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Día 7. La reunión y las vestiduras blancas del papa
Gracia Maqueda, una trabajadora social sevillana, viaja a la isla griega junto con otras cuatro personas más para ayudar a los refugiados in situ y denunciar el cierre de fronteras. Durante una semana, escribe en La Marea su testimonio.
Ayer en la tarde nos reunimos con Nefeli. Ella es una chica griega de 24 años que trabaja sobre el terreno en la ayuda a los refugiados en Lesbos. Es un referente en la isla, pues conoce casi la totalidad del asociacionismo y encauza el trabajo de los activistas y voluntarios que se dirigen a ella para involucrarse en el trabajo diario con los/as refugiados/as.
Hace unos días le pedimos que nos asesorara para entregar las donaciones que traíamos desde Sevilla, fruto de la ilusión de mucha gente hacia nuestro proyecto de brigada. Y ayer, en nuestro encuentro, vino con un buen número de propuestas de asociaciones donde entregar el dinero (la energía) de tantos/as amigos/as. Lo traía todo apuntado en una hojilla, y nos sorprendió la minuciosidad del listado, y que en un lugar destacado del mismo estuviera la asociación PROEMAID.
Así que entre risas y confianza, hicimos entrega de la cantidad convenida anteriormente por la brigada. Nefeli se mostraba emocionada, y nosotras sentíamos que uno de nuestros encargos más importantes se había llevado a cabo. Así que a descansar por esta parte… porque, por otra, de nuevo nos toca pasar la noche en la playa.
Hace una semana que no llegan balsas a la isla. La visita del papa a Lesbos es este sábado y la triple vigilancia marítima (guardacosta turca, FRONTEX y de nuevo guardacosta griega) es extrema. Aun así, ahí permanecemos, por si acaso llegara alguna balsa como por un milagro…
Y hablando de milagros, hemos sido testigos de cómo las autoridades griegas están blanqueando la isla, para que su Santidad no vea lo que debería ver. Las paredes que circundan la costa de Mitilene, hasta ayer repletas de frases en inglés llamando la atención hacia el desastre humano de los refugiados (freedom, welcome refugees…), han desaparecido bajo una pintura blanca, del mismo color de las vestiduras del papa actual, en el que muchas personas, católicas o no, encuentran un motivo de esperanza, de cambio de una iglesia inmovilista, retrógrada y alejada desde hace años del verdadero mensaje de Jesús de Nazaret. Quisiera desde aquí rendir un tributo de revonocimiento a los cientos de cristianos/as de base que trabajan cada dia por la justicia social, codo con codo con compañeros y compañeras de distintas ideología. A través de su confianza y sus donaciones, ellos y ellas están aquí hoy con esta brigada.
Nuestro vuelo a Sevilla sale mañana. Pero partirá sin nosotras. Hemos decidido quedarnos hasta el lunes, y participar en los actos pacíficos que algunas asociaciones y colectivos de la isla van a realizar. Sabemos que mañana va a ser un día importante en Lesbos. No porque el papa visite el campo de detención de Moria, que ha sido «adecentado» indecentemente para la ocasión, sino porque los ojos de gran parte del mundo van a estar puestos en el mayor desastre humanitario en suelo europeo desde la guerra de los Balcanes. Y porque nosotras queremos seguir estando aquí para verlo… Para contarlo.
Día 2. Qué bien estar en Lesbos
Día 3. Los elefantes y los pueblos de Europa
Día 4. El vertedero de la vergüenza. El cementerio de los olvidados
Día 5. Del campo de Moria a los chupa chups de Pikpa