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Juan Moreno Yagüe: “La única vía que quedaba era presentar una candidatura”
Entrevista al abogado y diputado andaluz Juan Moreno Yagüe, el único candidato que disputa a Pablo Iglesias la secretaría general de Podemos.
Los inscritos de Podemos ya pueden votar a una de las cinco candidaturas al Consejo Ciudadano Estatal, pero solo dos de ellas presentan oficialmente un candidato a la secretaría general de la formación morada: la de Pablo Iglesias (Podemos Para Todas) y la de Juan Moreno Yagüe (Lista Blanca), diputado en el Parlamento andaluz por esta formación, donde también es vicepresidente tercero.
Este abogado especializado en derecho económico, penal «y algo de constitucional» es conocido por su trabajo en plataformas contra el fraude bancario (OpEuribor, 15MpaRato y Caso Bankia) y por proponer sistemas como Democracia 4.0. que, mediante el uso de la tecnología, aspira a ampliar la participación en la toma de decisiones. Llegó a la política «por invitación de Podemos» y ahora disputa frente a Iglesias el asiento de piloto del tercer partido más votado de España.
Reproducimos el contenido íntegro de las respuestas que Yagüe envía por email a La Marea:
La «lista blanca». Un candidato a la secretaría general de Podemos que no presenta lista, ¿por qué?
Porque la pretensión sencilla de que en Vistalegre2 se debatan una serie de líneas programáticas, para hacerlas objetivos de Podemos, prioritarios, se ha hecho imposible. No iba a reunir a 60 personas para formar una lista para eso, y la única vía burocrática que quedaba era presentar una candidatura, para que la gente se pudiera enterar de que hay otras opciones, de que se puede hacer mucho más de lo que estamos haciendo. Así de sencillo.
¿Ha hablado con Pablo Iglesias después de presentar su candidatura?
No, en el momento de contestar esto aún no, espero poder hacerlo en breve. Imagino que le habrá sentado bien, si Podemos es radicalidad democrática y participación.
¿Por qué cree que no hay más candidatos?
Sé que se ha excluido a una tercera persona que lo ha intentado por motivos también burocráticos, es decir, por algún defecto incomprensible. A mí al principio también me pusieron problemas en mi candidatura. En aspectos como el organizativo o el de igualdad hay personas haciendo cosas brillantes, y al parecer como yo solo llevaba un documento propio -el político-, que es la parte que más me importa, me dijeron que no podía añadir a mi candidatura documentos de “otros”. Me quedé un poco pasmado, porque en los datos se advertía que se hacía precisamente por eso, para completar la burocracia, y además no sabía que en Podemos hubiera un copyright interno, je, je.
Las propuestas, debates e ideas que protagonizaron Vistalegre1 parecen haber dado paso a la lucha de caras conocidas en este segundo congreso. ¿Cree que es tarde para cambiar esa dinámica?
No, claro que no. Las dinámicas de un grupo humano dependen de las voluntades de ese grupo humano, y eso se cambia en cualquier momento, es simplemente cuestión de voluntad. Y se supone que precisamente para eso se hacen estas cosas. Ahora mismo todo parece centrado en “los equipos” de uno y de otro. La expansión mediática es tan grande que anula a cualquiera que pretenda plantear que hay que hacer otras cosas, y que además esas cosas no pueden depender de quién sea el que tire de ellas. Si lo que quieres hacer depende solo de ti o de unas personas concretas y determinadas, entonces esas ideas, esos proyectos no son suficientemente buenos. Porque todos podemos desaparecer en cualquier momento, y si tu idea no puede funcionar sin ti, entonces no es tu idea, entonces eres tú.
Los medios estamos hablando mucho sobre las luchas internas entre las caras más conocidas de Podemos. Dicen que el poder es adictivo y cambia a las personas. ¿Cuál cree que es el remedio para esto?
Quizás la distribución del poder, que es el planteamiento que defendemos. A la gente no se le explica que la democracia, como forma de organizar el poder, no nace para repartirlo, sino como reacción a la tiranía, como reacción al hecho de que el poder lo tuviera uno solo. De ahí la idea: distribuir el poder entre muchos para que nadie pudiera apropiárselo. Solo no te transformará el poder cuando lo que quieras hacer con él sea repartirlo, devolverlo a sus legítimos dueños, que son todas las personas que conforman esto.
¿Podría resumir sus propuestas?
No.
Je, je. Sí, pero es necesario advertir que la complejidad del mundo actual no admite soluciones sencillas o simplonas a los problemas que lo atenazan. Y ese es uno de los problemas. La primera es la recuperación por los ciudadanos del poder. Esa es la clave. Hay un momento en que todo el mundo se harta de que quienes nos representan empiecen a hacer cosas en nuestra contra “por nuestro bien”. Y resulta que nuestro bien eran los banqueros. Y que no hubiera justicia, como cuando eliminaron la justicia universal, o que “nuestro bien” fuera pagar tasas por acudir a los juzgados a pedir justicia. O meterle miles y miles de millones a bancos administrados por delincuentes. Eso pasa porque cada cuatro años le cedemos el poder a unas personas y pueden hacer lo que quieran. ¿Y si cambiamos eso? Que no sea así, que seamos nosotros los que cuando queramos les paremos lo pies. Habremos abierto la puerta a una nueva era política. Un diputado puede votar desde su móvil. Pues nosotros también y que se cuente nuestro voto. Ya veremos qué pasa entonces. Esto es resumir mucho.
Con el dinero pasa igual. Las leyes nos obligan a utilizar bancos, cuando la tecnología precisamente nos permite no tener que utilizarlos. Mientras nuestro dinero esté en los bancos, aquí se hará lo que ellos digan. No se ha hecho nada que a ellos les perjudique. El dinero hoy son bits, apuntes informáticos. No se transfieren euros de un sitio a otro, sino archivos informáticos, información en definitiva. Cuando se carga un recibo de la luz o de la compañía de telecomunicaciones, lo que sucede es que la información que representa tus euros sale de un ordenador y llega a otro, igual que cuando mandas un correo electrónico. Bien, pues si se trata de eso, que tengamos que utilizar bancos para manejar nuestro dinero es como tener que ir a un cibercafé para mandar correos electrónicos. El sistema está en condiciones de ser abierto, como sucede con el email. Una arroba y un punto, protocolo universal y cualquiera puede mandar información en ese sistema. Con el dinero, cuando el 90% o más del existente es simplemente contabilidad electrónica, podemos hacer lo mismo. Cada uno con su dinero en su cuenta en su móvil, no en la cuenta del banco. Verán como Movistar no se atreve a subirme un contrato que habíamos firmado “para siempre” por 70 euros, a 76 porque les apetece. Si yo manejo mi dinero, si el sistema de pagos es neutral, doy la orden de pagar 70, y si quiere los 6 que pretende cobrarme, que se vaya al juzgado, en vez de tener que ir yo a reclamar el abuso. Y luego está el hecho tan tonto de que si los ciudadanos tenemos el dinero, nuestro dinero, en nuestro poder, no se puede hacer un “corralito”, que es como se logra que en un país como Grecia el pueblo decida en un referéndum mandar a paseo la Unión Europea y que su gobierno se rinda, a pesar de ello. O Chipre. La banca no tiene el poder si liberas el sistema de pagos de su secuestro. Y además puede cambiar las normas tributarias en un sistema abierto y nadie podría evadir impuestos. Por ejemplo.
En materia energética sucede lo mismo. Si pudiendo ser independiente un pueblo sigue sometido a oligopolios empresariales privados, es que falla algo. Ese algo es que los que mandan se van luego a sus consejos de administración y por tanto orientan sus políticas a que eso, que la energía sea cada vez más barata y que seamos más independientes, no suceda.
Crear una banca pública, poner fin al oligopolio eléctrico… Propone medidas que chocan con sectores muy poderosos dentro y fuera de España. ¿Cómo cree que se podrían poner en marcha estas propuestas evitando la fuga de capitales, caída de la inversión y demás amenazas de hecatombe financiera que esgrimen desde sectores liberales?
El capital ya está fuera. ¿O donde cree que tenían los Pujol el dinero, hasta tres mil millones de euros del esfuerzo de los demás? Son además propuestas que generan ventajas para el resto de los sectores. Mire, el resto de la industria, de las empresas, también ha tenido que sufrir los aumentos de impuestos para pagar los gastos de salvar a la banca. A lo mejor resulta que las medidas que proponemos son también muy interesantes para el resto del capital como dice usted. Además, las medidas son vanguardistas. Mejoran enormemente la eficiencia y la eficacia de un país. ¿Y dónde cree que invierte el capital? ¿En un país corrupto o en un país que cumple? Sin contar con el hecho de que si rebajamos el coste de la energía, eso significa que cualquier empresa estará interesada en instalar su producción allí donde esta le salga más barata. Y se tratará de empresas que producen, no que especulan. Para especular no se necesita más que información. Para producir, energía.
Al principio Podemos se presentó como un partido descentralizado y los círculos se llenaron. La verticalidad dio operatividad a la dirección, pero mermó los ánimos y mucha gente se bajó del barco al ver limitada su capacidad de acción en los círculos. ¿Cómo cree que se pueden compaginar la operatividad con la horizontalidad que defiende?
Dando a los círculos medios la capacidad de hacer cosas. No poniéndolos a debatir sobre el sexo de los ángeles. Imagine que los círculos tienen su propio censo y que todos se comunican rápidamente entre sí, que las decisiones se toman mediante votaciones en el móvil, sin tener que estar horas y horas de debate, porque los puedes seguir sin problemas a distancia y votar igual. Imagine que se toman decisiones en los círculos que afectan a realidades a construir, a hacer cosas, y también decisiones que suban hacia arriba rápidamente. Y sobre todo, potenciar a los círculos sectoriales, que es donde se supone que está la inteligencia colectiva. Claro que se puede compaginar, hay tecnología y la hemos utilizado ya para construir Podemos. Sigamos por esa línea.
De lo dicho al hecho hay un trecho. Las ideas que antaño defendía Podemos en la calle parecen estar encasquilladas en las instituciones en las que ahora está presente, a pesar de las propuestas que se realizan a nivel nacional y autonómico en los distintos parlamentos. ¿Qué opina al respecto?
Proponiendo cosas que teníamos y que sabemos que son difícilmente rechazables por los demás. Eso no se ha hecho aún. Es evidente que si no tienes mayoría, las cosas no son como tú quieres, pero también es evidente que si propones y, sobre todo, comunicas cosas que son de verdad útiles, centrales, y que benefician a todos, salen. Pongo siempre el ejemplo de la Ley de Cuentas Abiertas de las administraciones. En Andalucía nos la tumbó el PSOE. Susana no nos quiere ni ver. Pero ese mismo PSOE en otras comunidades la tomó como bandera. Sirve para dificultar la corrupción en grado máximo. Tan orgullosos estamos de ella que en algunos parlamentos la han defendido miembros del PP y de C’s. Eso es lo que tenemos que hacer mientras estemos en esta posición. Sacar las cosas se puede, sólo hay que saber cómo hacerlo.
¿Cuáles son los tres grandes males que enfrenta actualmente la sociedad y cuáles son los tres remedios clave?
El primero, como siempre, la falta de cultura y de educación. Las políticas públicas en ese sentido han sido un fracaso. No hemos logrado una sociedad más formada, más crítica, más audaz. Y eso es clave. Cuando ves que en el Reino Unido tienen a la BBC, pública, y miras lo que han hecho aquí con TVE, dan ganas de llorar. Por ejemplo. Lo teníamos, y nos lo cargamos. Entienda que cuando sustituyes programas como La Clave, de Balbín, por Salvame de Lux, esa sociedad no va a mejorar. No digo que no se puedan hacer esos programas, pero lo público no está para entretener como prioridad, sino para ser útil, para informar. Y eso es un ejemplo. Aquí seguimos sin tomarnos en serio que la enseñanza, la educación, es lo que diferencia a unos países de otros. El remedio: invertir ahí, es clave.
El segundo, probablemente el paro y sus orígenes. Al final el trabajo sirve para subsistir y nadie se está dando cuenta de que, por lógica técnica, cada vez va a haber menos trabajo como el que hemos concebido hasta ahora. Y eso significa un cambio de modelo. Pero a un cambio de modelo del tipo “recolectores-cazadores a agricultores-ganaderos” o de “siervos-gremios a comercio-burguesía-proletariado”. Y si no nos preparamos, si no empezamos a afrontar un nuevo modelo social, en el que las necesidades básicas se cubran y en el que se trabaje menos, seguiremos con problemas. Creo que el tercero es la clase o casta política. Y fíjese que ahora estoy dentro. Es evidente que los políticos no son sino el reflejo de la sociedad a la que representan. Es decir, no toda culpa es de ellos. Si seguimos permitiendo que los políticos hagan lo que les dé la gana, que sean ellos los que dirijan las sociedades sin contar con las personas, sin que los ciudadanos podamos influir más allá de las elecciones, mal seguiremos. Eso no quiere decir que estemos en el Apocalipsis. En este país el 90 % de la población se levanta cada maña a intentar hacer bien su trabajo, lo hace, y solo pretende que los demás más o menos hagan lo mismo y que no le roben. Pero, ¿a que todos conocemos casos donde gente con buenas ideas se ve lastrada o parada porque hay alguien por encima que no entiende nada y lo hace imposible? Bueno, pues eso en realidad se llama “políticos actuales”. Somos una sociedad que sabe hacer cosas, a veces cosas extraordinarias, y si cambiamos la forma de hacer política, avanzaremos mucho más.
¿Cuál es su alma máter política?
El 15M fue un momento precioso. Emocionante y entretenido. Supone un despertar, un grito de rabia pero a la vez de esperanza. Y de ahí venimos algunos. No tengo a nadie en concreto, sino a muchos y muchas. Quizás Gandhi me parezca el más importante. No es solo una filosofía, es una forma de actuar, no solo la idea, sino cómo la desarrolla y la lleva a cabo. Conseguir lo que hizo aún no ha sido igualado. Trato de ver que han hecho bien otras personas y tenerlo como guía. Y, aunque se lió un follón tremendo, y como siempre, la gente no atendió a explicaciones, a mi Fidel Castro, el primer Fidel, el estudiante de Derecho, el abogado, el que se lanzó con solo 150 hombres a cambiar un país, el que vuelve desde México y casi estropea una operación entera por no dejar a uno solo de los suyos atrás, me sigue pareciendo admirable. El de los setenta para adelante, ya no tanto. Otro personaje que considero central es Wittgenstein, el filósofo. Y ya más atrás, pues Napoleón, que hizo cosas asombrosas en su momento, a nivel social.