte del Ayuntamiento. Pero la realidad es tozuda, la realidad es que las empresas dijeron que podrían hacer esto por mucho menos dinero y ahora quejarse es un poco absurdo. Además se despidió a una parte importante de los trabajadores. Hay que hablarlo, hay que abrir un diálogo exigente con las empresas para evaluar el trabajo de la limpieza de la ciudad.
¿Qué otros servicios tiene privatizados su área?
La mayoría. Tiene los contratos integrales de infraestructuras, movilidad, jardines y de limpieza.
¿Y eso no hipoteca su gestión?
Sí, claro. Yo creo que hay que ser exigente y hablar con firmeza con las empresas. Mi obligación es defender los intereses de la ciudad y que los servicios funcionen. Yo estoy aquí para defender al máximo los intereses de la gente. Hay que hacer un análisis claro de esos servicios, una evaluación de lo que cuestan. Mi idea es que a través de un grupo de profesionales hagamos un análisis sobre las fortalezas y debilidades de los modelos de gestión, pero con números.
Si con esa metodología descubre que hay modelos de gestión más eficientes, ¿cómo puede mantener los contratos con empresas externalizadas? ¿Se han planteado hacer un rescate?
Yo ahora me quedo con que hay que exigir al límite los contratos. Tengo la convicción de que tenemos que corregir estos contratos en beneficio de la ciudadanía para que la situación mejore. Hay muchas ciudades que se están planteando que remunicipalizar servicios es una opción barata y eficiente…
O sea, ¿no lo descarta?
Siempre con números. Cualquier opción estratégica de cambio de modelo de gestión tiene que tener en cuenta otros factores como los trabajadores o la ciudadanía.
¿No ha recibido la llamada de ningún dirigente de estas empresas?
Todavía no. Pienso reunirme formalmente con ellos. Yo creo que cada cual en una ciudad juega su espacio y yo, como Ayuntamiento, tengo que garantizar el bien común para la ciudad y para los trabajadores. A partir de ahí, posiblemente haya diálogo y haya relación e interlocución, pero cada cual debe ponerse en su sitio.
¿No tiene miedo a enfrentarse con las empresas concesionarias?
No está escrito en ningún sitio que esta fórmula que se está siguiendo sea la mejor. El modelo de relación con las empresas está demasiado condicionado, yo no descarto que haya unos niveles mayores de corresponsabilidad de las empresas con la ciudad.