Economía | Internacional
Bruselas pone a prueba el pacto de izquierdas portugués
La Comisión Europea decide este viernes si acepta el nuevo presupuesto del gobierno socialista tras exigir más medidas para reducir el déficit. Los comunistas, que apoyan al ejecutivo de António Costa, hablan de "chantaje".
El pulso entre el nuevo Gobierno portugués del socialista António Costa y Bruselas escribe un nuevo capítulo este viernes. En una reunión extraordinaria, la Comisión Europea debe decidir si da luz verde al nuevo presupuesto luso para 2016 con las correcciones exigidas o si se lo devuelve a Lisboa con más deberes.
Pese a haber quedado segundo en las elecciones parlamentarias de octubre 2015, Costa logró desbancar del poder al centroderecha en noviembre gracias a un pacto con el Bloque de Izquierda (BE), los comunistas (PCP) y los Verdes. El nuevo gobierno en minoría prometió el fin de la austeridad tras cuatro años de duros recortes sociales a consecuencia de la crisis y el rescate del país.
Costa, sin embargo, también se ha comprometido a cumplir con la reducción del déficit. En el presupuesto de 2016, los socialistas repusieron parte de los recortes salariales del sector público y la sobretasa del impuesto sobre la renta introducido como medida de consolidación por el conservador Pedro Passos Coelho. También subieron el salario mínimo. Aun así, el presupuesto preveía un déficit público en 2016 del 2,6% del PIB, cumpliendo el objetivo de reducirlo por debajo del 3% (en 2015 fue el 4,2%).
Sin embargo, la Comisión rechazó los cálculos del Ejecutivo luso y le exigió medidas más contundentes. Bajo el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, Bruselas puede imponer fuertes sanciones a los países que muestran graves desviaciones en sus cuentas públicas. El consejo de ministros portugués aprobó este jueves el nuevo plan que será presentado este viernes tras su entrega en el Parlamento.
Según adelantaron medios lusos, los socialistas al parecer han optado por aumentar algunos impuestos indirectos. En este sentido, proponen gravar más el tabaco y los combustibles, y también subir el impuesto de matrícula de los coches. Asimismo, la banca deberá pagar más impuestos.
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, dijo este jueves que las medidas iban “en la dirección correcta”, pero que aún no se había tomado una decisión. En caso de que Bruselas volviera a rechazar el presupuesto, el Gobierno portugués tendría tres semanas para presentar otra propuesta.
Costa está entre la espada y la pared. Bruselas le puede complicar la vida con sanciones pero, a la vez, su gobierno depende del apoyo de la izquierda en el Parlamento. El Partido Comunista Portugués tildó la presión de la Comisión de “chantaje”.
La decisión sobre las finanzas públicas lusas marcará hasta qué grado Bruselas ha cambiado de rumbo y si, finalmente, relaja las duras políticas de austeridad que han dado resultados insatisfactorias en lo económico y desastrosos en lo social.