Internacional

Los franceses mantienen el pulso contra la reforma laboral “a la española”

1,2 millones de personas participan en la huelga general, según los organizadores. La Policía reduce la cifra a 390.000.

Manifestación contra la reforma laboral en Francia. // Teresa Suárez

PARÍS // Huelga general en Francia al grito de “Khomri (ministra de Trabajo), Hollande, felpudo del patrón” contra una reforma laboral inspirada en la de Mariano Rajoy, tal y como reconoce el propio ministro de Economía francés. A pesar de la lluvia y el mal tiempo, los organizadores calculan que 1,2 millones de personas (390.000 según la Policía, que inicialmente dio la cifra de 29.000) secundaron la huelga. La última protesta, el 24 de marzo, movilizó a 450.000 ciudadanos (200.000 según las autoridades).

El paro fue convocado por varias organizaciones sociales y los siete principales sindicatos franceses, entre ellos la CGT y la UNEF (principal sindicato de estudiantes universitarios), para exigir al Gobierno que retire la propuesta de reforma laboral que, en opinión de sus oponentes, agravará la precarización y supondrá una nueva amenaza para los trabajadores. Los dos grandes sindicatos afines al Partido Socialista no se unieron a la convocatoria pero muchos de sus militantes sí se sumaron a las 260 marchas convocadas en todo el país.

Aunque la mayor parte de las concentraciones transcurrieron sin altercados, a medio día hubo enfrentamientos violentos entre un grupo de manifestantes y la policía en París, Nantes, Grenoble, Rennes y otras ciudades. Según la agencia AFP, a las 17 horas había al menos una treintena de detenidos y varias decenas de heridos, entre ellos tres policías.

“La reforma laboral en España tampoco vale nada (…) ustedes [los españoles] están todos afectados por esa ley, y nosotros no queremos estarlo”, declaró a La Marea Jean Luc Mélenchon, líder del Front de Gauche -principal partido de izquierda en Francia-, durante la marcha convocada en París, en la que también participó el colectivo de emigrantes españoles Marea Granate.

Gran repercusión

La huelga paralizó gran parte de los servicios de transporte público, generando atascos de más de 300 kilómetros en París e importantes cancelaciones en los aeropuertos, además del cierre de la Torre Eiffel y otros edificios emblemáticos. Además, contó con un fuerte seguimiento en algunas de las empresas insignia de Francia, como Total y Air France, esta última inmersa en un polémico proceso de restructuración. El paro también afectó a las imprentas, forzando a muchos diarios, entre ellos Le Figaro, a abrir al público su contenido para suscriptores ante la ausencia de diarios en los kioskos.

Ésta es la cuarta jornada de manifestaciones y paros que sacude Francia desde que a mediados de febrero el gobierno galo publicó el texto inicial de la “ley El Khomri”, en alusión a la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri. La propuesta desató una ola de indignación en todo el país que se tradujo en protestas multitudinarias y asambleas ciudadanas en universidades y plazas, hasta el punto de que el 14 de marzo, unos días antes de la presentación oficial del proyecto de ley, el gobierno edulcoró algunos de los puntos más polémicos del texto original.

A pesar de los cambios, la controversia en torno a la reforma laboral de Hollande sigue viva, principalmente debido a la eliminación de facto de la jornada laboral de 35 horas, las nuevas facilidades para reducir plantilla y los puntos sobre la disminución de las indemnizaciones por despido. También mantienen la tensión en la calle otros puntos, como el que da preferencia a los pactos en el seno de la empresa en detrimento de los acuerdos sindicales y los convenios colectivos, o la libertad del empresario para decidir los días libres en caso de fallecimiento de un ser cercano.

El Medef y la CGPME, principales representantes de la patronal francesa, reclamaron la vuelta al texto original presentado de forma no oficial en febrero para poder generar nuevos puestos de trabajo y reducir el desempleo, que en febrero aumentó en 38.900 nuevas personas en paro. La ministra de Trabajo se limitó a asegurar “entender las inquietudes de la juventud” y añadió a su perfil de Twitter una foto rodeada de jóvenes sonrientes. El primer ministro francés, Manuel Valls, que cumple dos años en el cargo este jueves, calificó la reforma de “inteligente, audaz y necesaria”.

Los estudiantes volvieron a tener un rol protagonista en la jornada y bloquearon más de 200 liceos, según el sindicato FIDL, una cifra que el Ministerio de Educación redujo a 176 institutos, de los cuales 20 fueron cerrados por la propia administración para evitar altercados violentos como el que desató la indignación el pasado 24 de marzo, cuando varios manifestantes difundieron la violenta agresión de un policía a un estudiante. El agente fue detenido esta mañana, una semana después del incidente, coincidiendo con el inicio de la huelga general.

“La movilización en internet jugó sin duda un rol muy importante. Cada generación inventa y decide cómo movilizarse”, explicó William Martinet, presidente del principal sindicato de estudiantes universitarios. “Si Hollande dio marcha atrás con la retirada de nacionalidad, ¿por qué no con la ley de trabajo?”, se preguntaba esta mañana la estudiante Laura Buratti, en alusión a la polémica propuesta de retirar la nacionalidad francesa a quienes cometan atentados terroristas que Hollande abandonó este miércoles después de defenderla durante varios meses. La última vez que la presión de la calle ganó el pulso al gobierno en materia laboral fue en 2006, aunque en 2014 las protestas no impidieron la aprobación de la “ley Macron”, que profundizó la desregulación de la actividad comercial en Francia.

Los principales sindicatos franceses aseguran que las movilizaciones continuarán “hasta la retirada” del proyecto de ley laboral. Ya hay convocadas nuevas manifestaciones a nivel nacional los próximos 5 y 9 de abril.

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