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Camilo Mora: “El aire acondicionado nos vuelve prisioneros de nuestras propias casas”
El investigador principal del estudio 'Riesgo global del calor mortal' alerta de que un tercio de la humanidad vive al menos 20 días en condiciones letales de calor y humedad. Quien puede se protege con un aire acondicionado. "¿Pero qué ocurre si eres un trabajador, un obrero?", se pregunta Mora.
El estudio Riesgo global del calor mortal, publicado en la revista Nature Climate Science el pasado lunes, encendió todas las alarmas: Una tercera parte de la humanidad vive al menos 20 días al año en condiciones letales de calor y humedad. Además, para el año 2100, esa proporción se habrá situado entre el 49% y el 74%, dependiendo de los recortes que se hagan a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Camilo Mora, el investigador principal del proyecto, nos cuenta que su modelo es extremadamente conservador. Además, nos habla de cómo la adaptación puede salvar vidas, pero no mejorarlas. La única solución es eliminar por completo las emisiones de gases de efecto invernadero.
Han estudiado cientos de olas de calor entre 1980 y 2014. ¿Se aprecia ya un incremento en la mortalidad en estas tres décadas?
Aquí hay dos conceptos importantes. Uno es el incremento de las olas de calor, y otro es el incremento de la mortalidad. Las olas de calor se están volviendo más mortales, porque cubren más área y son más calientes. Como en estos momentos, con las olas de calor que hay en Europa. Son más calurosas, pero menos gente se está muriendo. Eso ocurre porque las ciudades y las personas se están adaptando.
Por ejemplo, en la ola de calor que afectó a Francia en 2003, murieron 7.000 personas. Cuando les vino la siguiente, en 2006, no se murió casi nadie, porque todo el mundo se había comprado un aire acondicionado.
Todo el mundo tiene hoy un aire acondicionado. No obstante, no podemos acomodarnos, porque lo que pasa entonces es que nos volvemos prisioneros de nuestras propias casas. Cada vez que hay una ola de calor te toca meterte en casa. ¿Pero qué ocurre si eres un trabajador, un obrero? Ese día no vas a poder trabajar, porque las condiciones son de mucho peligro. Y todo esto si no hay un apagón eléctrico, que provocaría un aumento en la mortalidad.
¿Es su modelo conservador?
Sí, nuestro modelo es extremadamente conservador. Y esto es así porque queríamos evitar que el debate lo dirigieran los negacionistas. No queríamos que se centraran en si estábamos exagerando los resultados. Incluso así, los resultados eran tan increíbles, los impactos tan tremendos… Hay muchos lugares del mundo donde no decimos que hay olas de calor aunque sepamos que existen.
Por eso nuestro modelo no es muy preciso para algunas zonas, sobre todo en aquellos sitios en los que las olas de calor son muy cortas, como puede ser en Europa. Pero incluso excluyendo esto, el 30% de la población, hoy en día, está expuesta a condiciones letales.
El estudio prevé un mayor aumento de condiciones letales en zonas muy pobladas y poco desarrolladas, como el Golfo de Guinea, Congo, India o Indonesia. ¿Cómo afecta la pobreza a la mortalidad por calor?
Las zonas tropicales, que están muy calientes y tienen una humedad muy alta, están expuestas a alto riesgo de mortalidad por calor. Sin embargo, lo que de verdad hace que sean más vulnerables es que las poblaciones humanas están creciendo alarmantemente en las zonas costeras, donde la humedad es más alta, y que este crecimiento se está produciendo de forma incontrolada en grandes ciudades. Tienes todas las condiciones necesarias para que este fenómeno se vuelva más preocupante de aquí en adelante.
Por otro lado, está la adquisición de adaptaciones que ya están disponibles, como el aire acondicionado. En países en vías de desarrollo, podemos esperar que mucha gente vaya a adquirir aparatos de aire acondicionado, y esto va a calentar las ciudades mucho más. Esto va a marcar mucho más las diferencias sociales, porque el que no pueda adquirir uno se va a enfrentar a unas condiciones mucho más peligrosas.
Aun así, creo que estas zonas van a seguir siendo habitables. La gente se va a adaptar, pero eso tiene otras consecuencias que tampoco son deseables. Por ejemplo, hemos visto que en la zona del Sudeste Asiático, como no se puede trabajar durante las horas centrales del día, la gente duerme siestas. Esto hace que tengan que trabajar más, pasar más horas fuera de casa, lo que a su vez tiene unas ramificaciones sociales y familiares importantes.
Esto ya está ocurriendo hoy en día, sobre todo en zonas con un gran crecimiento, donde hay mucha gente empleada en el sector de la construcción.
Hemos hablado mucho de aire acondicionado, pero no parece una solución sostenible.
No. No es una solución sostenible, y desde luego no es la solución que yo defiendo. Es un parche que permite que menos gente se muera, pero no es ideal.
El uso masivo de aire acondicionado no solo supone un aumento de las emisiones de CO2, sino que además calienta las ciudades mucho más. El aire acondicionado coge el calor de tu casa y lo saca a la calle, lo que hace aún más peligrosas las condiciones en la calle.
La analogía sería si alguien te está agrediendo y para evitarlo te pones un casco. No te va a doler tanto, pero el problema, desde luego, no lo has solucionado, y además, tarde o temprano te tienes que quitar el casco.
La solución ideal es que las olas de calor no ocurran, o que ocurran lo menos posible. Para eso, la única solución es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Hay algún mínimo seguro en cuanto al uso de combustibles fósiles?
No. Tenemos que salirnos del todo. Los combustibles fósiles, por poco que se usen, tienen un efecto negativo. Es como fumar tabaco, como decidir si te fumas un cigarrillo o diez. ¿Cuánto puedes fumar y que sea seguro? Nada. Al final del cuento, la idea es que dejes de fumar completamente.
Lo importante aquí es cómo librarnos absolutamente de los combustibles fósiles, que suponen un daño tan grave para la salud de nuestro planeta.
Limitamos el uso del aire acondicionado en los autobuses y el resultado es que la gente coge el coche con el aire acorde con sus necesidades.
Una medida medioambiental de cara a la galería que consigue justo lo contrario.
En mi casa el aire acondicionado no es opcional.
Los vecinos que no lo tienen deben permanecer en los pasillos medio desnudos y a punto de desfallecer.