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La OMS pone cifras al impacto del cambio climático en la salud
Según la OMS, el número de desastres naturales relacionados con el clima se ha triplicado desde los años 1960, y cada año causan más de 60.000 muertes. El polen y otrras sustancias pueden desencadenar asma, que ya afecta a unos 300 millones de personas
«En los últimos 50 años, las actividades humanas –especialmente la quema de combustibles fósiles– han liberado cantidades suficientes de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero para atrapar calor adicional en la baja atmósfera y afectar el clima global. En los últimos 130 años, el mundo se ha calentado en aproximadamente 0.85 ºC. Cada una de las últimas tres décadas ha sido sucesivamente más cálida que cualquier década anterior desde 1850. Los niveles del mar están aumentando, los glaciares están derritiéndose y los patrones de precipitación están cambiando. Los eventos climáticos extremos son cada vez más intensos y frecuentes». Estos son algunos datos recogidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los efectos del cambio climático en la salud humana.
«Las altas temperaturas del aire contribuyen directamente a las muertes por enfermedades cardiovasculares y respiratorias, particularmente entre las personas mayores. En la ola de calor del verano de 2003 en Europa, por ejemplo, se registraron más de 70.000 muertes. Las altas temperaturas también elevan los niveles de ozono y otros contaminantes en el aire que exacerban las enfermedades cardiovasculares y respiratorias. El polen y otras sustancias también son más altas con el calor extremo y pueden desencadenar asma, que afecta a alrededor de 300 millones de personas. Se espera que los aumentos constantes de la temperatura aumenten esta carga», prosigue el organismo.
Según la OMS, el número de desastres naturales relacionados con el clima se ha triplicado desde los años 1960, y cada año causan más de 60.000 muertes, principalmente en los países en desarrollo. El aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos cada vez más extremos destruirán hogares, instalaciones médicas y otros servicios esenciales.
«Más de la mitad de la población mundial vive a menos de 60 kilómetros del mar. Las personas pueden verse obligadas a moverse, lo que a su vez aumenta el riesgo de una serie de efectos en la salud, desde los trastornos mentales hasta las enfermedades transmisibles», advierte.