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Poner un poco de luz, réplica a la carta de agradecimiento de Antonio Gutiérrez a Martín Villa
“Me duele profundamente que un exdirigente sindical muestre un apoyo tan rotundo a un personaje con tantas dobleces como Martín Villa”.
La carta de agradecimiento que ha hecho pública Antonio Gutiérrez, exsecretario general del sindicato Comisiones Obreras, en defensa de Rodolfo Martin Villa creo que merece algunas reflexiones.
No es intención de este escrito abordar las responsabilidades del exministro de Gobernación en 1976. Ni de su paso por el sindicato vertical o las responsabilidades que tuvo en la universidad franquista. Lo que me sorprende, inquieta e indigna es el protagonismo inmerecido que ha adquirido Antonio Gutiérrez con su escrito ‘Ahora sí que doy las gracias a Martín Villa‘. De forma categórica asevera que el exministro es un “falso culpable” y que se hace una “tergiversación de su trayectoria”. Todo un alegato que se convierte en una defensa cerrada que le exime de responsabilidad de algunos hechos ocurridos durante su mandato.
El pasado domingo, 6 de septiembre, el escritor Juan José Millás, en la Cadena Ser, recordaba cómo en una entrevista con Martín Villa, éste aseguro que llamó a la comisaría para evitar que Santiago Carrillo fuera torturado durante su detención en 1976. Repreguntaba Millás por qué seguían las torturas y el exministro respondió con un lacónico “así son las cosas”. Así reconocía implícitamente esa práctica deleznable en las comisarías españolas.
Me causa sorpresa y, al mismo tiempo, me pregunto por qué Gutiérrez fue protegido por el manto benéfico de Martin Villa durante su detención en 1976. Así, mientras Gutiérrez sólo recibía “metafóricas chuletas de Monbuey”, es decir, “hostias como panes” en lenguaje popular, otros compañeros sindicalistas eran torturados en la Dirección General de Seguridad y en cuartelillos de la Guardia Civil.
Me pregunto también por qué no hizo público su agradecimiento en aquella época y lo hace ahora en el contexto de la causa judicial de la querella argentina que dirige la jueza Servini. Ahí se intenta dilucidar, entre otras cosas, las presuntas responsabilidades políticas derivadas de las muertes por balas de cinco trabajadores tras su salida de una asamblea pacífica en una iglesia de Vitoria. Hay que recordar que, en España, no se ha podido encausar nunca a conocidos torturadores y a sus responsables políticos.
Antonio Gutiérrez no ha escrito, que yo sepa, ninguna carta pública mostrando su solidaridad con los muertos y desaparecidos durante el franquismo, que todavía permanecen en las cunetas. Tampoco entiendo que no haya mostrado su solidaridad con los represaliados por el régimen franquista o por el tardofranquismo.
Inquieta esta actitud en una persona relevante en la sociedad española porque, como Gutiérrez reconoce, nuestra historia más reciente sigue sin impartirse en las escuelas españolas. Me duele profundamente que un exdirigente sindical muestre un apoyo tan rotundo a un personaje con tantas dobleces como Martín Villa. Una posición que puede provocar confusión en la sociedad. Durante la ‘Santa Transición’, en paralelo a una exitosa operación de recuperación de la democracia, hubo gente torturada en comisarías y cárceles, y se produjeron asesinatos que siguen impunes. Una figura relevante de la izquierda de este país como Antonio Gutiérrez tiene una clara responsabilidad moral con las víctimas y sus familias.
Es posible que Antonio Gutiérrez esté agradecido por los favores recibidos después de la Transición y de su paso por CC. OO. y el Congreso, con una sinecura en la antigua Caja Madrid. Son las condenadas ‘puertas giratorias’ que parecen haber anulado parte de su dignidad y de su memoria.
Es mi sincero lamento como sindicalista y como preso político durante la Transición.
Como decía el emperador Marco Aurelio en sus Meditaciones: ” A menudo se es injusto por omisión, y no sólo por acción”.
Directo, sencillo, y con una exposición de los hechos que no todos conocíamos.
Leyendo artículos como este agradece uno a) que exista esta prensa b) ser socio y por tanto aportar mi granito de arena c) que haya gente capaz de hacernos sentirnos mejor informados, de manera tan sucinta.
En cambio, mi recelo hacia esta democracia, y sobre todo respecto a la transición, vuelve a aumentar. Fue, cada vez lo tengo más claro, una bajada de pantalones de la izquierda. Porque la CIA no quería que España fuese un país conflictivo para ellos, y manejó todos los hilos posibles, como si de un vulgar parlamento murciano se tratara.
Cada vez entiendo menos el mundo… o quizás es al contrario, cada vez el mundo refleja lo que verdaderamente es. Una persona con una trayectoria de lucha social ¿qué motivos puede tener para defender precisamente a un violador de los derechos sociales? Como decía Shakespeare «algo huele a podrido en Dinamarca».
«RODOLFO MARTÍN VILLA FUE EL «FONTANERO» ENCARGADO DE LAS CLOACAS DE LA TRANSICIÓN».
Fué un personaje clave de la Transición y su trabajo lo convirtió en «el hombre que sabía demasiado». De ahí los apoyos que ha recibido.
«Martín Villa fue tan importante en la Transición, que si yo tuviera que dar el nombre de un solo franquista como su «autor» daría el suyo. (Rafael Gómez Parra)
Martín Villa, «La porra salvaje de la Transición»
https://canarias-semanal.org/art/28551/rodolfo-martin-villa-fue-el-fontanero-encargado-de-las-cloacas-de-la-transision
Gracias Luís por no estar callado, por hablar y con mucha razón.
Así son los “robustos” pilares de la “democracia” española
https://insurgente.org/asi-son-los-robustos-pilares-de-la-democracia-espanola/