La Diada, reflejo de un cansancio acumulado
En 1976, «el catalanismo aglutinaba a nacionalistas y no nacionalistas, y lo hacía desde una base sindicalista y de izquierdas. La gran diferencia entre aquella generación y la de hoy es que aquella pudo reivindicar algo extremadamente raro en la cultura y la idiosincrasia catalana: una victoria», escribe Guillem Pujol.