OTRAS NOTICIAS | Sociedad
“¿Siete muertos en Cádiz? Ni idea”
Dos discretas concentraciones evidencian una vez más la invisibilidad del drama de la inmigración: había menos manifestantes que desaparecidos en la frontera sur en 2015.
Seis barcos de papel. Treinta y seis velas encendidas. Dos pancartas tumbadas en el suelo: «No más muertes en el Estrecho. Por un Mediterráneo solidario«, dice una. «Europa mata», dice otra. «Contra la violencia institucional a los inmigrantes», reza una tercera en vertical. Suena música clásica. Sevilla, siete de la tarde. El Ayuntamiento a la espalda. Medio centenar de personas portan pequeños folios sobre sus pechos: «No más muertos». Se oye ahora una versión flamenca del himno de Andalucía. «¿Siete muertos en Cádiz? No tenía ni idea», susurra una mujer joven que llega mientras se disuelve, media hora después, la concentración.
El hallazgo de siete cadáveres en las costas andaluzas el pasado fin de semana vuelve a poner en evidencia la invisibilidad de un drama que no cesa. La mayoría de las personas reunidas superan los 50 años y, todas juntas, no suman los casi 200 muertos que el mar se tragó en 2015 según el último informe Frontera Sur, elaborado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDH-A), convocante de la protesta en la capital andaluza y otra en Cádiz, donde se concentraron unas 150 personas, según la organización. «Ha sido una convocatoria urgente, en menos de 24 horas», explica a La Marea Juan Vázquez, que se mueve de un lado a otro en la pequeña manifestación con un bastón en la mano. «Esto es lo de siempre. Europa y el Gobierno español dan la espalda. Es terrible el olvido de la gente. Muchas personas, además, están muriendo congeladas. Por eso queremos estar presentes y denunciar», añade Vázquez, desde la APDHA.
El citado informe contabiliza 195 muertes de personas que intentaban llegar a España, frente a las 131 del año anterior. De ellas, fueron localizados 64 cadáveres. “Ciertamente esta cifra parecerá minúscula frente al inmenso drama que en 2015 se llevó la vida de 3.770 personas en el mediterráneo central y en el Egeo. Pero sigue siendo moralmente intolerable para un país democrático y respetuoso de los derechos humanos”, escribe Rafael Lara en el estudio.
El círculo en torno a las pancartas y las velas va creciendo discretamente con viandantes que caminan, de paso, por la céntrica Plaza Nueva. «África no tiene futuro en el capitalismo porque Europa necesita de su riqueza para sus soluciones», lee uno de los manifestantes. «El Gobierno siempre usa el recurso manido de culpar a las mafias», continúa otro. La lectura continúa con muestras de solidaridad hacia las personas refugiadas en los campos helados de Europa.
En 2015 llegaron 16.111 personas a España, un 34% más que el año anterior. De ellas, el 23% eran menores: magrebíes no acompañados y subsaharianos de corta edad que venían con sus familias, detalla el informe. En la ruta de Canarias, que había dejado de ser utilizada, se ha producido también un incremento de interceptaciones: de las 296 de 2014 a las 874 de 2015. Casi el triple. La APDH-A atribuye este aumento a la situación en el Sahel, la inestabilidad por la guerra y ataques terroristas de las rutas que atraviesan el desierto del Sáhara y la creciente inseguridad alimentaria en la zona.
«Es deleznable que, desde el punto de vista de la humanidad como sociedad, las alambradas, las devoluciones en caliente, el sufrimiento y la muerte sean la única respuesta a las personas que buscan vida y dignidad».