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Carta a la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) de un profesor universitario
José Manuel Sánchez Duarte, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, contesta a la Asociación de la Prensa de Madrid sobre las prácticas en 'La Marea'
El itinerario formativo del Grado de Periodismo indica (con carácter obligatorio) la realización de Prácticas Externas por parte del alumnado en los últimos años de carrera. Cualquier estudiante de periodismo que quiera graduarse en la universidad en la que trabajo debe completar los 24 créditos CTS en alguna empresa, entidad u organismo bajo el reglamento de regulación de prácticas de cada universidad y con el objetivo de “aplicar y complementar los conocimientos adquiridos en la formación académica”. Al tratarse de una actividad formativa sin establecerse relación laboral o de prestación de servicios alguna con la empresa o entidad, las prácticas no pueden ser remuneradas según dicha normativa.
En los últimos tres años y a propuesta de algunos de mis estudiantes participé en la selección, o al menos ayudé, a que mi alumnado optase a realizar sus prácticas obligatorias en La Marea. Con demasiada frecuencia protestaban por el trato, las tareas y el aprendizaje desarrollados en otros medios reclamando la necesidad de buscar alternativas para esta parte de su itinerario formativo.
Por esa razón se contactó con La Marea y por eso su equipo visitó los campus de la facultad presentando en convocatoria pública el proyecto, las tareas a desarrollar en las prácticas y sus objetivos (pocas o ninguna de las entidades que ofertan prácticas hacen esto). De aquella convocatoria salieron algunos de los estudiantes que después se integraron en la revista.
En todo este tiempo ninguno de estos alumnos denunció trabajar gratis para el medio o suplir las tareas de los trabajadores del mismo. Al contrario, su relato de las prácticas en La Marea pasaba por destacar la dignidad y la profesionalidad con la que fueron tratados creciendo como periodistas y aprendiendo nuevos modos de hacer y construir información. Fruto de esa colaboración tuve el honor de dirigir el Trabajo de Fin de Grado de dos de ellos centrado en una propuesta de digitalización de la revista y que fue evaluado con la máxima calificación por parte de un tribunal y como uno de los mejores trabajos de la facultad.
La acusación pública de la APM no deja de sorprenderme. Nos sitúan a todos los que de alguna manera hemos construido la relación entre los estudiantes y La Marea como colaboracionistas de la degradación de la profesión, erosiona el prestigio social y simbólico de la revista y considera a los estudiantes que se integraron en ella como menores de edad sin capacidad de crítica.
La campaña de la Asociación para denunciar el trabajo gratis de los periodistas merece respeto y elogios. Sin embargo necesita un trabajo de verificación. Habría sido importante que la APM contrastase su acusación preguntando a estudiantes, profesores, o incluso al propio medio, por las condiciones de estas prácticas formativas. Si quieren cuestionar este modelo les animo a negociar con las facultades de periodismo para que retiren estos créditos de los planes de estudios o incluso a proponer una auditoría donde se identifiquen a aquellos medios que sustituyen a sus redactores por estudiantes rompiendo con el contrato de aprendizaje con el alumnado. Tal vez así, con datos y relatos, las acusaciones serían ciertas y pertinentes.
José Manuel Sánchez Duarte es profesor de Comunicación Política de la URJC