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“GE (General Electric) anunció a cuántos iba a despedir antes de comprar la empresa”
Sindicatos y trabajadores de las filiales españolas de Alstom piden que se utilice una lógica industrial, y no financiera, en el plan de integración en General Electric. Cientos de trabajadores se manifestaron este jueves en Madrid contra los despidos y el cierre de centros de trabajo.
Alrededor de 350 personas, según los organizadores, se manifestaron este jueves ante la sede de GE en España. Los asistentes protestaban contra los despidos anunciados en las filiales españolas de la francesa Alstom, que recientemente ha pasado a manos de la multinacional estadounidense.
GE, anteriormente conocida como General Electric, es la mayor empresa industrial del mundo por valor bursátil. En noviembre de 2015, la compañía norteamericana adquirió las filiales energéticas de la compañía francesa Alstom por unos 12.400 millones de euros. A raíz de la fusión, GE anunció que despediría a 6.460 trabajadores en toda Europa, más de 400 de ellos en España.
David Madueño, presidente del comité de empresa de Alstom Wind, el centro de energía eólica ubicado en Barcelona, dijo a La Marea que GE “anunció a cuánta gente iban a despedir antes de efectuar la compra”, por lo que su plan “no está basado en ningún plan industrial, sino en un plan financiero”. Para Madueño, debe haber un plan industrial a largo plazo que mantenga la base de conocimiento de los trabajadores europeos, aunque ello suponga renunciar a beneficios a corto plazo.
Los despidos programados por GE afectan, sobre todo, a los centros de Alstom situados en Barcelona, Madrid y Navarra. La compañía americana ha anunciado su intención de cerrar los centros de trabajo de Cornellá (dedicado a la ingeniería de turbinas hidráulicas) y Buñuel, Navarra (que fabrica aerogeneradores y realiza labores de mantenimiento).
Luisa Duarte, presidenta del comité de empresa de la planta de Buñuel, lamentó que GE considerase poco competitiva a la sección que representa. Para Duarte, Alstom “no apostó” por la planta navarra durante el periodo previo a la venta, retirando pedidos, lo cual “no es culpa de los trabajadores”. Duarte defendió la productividad de la factoría, pidiendo que la multinacional tenga en cuenta el informe de un comité de expertos que, según ella, “demuestra que Buñuel es rentable”.
La manifestación se desplazó a mediodía a las inmediaciones de la Embajada de los Estados Unidos. Según David Madueño, “es importante visibilizar lo que las compañías estadounidenses hacen con los puestos de trabajo y el know-how europeo”. El presidente del comité de empresa de Alstom Wind concluyó afirmando que “GE tiene que mostrar más responsabilidad sobre lo que ha comprado”.
La comisaria europea de competencia, la danesa Margrethe Vestager, aprobó la compra de Alstom por GE en Septiembre de 2015. GE declinó hacer comentarios sobre la manifestación, remitiéndose a un comunicado en el que afirman que la compañía tiene que “impulsar la eficiencia en los costes y crear oportunidades para invertir en productos y tecnologías y adaptarnos a las necesidades de los clientes”. De igual manera, el comunicado asegura que la empresa va a “trabajar con los empleados afectados para identificar oportunidades y otras soluciones”.
Cola de león
Alstom Wind, fundada y con base en Barcelona, se dedica a la ingeniería de energía eólica. La compañía, ahora parte de GE, fue fundada, originalmente, como Ecotècnia Sociedad Cooperativa en 1981. La compañía tardó en conseguir financiación, hasta que finalmente instaló su primer aerogenerador de 15 kW en Vilopriu (Girona) en 1984 tras ganar un concurso del Ministerio de Industria.
La demanda en el mercado español creció a partir de mitades de los 90. En 1999 Ecotècnia, con una plantilla aproximada de 100 personas, se unió al grupo Mondragón, aprovechando la experiencia en gestión cooperativista de la corporación vasca para potenciar su crecimiento. En 2007 la firma contaba con una potencia instalada acumulada de 1.400 MW i 765 trabajadores, cuando Alstom se fijó en ella.
La firma francesa, famosa por ser responsable de los trenes de alta velocidad TGV, adquirió Ecotècnia por 350 millones de euros. Bajo el paraguas de Alstom, Ecotècnia cambió su nombre por Alstom Wind, manteniendo su base en Barcelona y reteniendo a algunos de los fundadores de la cooperativa (condición impuesta por la firma francesa para no perder el know-how).
Inicialmente, el plan de GE preveía despedir a 230 empleados de Alstom Wind. Después de ser revisado, la compañía norteamericana ha fijado en 110 los despidos en la filial catalana. Es la sección que más bajas va a sufrir en términos absolutos.