Medio ambiente 2
Científicos de Harvard confirman que Exxon confundió al público sobre el cambio climático
Respondiendo al desafío de la petrolera, los investigadores Geoffrey Supran y Naomi Oreskes, de la Universidad de Harvard, han analizado los documentos aportados, así como 37 editoriales publicitarias pagadas por Exxon y publicadas en el New York Times.
Cuando en octubre de 2015 la web estadounidense InsideClimate News reveló las maniobras de ExxonMobil para sembrar dudas sobre el cambio climático, la reacción de la compañía fue pasar al ataque. “Lean los documentos, y fórmense sus propias ideas», animaba la petrolera en un comunicado, argumentando que la investigación periodística (finalista del Pulitzer) había seleccionado interesadamente algunos de ellos para dar una impresión errónea. Exxon añadía una lista con decenas de artículos científicos sobre cambio climático, publicados por el equipo científico de la compañía.
Respondiendo al desafío de la petrolera, los investigadores Geoffrey Supran y Naomi Oreskes, de la Universidad de Harvard, han analizado los documentos aportados, así como 37 editoriales publicitarias pagadas por Exxon y publicadas en el New York Times. El análisis de contenido ha sido revisado por académicos anónimos y publicado en IOP Science. Su conclusión: ExxonMobil confundió deliberadamente al público, difundiendo dudas sobre la ciencia del cambio climático.
El estudio analiza 187 documentos, entre publicaciones científicas, documentos internos y publi-editoriales. Según los académicos «cuanto más accesibles públicamente son los documentos, más dudas comunican». Así, mientras Supran y Oreskes reconocen que Exxon ha contribuido al avance de la ciencia del cambio climático, sus publi-editoriales han socavado dicho conocimiento entre el público en general. «Por ejemplo, el 83% de las publicaciones científicas y el 80% de los documentos internos reconocen que el cambio climático es real y causado por la actividad humana, pero solo el 12% de las publi-editoriales promulgan la misma opinión, con el 81% sembrando dudas», afirma el estudio.
Naomi Oreskes y Geoffrey Supran, investigadores de la Universidad de Harvard. Foto: Suzi Tobias.
«Exxon era consciente de las bases de la ciencia del cambio climático durante años. Los que aporta nuestro trabajo es una demostración científica de que, de manera simultánea, la compañía difundió entre el público en general, posiciones que estaban en contra de ese conocimiento», afirmó a La Marea Geoffrey Supran, uno de los autores del estudio. «Exxon no sólo conocía la realidad sobre el cambio climático, sino que publicamente socavó ese conocimiento de manera sistemática», añadió el académico.
ExxonMobil ha reaccionado con un breve comunicado en su página web, en el que acusa a Supran y Oreskes de ser «activistas que llevan cinco años liderando una campaña contra la compañía», al tiempo que tacha el análisis de «inexacto y absurdo». En el comunicado, Exxon afirma que los autores «han reconocido que su objetivo es extraer dinero de los accionistas y atacar la reputación de la empresa».
Geoffrey Supran rechaza el argumento económico: «La afirmación de que buscamos dinero es infundada*. Naomi Oreskes nunca ha estado a sueldo de ninguna ONG, y ha realizado este estudio con su propio sueldo de la universidad. Y yo he publicado mi fuente de financiación, que es el Fondo Rockefeller, aunque la mayor parte lo he financiado con mi salario también».
En cuanto a la acusación de activismo, Supran afirma que es irrelevante: «Estamos orgullosos de ser activistas, pero también somos académicos cualificados. Las conclusiones de nuestro trabajo no son opiniones, sino resultados científicos que han superado rigurosas pruebas de control por parte de expertos independientes y anónimos y que pueden ser replicados».
Exxon contra la ley, el mercado y la acción climática
En 2016, los fiscales generales de 17 estados de Estados Unidos anunciaron una investigación conjunta para investigar posibles irregularidades relacionadas con el cambio climático. La investigación incluía la posibilidad de que ExxonMobil y otras compañías petroleras hubiesen violado los derechos de los consumidores o los inversores a través de su estrategia de comunicación sobre el cambio climático.
La iniciativa legal seguía el camino marcado un año antes por los fiscales generales de Nueva York, Eric Schneiderman, y Massachusetts, Maura Healey, que ya habían requerido a la petrolera documentación para averiguar si habían ocultado al público información básica sobre el cambio climático. La comisión equivalente a la CNMV en el país norteamericano (US Securities and Exchange Comission) también ha iniciado pesquisas para averiguar si Exxon ocultó conocimientos que puedan haber dañado los intereses de los inversores.
Todo esto disparó una campaña por parte de grupos climáticos a nivel global. Las acciones siguen activas, y recientemente el colectivo 350.org ha pedido que el iceberg desprendido de la plataforma Larsen C de la Antártida pase a llamarse Iceberg ExxonKnew (Exxon lo sabía).
Washington y Exxon, aliados
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha supuesto un respiro para la compañía petrolera norteamericana. Desde la llegada del magnate de la construcción a la presidencia, se han relajado o eliminado numerosas leyes de protección medioambiental, y se han reactivado infraestructuras de combustibles fósiles como el oleoducto Keystone XL o el gasoducto Dakota Access. El consejero delegado de Exxon, Rex Tillerson, ha pasado a ocupar el sillón de Secretario de Estado (equivalente a ministro de Asuntos Exteriores).
Además, ExxonMobil cuenta con apoyos en las cámaras legislativas, tanto en el Congreso como en el Senado, donde los Republicanos controlan la mayoría de los escaños. Entre estos apoyos, uno de los más importantes es el de Lamar Smith, congresista por Texas y presidente del Comité de Ciencia del Congreso. Smith, que no oculta su escepticismo con respecto al consenso científico en torno al calentamiento global, ha usado su posición para dificultar la acción legal contra la compañía.
* Actualizado el sábado 26 de agosto a las 16:58. La cita se ha corregido para ajustar un matiz de traducción.
Un artículo periodísticamente impecable porque se basa en dos fuentes que dan la cara, no se esconden y refutan con consistencia las acusaciones vertidas contra los dos científicos. Gran excelente de lamarea. Compri mi la edición mensual de papel