OTRAS NOTICIAS | Sociedad

“Escocía dar recursos a las mujeres”

Avance editorial de 'Cansadas. Una reacción feminista frente a la nueva misoginia' (Ediciones B), el nuevo libro de la periodista Nuria Varela.

'Cansadas' es el nuevo libro de Nuria Varela.

* Avance editorial de ‘Cansadas. Una reacción feminista frente a la nueva misoginia’ (Ediciones B), de Nuria Varela, que se presenta esta tarde en Madrid, en el Círculo de Bellas Artes (sala Gómez de la Serna), a las 19.00 horas. Acompañará a la autora la escritora Almudena Grandes. Entrada libre hasta completar el aforo.

«Estoy convencida de que la mía es una generación desperdiciada (que no perdida). Perdernos, lo que se dice perdernos, comenzamos a hacerlo más o menos cuando empezamos a cumplir cuarenta años, cuando llegó la famosa crisis económica y a nosotras nos pilló con unas vidas complejas sin resolver y comenzamos a oír que estábamos demasiado cualificadas para cualquier trabajo al que optábamos. No nos sobraba cualificación, aunque éramos la primera generación que habíamos entrado en torrente a la universidad y efectivamente atesorábamos títulos, currículos y experiencia. Lo que nos sobraba era carácter. Habíamos peleado demasiado como para aceptar sin más la pérdida de derechos y la precariedad que nos ofrecían.

Las mujeres que nacimos en España a finales de los años sesenta del siglo XX —y somos un montón— llegamos a la juventud creyéndonos pioneras y con todas las intenciones de comernos el mundo. Probablemente lo fuimos. Éramos herederas (aún sin mucha conciencia) de varios intentos de generaciones anteriores por tener vida propia; hijas de madres que empujaban con mucha fuerza, conocedoras de lo que había sido el franquismo en sus vidas y deseosas de que fuésemos mujeres libres; producto de toda una generación feminista que sin ningún reconocimiento había hecho realidad la famosa Transición. Porque aún silenciado o negado en los libros de historia, el verdadero cambio de régimen hacia la democracia lo habían protagonizado las mujeres, no solo con su empeño en eliminar las leyes que las consideraban menores de edad perpetuas, sino con lo más difícil, demoler las costumbres de una sociedad machista hasta el esperpento […]».

El mapa del clítoris y otras memeces

«El debate sobre el aborto fue el único debate real —aún plagado de intransigencia, cuestiones de fe y otros argumentos y posiciones ajenas al debate político— que se vivió en Igualdad. Un debate ganado porque la mayoría de la ciudadanía estaba a favor de tener una ley justa, razonable y propia de la Europa del siglo XXI. El resto fueron nodebates. El Ministerio de Igualdad y su ministra se convirtieron en la diana fácil de un Gobierno al que la derecha se propuso no ya debilitar, sino expulsar del poder durante muchos años.

Se llegó a ridiculizar hasta un estudio pionero encargado por el Instituto de la Mujer que llevaba por título Elaboración de un mapa de inervación y excitación sexual en clítoris y labios menores; aplicación en Genitoplastia. Sí, todos los días la caverna revisaba el BOE, y cualquier cosa que supusiera recursos y prestigio para la solución de problemas que afectaran exclusivamente a las mujeres se destrozaba. En este caso se montó un formidable escándalo sobre lo que la prensa bautizó como «el mapa del clítoris» y que en realidad era un estudio que pretendía paliar los efectos de la mutilación genital femenina […]. La tragedia era que se había subvencionado el trabajo con 26.000 euros. ¡Hay que ver! 26.000 euros para investigación en genitoplastia, imperdonable. Pero esa había sido la cantinela durante toda la legislatura, el despilfarro que suponía el Ministerio. Dedicar recursos a las mujeres escocía mucho —un despilfarro de tal calibre en que el Ministerio de Igualdad suponía el 0,03% del global de los Presupuestos Generales del Estado—[…].

Un gobierno herido, un ministerio sacrificado

«Metidas en aquel torbellino, nos pilló por sorpresa. Nadie imaginaba que iba a ocurrir y nadie del equipo se explica aún por qué ocurrió. No parece muy inteligente pagar el altísimo coste político de poner en marcha el Ministerio de Igualdad para cargárselo antes de terminar la legislatura. Tampoco parece una buena estrategia darle al adversario la pieza que quiere a cambio de nada; la pieza que en el fondo más le molesta, puesto que si algo diferenciaba los discursos del gobierno socialista y de la oposición conservadora era precisamente la igualdad. Despojado de su línea social, despojado de la ideología progresista, ¿qué le quedaba? Nada, como así se demostró en las elecciones del 20 de noviembre, cuando el PSOE sacó un pésimo resultado que le hizo perder el Gobierno.

En el interior del partido, y del Gobierno, se libró una fuerte batalla que ganaron los más conservadores. Era exactamente lo que le faltaba a un Gobierno al que le tocaba gestionar la peor crisis económica de las últimas décadas: hacer una política económica de derechas y liberarse de todos los instrumentos (y discursos) progresistas y solidarios.
Quizá la gota que colmó el vaso fue la determinación con la que desde Igualdad se trabajó la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, así como los pasos dados para erradicar los anuncios mal llamados «de contactos» de la prensa de información general […].

Por primera vez se puso en marcha un Plan contra la Trata, se reunió toda la información disponible en Naciones Unidas y en el resto de Europa y, entre otras consideraciones, se encargó un informe al Consejo de Estado. Fue una decisión arriesgada puesto que la composición —desde el punto de vista ideológico— del Consejo no nos auguraba buenos resultados, pero se asumió el riesgo. Y para nuestra sorpresa, el informe del Consejo de Estado fue demoledor. No solo sustentaba todas nuestras tesis sino que iba más allá y proponía estudiar las posibilidades técnicas de que se acabara con este tipo de anuncios también en televisión y en las páginas de Internet.

Quizás ése hubiese sido un golpe demasiado fuerte al patriarcado y quienes se benefician de él. Queríamos acabar con la gallina de los huevos de oro de traficantes y proxenetas, pero, también, de toda la corruptela bien remunerada que generan. Queríamos acabar incluso con los abultados beneficios de los medios de comunicación y plataformas digitales soporte de los anuncios. Y, sobre todo, suponía una gran victoria en la batalla simbólica […].

Quizás haya pasado poco tiempo para evaluar en profundidad, pero sí ha transcurrido el suficiente como para saber que el descrédito vertido sobre el Ministerio de Igualdad nos ha hecho retroceder al menos un par de décadas en todo el trabajo realizado a favor de los derechos de las mujeres. Que, con su desaparición, el patriarcado se sintió crecido y los machistas, envalentonados (…).

No hay cenas gratis

«Caída ya la venda de la apariencia de igualdad y modernidad, sabemos que si no encaramos con seriedad y rigor el futuro de la gestión social de los cuidados, lo que nos jugamos es la propia sostenibilidad humana. El verdadero debate político para alcanzar la igualdad consiste en contemplar la economía en una dimensión completa y real, una dimensión que integre empleo, remunerado, y trabajo, no remunerado.

La clave está en negociar un nuevo pacto de género porque la expectativa de las mujeres no pasa por seguir aguantando todo ese trabajo de forma gratuita y en solitario mientras sufrimos el desempleo y la precariedad laboral. Relata Nelson Mandela, en su autobiografía El largo camino hacia la libertad, una anécdota sobre la gente decente. ‘En Liberia conocí al presidente Tubman, que no solo me dio cinco mil dólares para armamento e instrucción, sino que me preguntó en voz baja: ¿Tiene dinero de bolsillo?…’. En esta época confusa que nos ha tocado vivir, además de palabras, nosotras, las cansadas, también necesitaríamos que alguien nos preguntara, aunque fuese en voz baja, si tenemos dinero de bolsillo, al menos mientras evitamos que nos roben los ahorros».

faldon_noticias

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.