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Birgitta Jónsdóttir: “La constitución islandesa redactada por los ciudadanos no es perfecta pero hay que adoptarla”
El Partido Pirata, cuya cara más visible es Birgitta Jónsdóttir, se postula a día de hoy como la alternativa de los islandeses para salir de esta crisis de confianza hacia los políticos
Esta entrevista es un breve adelanto del próximo número de La Marea, que llegará en mayo a los quioscos. Suscríbete aquí y lo recibirás en tu casa
Birgitta Jónsdóttir nos recibe en la oficina que el Estado islandés cede a sus tres parlamentarios, igual que lo hace con el resto de diputados de la cámara. El edificio público cuenta con unas privilegiadas vistas sobre la plaza Austurvöllur, donde estos días tienen lugar las protestas ciudadanas por el escándalo político surgido a raíz de la publicación de los papeles de Panamá. Después del amago de dimisión del primer ministro, Sigmundur David Gunnlaugsson (técnicamente, ha dejado el cargo pero se ha tramitado como una “baja temporal”), los manifestantes piden elecciones lo antes posible para echar a una coalición de gobierno que cada vez cuenta con menos apoyo popular en las encuestas.
El 12 de abril, nueve días después de la primera concentración en frente del Parlamento, la asistencia de ciudadanos es muy reducida. Unas 300 personas muestran sus cartulinas rojas al gobierno, entre tambores y silbatos, pero son conscientes de que el auge de la protesta ya pasó con la caída de Gunnlaugsson y que ahora toca esperar a que el actual primer ministro, Sigurdur Ingi Jóhannsson (hasta la fecha, ministro de Pesca y Agricultura), anuncie oficialmente cuándo se celebrarán las próximas elecciones. El Partido Pirata, cuya cara más visible es Birgitta Jónsdóttir, se postula a día de hoy como la alternativa de los islandeses para salir de esta crisis de confianza hacia los políticos, que tiene su origen en 2008 con el colapso del sistema financiero de la isla del Atlántico Norte.
Acaba de llegar a su despacho procedente de la Oficina del primer ministro, donde se ha reunido con el nuevo jefe del ejecutivo, Sigurdur Ingi Jóhansson. ¿Qué se han dicho?
Bien, básicamente, antes de este encuentro, he intentado que toda la oposición fuéramos juntos a reunirnos con él, en vez de celebrar reuniones individuales, pero algunos partidos no han querido. Me parecía la mejor idea porque íbamos a esta reunión para que se nos informara sobre la fecha de las elecciones anticipadas y para conocer las leyes que quieren aprobar en lo que queda de legislatura. Creo que era importante mantener el foco de la reunión, porque la actual coalición quiere cambiar la narrativa, explicando que tienen que acabar los presupuestos y otras acciones de gobierno, lo cual creo que es un error, más si se hace con prisas. Así que fui a la reunión y la conclusión es que ni hay fecha ni tenemos idea de cuáles serán sus propuestas legislativas. Ninguna novedad.
¿Así que aún no se sabe si habrá elecciones anticipadas?
Cuando se presentó este nuevo gobierno en rueda de prensa dijeron que habría elecciones anticipadas en otoño, inmediatamente después del cierre de este curso parlamentario. Aunque, rápidamente algunos miembros destacados del Partido Progresista [el partido de Gunnlaugsson y Jóhansson] apuntaron que “inmediatamente” es un concepto “flexible”. Así que realmente no sabemos si van a cumplir su palabra. Cuando dijeron “en otoño”, no sabemos a qué se referían. ¿Qué es otoño? ¿Agosto? [el otoño meteorológico en Islandia empieza a finales de este mes] ¿Es septiembre? ¿Quizás noviembre? Si quisieran, si de verdad fueran serios en este tema, pondrían una fecha ahora mismo porque, si no, no dará tiempo a organizarlas como es debido y su mayor habilidad es quedarse en el poder el mayor tiempo posible.
¿Por qué ha salido masivamente la gente a Austurvöllur una vez más, ocho años después de la Revolución de las Cacerolas?
Todo empezó con la emisión en la televisión pública de la entrevista que involucraba a Sigmundur David Gunnlaugsson con los papeles de Panamá. Acto seguido la ciudadanía se organizó para salir a la calle y pedir elecciones inmediatas. El gobierno no ha dimitido, así que el sábado 9 de abril hubo otra protesta masiva y ahora veremos qué pasa. Los islandeses están disgustados y siguen protestando.
Desde hace unos meses el Partido Pirata es la opción favorita de los votantes en las encuestas y la intención de voto es superior a la de la suma de los dos partidos del actual gobierno. En caso de llegar al Ejecutivo, ¿aprobará la nueva constitución redactada por 25 ciudadanos electos en 2011 y que jamás se ha votado en el Parlamento?
La nueva constitución, tal como se redactó, no es perfecta. De hecho, en algunos aspectos, no se acerca ni de lejos a la que yo quisiera. No obstante, se celebró un referéndum sobre este borrador constitucional y la gente lo apoyó. Cuando los cambios constitucionales llegan al Parlamento nunca pasa nada. Llevamos 70 años así. De forma que lo que necesitamos es adoptar esta constitución como la nuestra y después ya la iremos reformando si hace falta. Las constituciones no deberían escribirse en una piedra. También creo que sería una buena idea volver a juntar a las más de mil personas que participaron en la Asamblea Nacional para saber qué piensan ahora sobre la constitución que se redactó. Ese proceso fue maravilloso y se ha roto por la acción política, sería bonito recuperarlo.
Siempre dice que usted es una simple fundadora y miembro del Partido Pirata de Islandia, pero muchos la ven como la próxima primera ministra. Sé que no le gusta contestar a esta pregunta, pero sea honesta. ¿Se ve como candidata para ocupar este cargo?
[Suspira] Mucha gente me ve así, mucha gente no. Hay mucha controversia alrededor de mi persona, porque soy una activista. No sé si soy la persona adecuada, quizás haya otra más preparada. Para mí es… es muy raro. Es muy raro que la gente que me vea de esta forma.