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La UE autoriza a Exxon a seguir haciendo lobby pese a ser investigada por negar el cambio climático
La petición de retirar el acceso a Exxon había sido propuesta por los Verdes Europeos, tras la negativa de la empresa a personarse en una vista celebrada el 21 de marzo en Estrasburgo, en la que se investigaba si la petrolera había divulgado informaciones engañosas, a sabiendas, sobre el cambio climático.
El Parlamento Europeo ha decidido mantener a ExxonMobil, la mayor petrolera estadounidense y una de las mayores del mundo, el derecho a realizar actividades de presión y cabildeo en essta cámara. La petición de retirar el acceso a Exxon había sido propuesta por los Verdes Europeos (grupo al que pertenece el partido español Equo), tras la negativa de la empresa a personarse en una vista celebrada el 21 de marzo en Bruselas, en la que se investigaba si la petrolera había divulgado informaciones engañosas, a sabiendas, sobre el cambio climático.
La decisión final se ha tomado, según han confirmado a La Marea fuentes del Parlamento Europeo, en la tarde del martes en una reunión entre el secretario general de la Eurocámara, el alemán Klaus Welle (miembro de la CDU de Angela Merkel) y los cuestores, un grupo de cinco europarlamentarios ocupados de los asuntos administrativos del organismo. El pasado jueves, la Conferencia de Presidentes decidió mantener el acceso de los lobistas de Exxon a la institución hasta que el secretario general tomase la decisión final.
Pese a ello, los activistas y eurodiputados del Partido Verde Europeo aún conservaban esperanzas de que los cuestores corrigieran esta decisión, por lo que la resolución del pasado jueves ha causado consternación. Frida Kieninger, de la ONG Food & Water Europe, afirmó entonces que la decisión “demuestra el dominio de la industria de los combustibles fósiles, que sigue paralizando a los políticos europeos”. Kieninger recordó a los políticos que “serán juzgados durante siglos” si no evitan el desastre climático.
Molly Scott Cato, eurodiputada del Partido Verde británico y una de las impulsoras de la moción, afirmó en declaraciones a La Marea estar «profundamente decepcionada» por la decisión, y subrayó «la ironía de que esta decisión se haya tomado el mismo día en que la heroína climática Greta Thunberg era aclamada por los Europarlamentarios».
Scott Cato criticó la manera en que se gestionó la invitación a participar en la vista que se envió a la petrolera, y se mostró partidaria de volver a intentarlo: «Tenemos que redactar una invitación legalmente indiscutible, eviársela a Exxon y que elijan si prefieren rendir cuentas o quedarse fuera del Parlamento Europeo». Finalmente, la política británica afirmó que la Eurocámara debe «proteger los intereses de los ciudadanos europeos», por lo que pidió «optimizar el proceso de de retirada de acreditaciones» a lobistas de corporaciones que no estén alineadas con esos intereses.
La petición de retirar a Exxon el derecho de lobby se basaba en una de las normas de conducta del Parlamento Europeo (la norma 116 bis 3), que establece que una organización que forma parte del Registro de Transparencia (requisito para realizar estas labores de presión y cabildeo) tiene la obligación de presentarse ante las citaciones oficiales de la Cámara, a no ser que presente “una justificación suficiente”.
Sin embargo, la petrolera lo hizo a través de un email de un alto cargo de la empresa que comunicaba a una administradora del Europarlamento que no se presentaría a la vista. Para ello, ExxonMobil adució que los procesos judiciales a los que se enfrenta en Estados Unidos por el mismo motivo (una presunta campaña de desinformación malintencionada sobre el cambio climático), le impedían personarse. “Estoy seguro de que usted comprende que es importante asegurarse de que los comentarios públicos no perjudican esos procesos”, afirmaba el alto cargo de la empresa en su misiva. En la web de Exxon, no obstante hay información pública sobre el caso y ha participado en otras actividades del Parlamento Europeo, por lo que los Verdes Europeos consideran que su argumentación no constituye justificación suficiente. La compañía declinó responder las preguntas de La Marea sobre este particular.
Influencia a puerta cerrada
La petrolera, no obstante, no sólo no se personó en la cita de Estrasburgo. El día antes de la vista, Exxon envió una carta a las presidentas de los dos comités convocantes (el de medio ambiente y el de peticiones), en la que defendía su “compromiso con la lucha contra el cambio climático”, y descalificaba los hallazgos presentados por uno de los ponentes, Geoffrey Supran, historiador de la Universidad de Harvard y del Instituto de Massachussets de Tecnología, que iba a declarar como testigo. Durante la sesión, el Eurodiputado runamo Laurentiu Rebega reprodujo los argumentos de la carta de manera prácticamente calcada (12:27:00 en este vídeo).
Supran, autor de una de las investigaciones clave sobre la presunta campaña de intoxicación informativa de ExxonMobil, habló con La Marea en los días posteriores a la vista, y se defendió de los ataques vertidos por la compañía. “Esta es la estrategia estándar de difamación que usa Exxon”, afirmó Supran, que confirmó que tanto él como Naomi Oreskes, coautora de la investigación, mantienen su confianza al 100% en sus resultados.
ExxonMobil, por su parte, remitió un comunicado, afirmando que las conclusiones de Supran y Oreskes son “imprecisas” y que “hace tiempo que fueron desmentidas”. Ante la petición de concreción acerca del momento y la forma en que el estudio fue desmentido, la petrolera declinó hacer declaraciones. Asimismo, la empresa no quiso contestar a las preguntas de esta publicación acerca de la carta remitida a los comités.
Cuatro décadas de historia
La historia de Exxon y el cambio climático se remonta a los años 70. En aquella década, aunque las bases físicas del efecto invernadero estaban bien asentadas, el calentamiento global no era más que una teoría de lo que podría ocurrir en un lejano futuro. Sin el impulso que tiene hoy la investigación pública en cambio climático, la industria petrolera en general, y Exxon en particular, eran las principales productoras de conocimiento sobre calentamiento global en Estados Unidos.
Los avances científicos de Exxon iban dirigidos a adaptar y proteger el negocio petrolero contra los efectos del calentamiento global. En particular, según reveló en 2015 el medio estadounidense Inside Climate News, la empresa buscaba la mejor manera de adaptar sus infraestructuras marinas, como petroleros y plataformas. Para principios de los 80, Exxon ya preveía que las consecuencias del cambio climático iban a ser catastróficas.
Todo cambió en julio de 1981, cuando Estados Unidos entró en recesión, tras unos años de inestabilidad e inflación descontrolada. Exxon y el resto de la industria petrolera vieron peligrar sus beneficios y sacrificaron la inversión en investigación. Poco después, a finales de la década, y con el cambio climático ya en la agenda pública, Exxon comenzó la campaña de relaciones públicas que conseguiría frenar la acción contra el cambio climático durante décadas. Una campaña que la llevaría a los tribunales y ha acabado con la empresa estadounidense a punto de ser expulsada de los pasillos del Europarlamento.
Investigación en Harvard y judicial
En 2017, dos años después de la publicación del reportaje sobre Exxon en InsideClimate News, Geoffrey Supran y Naomi Oreskes añadían más argumentos en contra de la petrolera. Respondiendo al desafío de la empresa (que, ante las revelaciones de la prensa, abrió su archivo de documentos internos, pidiendo al público que los leyera y ”se formase sus propias ideas”), Supran y Oreskes realizaron un análisis del contenido de los mismo y 37 publirreportajes pagados por la petrolera y publicados en The New York Times. En total, los científicos analizaron 187 archivos, y llegaron a una conclusión rotunda: ExxonMobil confundió deliberadamente al público, difundiendo dudas sobre la ciencia del cambio climático.
Además de las denuncias procedentes del mundo académico y los periodistas de investigación, Exxon se enfrenta en Estados Unidos a numerosos procesos judiciales, encabezados por las denuncias de las fiscalías de los estados de Nueva York y Massachussets. Además, ciudades como Nueva York, San Francisco, Oakland, Boulder o , más recientemente, Nueva Orleans, también han denunciado a ExxonMobil y a otras petroleras por daños y perjuicios.
Nota: Este artículo ha sido actualizado el 18 de abril para corregir el lugar de la vista realizada el 21 de marzo, que se celebró en Bruselas y no en Estrasburgo.
Damos por hecho los ríos, los bosques o el aire que respiramos. Pero en muchos lugares la gente tienen que luchar por ellos, porque están amenazados por los intereses de grandes empresas o personas de poder.
Tantas personas que luchan por su tierra y el medio ambiente, a menudo pagando un precio muy caro. Como la activista Berta Cáceres, asesinada por oponerse a una mega presa. O la defensora de los derechos humanos Claudia Pai, del pueblo Awá, en Colombia, cuya lucha por las tierras ha devuelto cuatro asesinatos. Más cerca tenemos el caso de la sargento del Seprona Gloria Moreno, que se enfrenta a una posible condena de prisión por denunciar malas prácticas con el medio ambiente por parte de las élites económicas de Lanzarote.
(Morir por la Tierra – Greenpeace)