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“La república, tras la esperanza en el cambio, generó frustraciones”
El investigador Josep Pimentel edita un libro con 125 ilustraciones extraídas del diario Solidaridad Obrera, que muestran la evolución de la actitud del anarcosindicalismo con respecto a la II República
BARCELONA // La II República llegó a una España sumida en la pobreza con unas promesas de cambio que no avanzaron al ritmo que muchos esperaban. La desesperación estallaba por todo el territorio, pero ahora era el nuevo régimen el responsable de la represión y, para muchos, entre ellos parte del anarquismo que vio con buenos ojos los cambios políticos, significó una progresiva apatía. El mítico diario Solidaridad Obrera, que llegaría a convertirse en la publicación con más tirada de España durante la guerra civil, se hizo eco de todos estos episodios: Casas Viejas (Cádiz), el Alt Llobregat (Barcelona), Castilblanco (Badajoz)…
Uno de los elementos que mostraron de manera más efectiva este cambio de actitud de los anarcosindicalistas con respecto al sistema republicano fueron las ilustraciones del diario. Y ha sido precisamente en este campo en el que se ha centrado el investigador Josep Pimentel en su libro Voces Críticas ilustradas. Las ilustraciones del diario Solidaridad Obrera durante el primer bienio de la II República. 1931-1933. “He seleccionado la ilustración porque sus autores suelen ser la figura más libre de un diario”, explica. Además, cumplían la función casi de carteles: “Normalmente los periódicos, que tenían dimensiones muy grandes, estaban expuestos en la calle, y se trataba de que el obrero, con un vistazo al periódico, recibiera un impacto muy fuerte”.
Pimentel considera que existen “muchos paralelismos” con la situación política actual. “La república, tras un momento de esperanza en el cambio, generó frustraciones”, afirma tajante, pero considera que «del pasado siempre se aprende, es necesario saber que se han vivido otros momentos como el actual”. Revisarlo nos puede ayudar a “no cometer los mismos errores”, opina. En las imágenes de la Soli se aprecia la evolución anarcosindicalista. “Explican el por qué de las expectativas de cambio se pasa al desengaño, muestran ese recorrido”, añade. De los esperanzadores comienzos a las elecciones de 1933 que gana la derecha, en la que hay “una importante campaña por la abstención por parte del anarcosindicalismo”.
En las 125 ilustraciones que aparecen en el libro se aprecia cómo, frente a los que defendían una “modernización del estado”, otros propugnaban “la revolución». “Los obreros anarcosindicalistas, que eran mayoritarios en los años 30, no se conformaban”, subraya Pimentel. Pero no sólo recibió críticas el reformismo; también lo hizo el catalanismo institucional. “El anarcosindicalismo criticó mucho el poder en Cataluña de ERC, su posición en la defensa del estatuto y en otros temas”, asegura. Una frase de una de las ilustraciones resume bien el sentir de este sector político con respecto al nacionalismo: “Ahora en lugar de enchufados, les llamaremos ‘enchufats’”.