Internacional
Comienza en Arizona el cierre de albergues para migrantes tras las órdenes de Trump
Solo en el condado Pima, se estima que en los últimos seis años estos albergues han proporcionado asistencia a más de medio millón de migrantes, evitando que estos quedaran desamparados en las calles.
Dos albergues de migrantes en Arizona, entre ellos Casa Alitas, uno de los principales centros de asistencia que sirvió de modelo para otros a lo largo de la frontera con México, fueron cerrados debido a los recortes de fondos ordenados por el presidente de EE.UU., Donald Trump, según informó este jueves el condado Pima. «Es una tristeza que nuestro Gobierno termine con una tradición de ayuda a los más necesitados», ha expresado a EFE Kat Rodríguez, activista que ha trabajando durante muchos años en Casa Alitas, en Tucson.
Estos albergues proporcionaban alojamiento temporal y servicios de transporte a solicitantes de asilo tras ser procesados y liberados por la Patrulla Fronteriza. «La compasión por el ser humano está siendo eliminada por intereses políticos y eso es muy lamentable», ha dicho la activista.
John Lesher, administrador del condado Pima, detalló que desde el pasado lunes, después que Donald Trump juramentara por segunda ocasión como presidente, la Patrulla Fronteriza dejó de llevar a los migrantes al refugio. EFE ha constatado hoy en una visita a Casa Alitas que no hay migrantes, y sus puertas, que siempre estaban abiertas, ahora están cerradas y no hay movimiento de coches ni de autobuses.
Esto, asegura Lesher, pone en una precaria situación al condado Pima, ya que aunque no haya migrantes en los albergues estos continúan generando gastos operativos y de funcionamiento.
Durante su primer día como presidente, Trump firmó una serie de órdenes ejecutivas incluyendo una que suspende los fondos para programas de asistencia del Programa de Servicios de Refugio (SSP, en inglés) del Departamento de Seguridad Nacional. Adicionalmente SSP no paga por los servicios de mantenimiento de los albergues mientras no haya migrantes.
El cierre del albergue de Casa Alitas es un duro golpe para aquellos que, como Rodríguez, han luchado por años por defender los derechos de los migrantes. El sistema de operación de Casa Alitas sirvió de modelo para otros albergues que abrieron en otros estados fronterizos para asistir a los migrantes. «Vemos que tendremos unos cuatros años muy duros; el cierre de la frontera, el cierre de los albergues no va a terminar con la migración irregular«, afirma la activista.
El condado Pima estima que en los últimos seis años estos albergues han proporcionado asistencia a más de medio millón de migrantes, evitando que estos quedaran desamparados en las calles.
La medida tomada por Trump se une a la orden del nuevo presidente estadounidense para dar vía libre a las redadas contra migrantes en determinados espacios que antes se consideraban seguros, como escuelas, iglesias y hospitales. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) revocó una directriz de la Administración Biden que recomendaba a las autoridades migratorias evitar redadas en estos lugares, denominados como «protegidos». Sin embargo, el nuevo Gobierno ultraderechista considera, sin otorgar pruebas de ello, que hay «criminales» que se «esconden en las escuelas y las iglesias» de EEUU para evitar ser arrestados.
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