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Una investigación sobre las cicatrices del boom inmobiliario en el Mediterráneo
"Queremos poner nombres y apellidos a las personas que estuvieron detrás de las grandes aberraciones urbanísticas y los desastres medioambientales", señala Ana Tudela, una de las periodistas implicadas en el proyecto Playa Burbuja.
MADRID// Ana Tudela y Antonio Delgado son dos periodistas que tras su salida de El Español montaron un proyecto de periodismo de datos llamado Datadista. Su primer proyecto de envergadura es Playa Burbuja, un trabajo de investigación sobre las cicatrices que dejó el boom inmobiliario en la costa mediterránea española. Hablamos con Ana Tudela sobre el proyecto para el que han abierto una campaña de financiación con el sistema del crowdfunding.
¿En qué consiste el proyecto Playa Burbuja?
Playa Burbuja es una investigación periodística sobre lo ocurrido en la costa mediterránea antes, durante y después de la burbuja inmobiliaria. Es, por una parte, un recorrido en imágenes tras un viaje en moto de 2.000 kilómetros por la costa mediterránea y sus provincias. Pero había que dar sentido a esas imágenes, contar su historia para que no fuese un álbum de fotos y vídeos. Esa es la segunda parte, la investigación de las empresas, cargos políticos, propietarios de terreno, constructores que explican lo que hay detrás de cada paisaje que vemos hoy junto al Mediterráneo. Cada muralla de edificios en primera línea de playa invadiendo la zona protegida, cada urbanización vandalizada porque fue abandonada cuando se secó el crédito y quebró la promotora de turno y ahora es propiedad de todos los españoles, cada cementerio de apartamentos a medio construir tiene una historia. La tercera parte del proyecto consiste en dar voz a los habitantes estables del litoral, los que estaban allí y siguen allí cuando los veraneantes hacen las maletas.
Queremos poner nombres y apellidos a las personas que estuvieron detrás de las grandes aberraciones urbanísticas y los desastres medioambientales, señalar las leyes que facilitaron el fenómeno, las debilidades en los controles, el papel de las entidades financieras y todo ello para iniciar un debate sobre el modelo urbanístico del litoral, ahora que vuelve el ladrillo y concejales de Urbanismo desde Málaga a Girona reconocen en voz más o menos alta que están sacando del cajón planes de urbanismo que guardaron cuando estalló la burbuja y se secó el crédito.
El objetivo futuro es no parar en la costa peninsular mediterránea. El resto del litoral peninsular y las islas merecen sus propias investigaciones que queremos sean una segunda y tercera parte de este trabajo.
¿Cómo surge la idea?
La idea lleva tomando forma prácticamente desde que estalló la crisis. Los que viajamos asiduamente al Mediterráneo vimos durante años crecer gigantescos proyectos urbanísticos, cambiar la fisonomía de las poblaciones del litoral, surgir ciudades de la nada. Durante estos años hemos visto de cerca la evolución de edificios y solares que se planificaron al borde del estallido de la burbuja y han quedado como restos de la batalla esparcidos por la costa. El recuerdo de lo ocurrido ha estado años ante nuestros ojos pero puede desaparecer y hay un fuerte empeño en que se olvide lo ocurrido. El motivo de lanzar el proyecto ahora es doble. A principios de 2016, en el marco de otro trabajo periodístico, contactamos con cargos públicos de municipios de Castellón y empezamos a oír hablar de entidades financieras que pedían ayuda a las corporaciones locales para desalojar edificios. Después de años abandonados, querían recuperarlos para venderlos. Todo ello coincidía con la presión de algunos grupos políticos locales para recuperar planes de desarrollo de proyectos vacacionales de gran envergadura. Decidimos empezar a tantear diferentes puntos de la costa para saber si era algo extendido. Lo que nos comentaban entonces es hoy un clamor. Las asociaciones inmobiliarias hablan de demoler edificios que quedaron sin vender cuando estalló la burbuja y hoy están obsoletos como modo de hacer que repunte el ladrillo. Vuelven los planes de gran calado y con ellos las grúas al horizonte. Vuelven las presiones, con un papel muy importante de los medios de comunicación, para que no se paren esos planes. Había que hacer algo para que no se olvide lo que pasó.
Además, el 14 de abril del próximo año 2017, fecha elegida para tener listo el libro de Playa Burbuja, se cumplen 20 años de las primeras medidas del Gobierno de José María Aznar para liberalizar el suelo. Una normativa que dio un poder enorme a los alcaldes en materia de urbanismo, dejando en sus manos las iniciativas y restando capacidad de maniobra a los plenos municipales, además de reducir los plazos para aprobar proyectos urbanísticos. Justo un año después, el 13 de abril de 1998, se aprobaba la Ley del Suelo que daba forma definitiva al modelo normativo que, junto con la llegada del euro y el crédito fácil, nos ha traído hasta aquí. Es el momento perfecto para lanzar el debate y saber hacia adónde queremos ir.
Principales conclusiones que extraéis tras esta investigación.
Se trata de una investigación en curso. Está terminada la fase primera de documentación en imágenes del litoral y estamos inmersos en los casos concretos, en las cuentas de las empresas implicadas y viajando a puntos determinados para completar los testimonios y recoger documentación. Iréis viendo ejemplos en las próximas semanas pero ya podemos afirmar que no se han tomado las medidas necesarias para que lo ocurrido no se repita ni se han exigido las responsabilidades políticas, administrativas e incluso penales suficientes a quienes impulsaron y sobre todo se enriquecieron con lo ocurrido, ni siquiera como mensaje disuasorio para quienes quieran seguir su trayectoria en el futuro. Es cierto que hay comunidades autónomas que están acometiendo cambios normativos para embridar el modelo, pero lo que más nos está llamando la atención son los casos en los que, habiendo indicios más que suficientes para actuar judicialmente, poco o nada se ha hecho y las mismas personas que protagonizaron las operaciones más cuestionables vuelven ahora con nuevos planes.
¿Qué historias concretas aparecen en Playa Burbuja? ¿Algún nombre propio que os haya llamado especialmente la atención?
Iremos desvelando contenidos en las próximas semanas, porque aunque queremos que Playa Burbuja se convierta en un libro que perdure en la memoria de todos y en nuestras estanterías para consultar siempre que queramos lo que pasó (por eso hemos lanzado la campaña de crowdfunding en Goteo.org), el principal retorno debe ser colectivo y eso significa que la información tiene que estar en abierto en internet.
Por citar alguno, lo ocurrido con el hotel de la playa del Algarrobico. La concatenación de decisiones políticas del alcalde que impulsó el proyecto y la Junta de Andalucía en paralelo, ya conocidas, pero puestas en relación con la documentación a la que hemos tenido acceso forman una de esas historias que creemos debe conocer todo el mundo, porque no se han pedido las responsabilidades suficientes a quienes permitieron que se levantase el hotel en un área protegida del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. Hay muchas cosas que han ocurrido alrededor del hotel que no se habían contado.
¿Se os ha quedado algo fuera, algo a lo que no habéis llegado?
Al tratarse, como decíamos, de una investigación en curso, estamos seguros de que se nos quedarán fuera del libro muchos casos concretos. Hay algunos que es obligado que aparezcan por su dimensión, sus consecuencias o los nombres de quienes están implicados pero en cualquier caso el libro, que tiene una fecha fijada de publicación, es parte del proyecto. Datadista va a seguir contando historias de urbanismo, de medio ambiente y del litoral hasta que se cumpla el 20 aniversario de la aprobación de la Ley del Suelo de 1998 y después porque es una de las líneas de información que son de nuestro absoluto interés de cara a aportar todo lo que podamos al desarrollo del debate sobre el modelo económico al que quiere aspirar este país.
¿Cuánto tiempo habéis invertido en esta investigación?
La investigación lleva abierta como tal casi diez meses. Aunque con mucha más intensidad en el último medio año. Seguimos inmersos en ella.
¿Cómo os repartisteis el trabajo? ¿Os dividisteis por zonas geográficas?
El trabajo está dividido en dos sentidos. Por un lado hemos repartido toda la labor de documentación previa por zonas geográficas para ser más efectivos en el tiempo y localizar los que debían ser nuestros grandes focos de atención. En cada caso, quien se encargó de una zona lidera el trabajo sobre el terreno cuando volvemos a puntos concretos en busca de testimonios o documentación. Por otro lado, nos hemos repartido también por temáticas en base a nuestras respectivas especializaciones. Antonio Delgado, como experto en datos, es mucho más capaz de sistematizar la información sobre desarrollo urbanístico de los registros oficiales (viviendas iniciadas, visados, población estable y temporal…) y Ana Tudela (yo) tiene más experiencia en la lectura e interpretación de las cuentas y memorias de empresas presentadas ante el registro mercantil de las empresas analizadas.
¿Cómo se puede financiar el proyecto?
Hemos lanzado la campaña para convertir el proyecto en un libro. Con la campaña queremos cubrir costes de realización, impresión y distribución del mismo y el acceso a la información de los registros mercantil y de la propiedad. Esto último es muy relevante porque, pese a ser información pública, se cobra una cantidad suficiente como para que no pueda ser una práctica habitual de cualquier ciudadano (o de una pyme que lo necesite para saber con quién va a trabajar) consultar la información de una empresa, mucho más cuando se trata de una investigación. En Datadista.com y directamente en Goteo se puede colaborar con el proyecto adquiriendo el libro y sus recompensas.
Para quien quiera aportar algo más que el coste del libro hemos puesto recompensas con el tono que ha tenido Datadista desde que nació. Desde el principio, desde los cuadernos de la corrupción, Datadista ha querido usar nuevas narrativas para contar asuntos muy serios. No pasa nada por levantar una sonrisa con un folleto para fabricar tu propia Gürtel si eso permite que se entienda lo que ocurrió a quienes cada vez que ven un titular sobre el tema sienten que empiezan Juego de Tronos por el noveno capítulo de la sexta temporada. Ese tono lúdico se mantiene en las recompensas de Playa Burbuja, que incluyen ‘mi caja B’, una caja original diseñada por Datadista para que todo el mundo tenga una en su casa aunque sea de cartón. Lo mismo con los cuadraditos azules de gresite que pertenecen a lo que iba a ser la piscina del Algarrobico, que hemos recogido de la playa a metros del hotel. Así todo el mundo puede también decir que participó en la limpieza de la playa aunque sea porque se va cayendo a trozos el hotel y ya se está derramando por los alrededores. También queremos que la propia financiación sirva para formar periodistas que quieran seguir este camino y por eso hemos incluido la posibilidad de adquirir un curso de datos cuyo importe servirá para el proyecto.