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Publicidad que insulta a tu inteligencia

El autor recoge cinco ejemplos tomados al azar de campañas publicitarias actuales que, en su opinión, insultan a la inteligencia de las personas

Seguro que le suena a usted, astuto lector, el eslogan que reza: “No tenemos sueños baratos”. Los creadores de esa campaña para un conocido sorteo de lotería con reminiscencias cavernícolas (La Primitiva) han decidido que ni usted ni yo soñamos con la paz mundial, con donar dinero para proyectos benéficos o simplemente para montar un negocio e intentar realizar una vocación. ¡No! Los creativos publicitarios de esa campaña piensan que usted y yo queremos lo típico: un yate, una motaza, un isla, un jet privado. Oiga, que yo quiero una vida sencilla y sosegada. Pasear al perro, quizá tener un pequeño huerto y poder disfrutar de un rato al día para leer… Pues no: tengo que desear una mansión con helipuerto. A los que han diseñado esta campaña les da igual que la desigualdad sea el gran reto del siglo XXI. Un dato que reconoce incluso el Foro de Davos. Pamplinas: usted quiere lo que todo el mundo: mansión, yate, isla, jet privado. Y a callar.

Pero no queda ahí la cosa. Una gran compañía energética española (Endesa) desearía poder ofrecernos «inviernos tropicales», pero como no puede, nos vende calderas. Lo de los «inviernos tropicales» lo dicen sin empacho en su campaña publicitaria. Da igual que el calentamiento global y que sus consecuencias desastrosas (hambre, muerte, devastación…) sean una de las principales amenazas del futuro inmediato. Los creativos publicitarios de esa gran compañía energética española desearían que tuviéramos inviernos tropicales y punto. Al menos son sinceros: el cambio climático se la trae floja.

Y todavía hay más. Otra gran compañía, esta de fabricación de coches (Volkswagen), nos asegura que si nos compramos su último modelo de gama media se nos quedará mirando el tipo que va en el coche de atrás. Y la chica que va a cruzar el paso de cebra. Y todo el mundo. ¿Imagina usted, paciente lector, que sale a la calle y se le queda mirando TODO el mundo? ¿Le parece una sensación agradable? ¿O más bien le parece una PESADILLA que los creativos de la agencia de publicidad contratados por esa afamada marca de coches no han sabido ver? No importa, porque usted puede pisar a fondo el acelerador de su coche modelo XXXX y “dejar a todos atrás”. O sea: huir despavorido. Qué gran anuncio: compre nuestro coche, conviértase en un enfermo mental aquejado de manía persecutoria y pise a fondo el pedal.

Pero sigamos: una renombrada bodega de Ribera del Duero (Protos) nos advierte: “No todos somos iguales”. A tomar viento las leyes, los Derechos Humanos. No tenemos ni idea. Porque, tal y como nos recuerda esta bodega, tu actitud, lector querido, es “ser primero”. Y fíjate que yo creía que el vino es compartir y que cualquier persona decente que abre una botella de vino lo primero que hace es… servirse el último. Pero no, usted, bebedor ocasional de vino blanco, es un troncha-cuellos y pisa-cabezas. Así es como lo ven los genios del márketing contratados por esa bodega.

Así que resumiendo, estos días la publicidad nos propone un mundo de inviernos tropicales en el que hordas cada vez más pobres y hambrientas nos persiguen atraídas por nuestro coche mientras vivimos pisando cabezas para ser los primeros y poder encerrarnos en nuestro yate (el yate nos va a venir muy bien con la crecida del nivel del mar causada por el cambio climático). Cómo mola el mundo que nos propone la publicidad. La verdad, dan ganas de seguir comprando desaforadamente.

Y no hablemos ya de las campañas con mensajes sexistas, que eso daría –como mínimo- para un artículo semanal (la última que he visto es de una exitosa franquicia de bares -Lizarrán- que nos aconseja, a los hombres, que nunca dejemos ‘una rubia sola en la barra’).

Éstos son sólo cinco ejemplos tomados al azar de campañas publicitarias actuales que, en mi opinión, insultan a la inteligencia de las personas. No sé muy bien si las marcas que las contratan son conscientes del momento en que vivimos y de los valores a los que aspiran cada vez más y más personas en la sociedad. Si algo nos ha enseñado la crisis es el valor de hacer cosas en común, de colaborar y compartir antes que de competir y acaparar; el valor de conservar los recursos naturales, de ir abandonando el modelo basado en los combustibles fósiles y en el consumismo.

En fin. En 2011 el grupo de publicidad y comunicación Havas Media ya advirtió de que a la mayoría de los consumidores nos daría igual que desaparecieran el 70% de las marcas. Vista la estupidez y el descerebramiento de los mensajes que muchas de esas marcas trasmiten, ese porcentaje me parece bajo.

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Comentarios
  1. Deberían quitar los anuncios de tónicos capilares venas varices y demás enfermedades es repugnantes quisiera que los eliminen esto además de ser desagradable insulta la inteligencia de la gente y no permite que veamos las páginas con tranquilidad.

  2. hace unos meses inicié una colección titulada ANUNCIOS OBSCENOS, en la cual incluía anuncios que consideraba atentaban contra la inteligencia y la sensibilidad de sus espectadores, como mínimo contra la mía. En él incluí este anuncio de la loteria objeto de comentario en este magnífico artículo.

  3. Si no te identificas con el anuncio muy probablemente no seas parte del target. Lo cual no significa que no funcione o que sea más o menos irresponsable

  4. Queda también el de Cocacola,que lleva cancerígenos declarados como el aspartamo y el glutamato (en España permitidos por paletos y corruptos) y los 8 gr. de hierro de Kellogs, que es hierro de la chatarra molido y no asimilable por el cuerpo humano, pues provoca cáncer hepático y/o cirrosis.Luego te dirán que es por beber tinto cosechero. Pero nada que ver con el hierro de las lentejas o las espinacas.

  5. Falta uno: el de Nescafe! en el que se celebra como si del gordo de la lotería se tratara, que el joven hijo de la familia feliz ha encontrado trabajo!!! Que seguro que es precario, a tiempo parcial y no le saca de la miseria, pero no importa. Este anuncio contribuye a normalizar una situación precaria de desempleo y es una vergüenza total.

  6. DONDE NO HAY PUBLICIDAD RESPLANDECE LA VERDAD. La publicidad es un eufemismo de la propaganda y esta perversidad cotidiana está basada en el engaño y la manipulación. Un mundo sin publicidad sería mejor y más humano.
    La publicidad es retrógrada. Propaga ideologías nefastas: sexismo, etnocentrismo, culto a la imagen y a la apariencia, competitividad, etc… Fomenta la envidia, la vanidad, la ostentación, la frivolidad, el exclusivismo y el clasismo.
    La publicidad es peligrosa. Promueve siempre un consumo arbitrario y compulsivo de todo tipo de cosas, predisponiendo a querer tener lo que se ve bonito y no lo que realmente se necesita. Ello ha desembocado en la civilización del despilfarro y con ello una superproducción que se convierte en un serio peligro para el planeta. Genera violencia por agravio comparativo entre las clases sociales; produce frustración entre los que tienen poca o nula capacidad adquisitiva. Al final afecta a cualquiera pues siempre habrá productos que resulten inalcanzables. Supone un peligro para la información, por la amenaza subyacente de retirar la publicidad de la que dependen los medios informativos. La publicidad infantil resulta perversa al crearles falsas necesidades y usándoles como gancho para los acceder al consumo de los mayores.
    La publicidad es inútil; los anunciantes intentan matar moscas a cañonazos: de cada mil personas, 999 piensan que le interesa un pimiento lo que le están contando. No es necesaria a la economía; es una actividad parasitaria: la publicidad aumenta mucho más deprisa que el crecimiento real de la producción.
    La publicidad es fea. Suele tener una estética deplorable; el recurso a la cursilería en actitudes y argumentos, con un esteticismo cargante y ostentoso, lleno de difuminados, brillos y coloridos, cámara lenta…
    La publicidad es costosa. Incrementa el precio de los productos: si no hubiera publicidad los productos serian más baratos y mejores. Lo que las empresas gastan en publicidad lo compensan ahorrando en salarios y condiciones sociales indecentes, despidos, disminución de la seguridad, etc…
    La publicidad es antidemocrática, pues no es una forma de comunicación porque el envío del mensaje se hace en un sentido único. En cierta forma la publicidad es la forma como se comunica la clase dominante con las masas. http://madrid15m.org/numero-25/ página 23

    • Mejor tu comentario que el articulo.

      En cuanto a la publicidad dirigida a los menores hace tiempo que creo que deberia estar prohibida, puesto que son una forma de manipulacion a unas personas, que legalmente y por consenso social, no son suficientemente maduras para decidir por ellas mismas lo que mas le conviene, por lo que se convierten en un blanco facil para la publicidad.

    • Estoy de acuerdo, aunque quiero destacar que el gran logro de la publicidad es que hace creer a la gente que son mas listos, todo el mundo dice «a mi no me afecta, no soy de esas personas» pero la cuestión es que funciona para todxs.

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