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Fragatas españolas ‘made in Australia’
El Ministerio de Defensa pone en marcha un amplio despliegue institucional para que Navantia venda nueve fragatas que serán construidas en Australia.
El Gobierno de España lleva décadas apostando fuerte por la industria armamentística nacional. Este martes la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, finalizó su viaje oficial a Australia para “reforzar los lazos de cooperación en materia de Defensa” y promover la venta de nueve fragatas antisubmarinas F-100 de Navantia al ejército australiano. A diferencia de la venta de corbetas a Arabia Saudí, en este caso la controversia no reside en el respeto a los derechos humanos en Australia, sino en otro aspecto: si prospera el acuerdo, las fragatas serán fabricadas íntegramente en los astilleros de la ciudad australiana de Adelaida.
La información contrasta con el argumento de la creación de empleo, uno de los que con más frecuencia esgrimen la TEDAE, la patronal armamentística española, y las distintas administraciones, desde el Gobierno central del PP hasta el Ayuntamiento de Cádiz, regido por Podemos. Según TEDAE, la producción de armas mantiene 51.000 puestos de trabajo en España. En el caso del posible contrato con Australia, el rol de Navantia se limitaría a la cesión del conocimiento técnico necesario para fabricar las fragatas F-100.
Navantia responde que Australia tiene una industria naval en crecimiento y que quieren dejar la carga de trabajo en su país, y subrayan que ya se fabrican en España las fragatas de las armadas española y noruega, explicó vía email la responsable de prensa de Navantia, compañía propiedad del Estado español a través del holding estatal SEPI. La empresa no publicó notas de prensa al respecto y su último informe de cuentas data de 2015. Desde el Ministerio de Defensa explican que el contrato será adjudicado en 2018 y que será entonces cuando se negocien las condiciones, aunque los australianos y Navantia ya han dejado claro que, si prospera el acuerdo, las fragatas serán construidas en Australia.
En los tres días que duró la visita oficial, Cospedal también visitó la fragata española Cristóbal Colón, atracada en Sidney desde enero de este año. Permanece en aguas australes como parte del plan de apoyo institucional a Navantia para obtener el contrato y para instruir a los marines australianos en el manejo de sus destructores Hobart, diseñados por Navantia junto con la británica BAE Systems y la estadounidense Raytheon. El apoyo de las autoridades españolas a la industria armamentística va desde las gestiones de la Casa Real en Arabia Saudí hasta la cesión de soldados para que ejerzan de comerciales en beneficio de compañías como General Dynamics.
El Ministerio de Defensa aseguró a este medio que «los australianos se hacen cargo prácticamente de todo» en el despliegue del Cristóbal Colón durante cuatro meses en aguas australianas, a excepción de los salarios, aunque no dio cifras. El anterior ministro de Defensa, Pedro Morenés (ahora embajador en Washington), realizó un viaje similar en 2013 que también contó con la presencia de un buque de guerra español. A finales de mayo varias organizaciones internacionales lanzaron una petición al gobierno contra el secretismo de la venta de armas españolas.
Desde 2007 Australia es, junto con Noruega, Arabia Saudí y Turquía, uno de los principales destinos de las armas españolas. El plan de modernización naval de la Real Marina Australiana (proyecto SEA5000) está valorado en aproximadamente 20.000 millones de euros. Australia ya desembolsó más de 3.000 millones de dólares por la compra de dos buques de Navantia (ver foto), construidos en sus astilleros de Ferrol, que ya han sufrido averías en sus propulsores, causando un considerable debate en los medios de ese país. En esta ocasión, los buques de guerra españoles compiten con los de la italiana Fincantieri y la británica BAE Systems, segundo mayor contratista militar del mundo.
Cospedal regresa a España un día después de que El País informara de los planes de la Fuerza Aérea para renovar la flota de aviones de combate con los F-35 de la estadounidense Lockheed Martin, más caros que los Eurofighter previstos inicialmente, en cuyo desarrollo España ya ha invertido 10.630 millones de euros.
*Actualizado a las 18:47 del 07/06/2017.