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Ahrar al-Sham, el peligro de los otros grupos ‘rebeldes’ en Siria

El conglomerado de grupos rebeldes en Siria desmiente la visión maniquea de un conflicto que amenaza con perpetuarse

La Marea presenta en su número 33 un dossier en el que tratamos de desvelar las piezas del puzzle yihadista

MADRID// Los ataques en París del 13 de noviembre por parte de ISIS han llevado a los países occidentales a replantearse la estrategia que tenían en Siria y que buscaba derrocar al régimen de Al Assad apoyando a los rebeldes sirios. En el tablero geopolítico del conflicto sirio todo cambia con una rapidez inusitada y los movimientos y explicaciones simples son una quimera.

Uno de los problemas que se plantean a la hora de analizar la situación es el establecimiento de dos bandos de grupos homogéneos monolíticos. Apelar a los ‘rebeldes’ como un ente granítico único suele ser uno de los problemas a los que nos enfrentamos para intentar comprender lo que acontece en Siria. Grupos ‘rebeldes’ han sido llamados el Ejército Libre Sirio, la rama de Al Qaeda en Siria, el Frente Al Nusra y el Estado Islámico de Irak y Levante, así como decenas de grupos con diferentes intereses, motivaciones e ideologías.  

Uno de los ejemplos que permiten conocer la complejidad del conglomerado rebelde es el caso del grupo Ahrar al-Sham. En 2014, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, reconocía a The Atlantic errores de su país en la política geoestratégica sobre Siria. “Hemos fallado en ayudar a construir una fuerza de combate creíble para ayudar a los manifestantes contra Al Assad: había islamistas, seculares, había de todo. El fallo para construirla ha dejado un gran vacío que han ocupado los yihadistas”.

Pero lo cierto es que esos yihadistas no sólo son ISIS o el Frente Al Nusra (la rama de Al Qaeda en Siria). Existen una multitud de grupos que en otras condiciones serían considerados terroristas o radicales pero que por cuestiones estratégicas han contado con el apoyo, o al menos la connivencia, de occidente y de aliados históricos de los países europeos y de EEUU.

El conglomerado ‘rebelde’

La base de datos del Sipri (Stockholm International Peace Research Institute) recoge la importación de Manpads (FN-6) por parte de los rebeldes sirios. Estas defensas antiaéreas fueron enviadas en 2012 con financiación de Qatar por Sudán a través de Turquía. En el año 2013 y 2014, los rebeldes sirios adquirieron también 50 misiles antitanque Red Arrow y otros 50 BGM-71 TOW. Los famosos antitanque TOW norteamericanos. El envío de misiles fue para el grupo rebelde Harakat Hazzm, según consta en los registros del SIPRI. Este grupo fue uno de los que más ayuda recibió por parte de EEUU pero se disolvió tras caer en una confrontación con Al  Nusra el pasado mes de marzo.

Tras el enfrentamiento, el Movimiento Hazm se unió a Jabhat al-Shamiyya o el Frente Levante. Grupo que también se encuentra formado por Harakat Nour al-Din al-Zenki y Asala wa-al-Tanmiya o Frente Auténtico. Grupos que también fueron receptores de los TOW norteamericanos por parte de Arabia Saudí. Estos antitanque TOW acaban en manos de combatientes de ISIS, como muestra este vídeo publicado en The Washington Post, en el que un miliciano de Daesh dispara con una de estas armas.

Otro grupo que forma el Frente Levante es el Frente Islámico, el grupo mayoritario de rebeldes, comandado por el grupo Ahrar al-Sham, que cuenta con el apoyo de Arabia Saudí. La multitud de grupos rebeldes, fusiones, desapariciones y absorciones de unos grupos opositores por otros dificultan el seguimiento del envío de estas armas, que son mandadas a facciones más moderadas y pueden acabar en grupos como DAESH o grupos salmistas como el Frente Islámico de Ahrar al-Sham. 

Antes de los atentados terroristas en París no eran pocas las voces que pedían a EEUU que hablara y negociara con Ahrar al Sham. Robert S. Ford, ex embajador de este país en Siria, lo pidió abiertamente en un artículo en Middle East Institute titulado Sí, hablad con los sirios de Ahrar al Sham.

Ford defendía la necesidad de hablar con este grupo salafista porque era, en julio de este año, la fuerza opositora con mayor fuerza en el campo de batalla. Y porque, además, negarse a hablar con este grupo debilitaría la posición de EEUU en Siria, dejando claro que entablar conversaciones con Ahrar al Sham no suponía tener que armarlos. 

Ahrar al Sham: El grupo opositor que quiere la sharia

Ahrar al Sham o Movimiento Islámico de hombres libres de Levante es el grupo que lidera el frente en el que se encuentran los grupos que EEUU armó y eran denominados moderados. Desde marzo de este año todos esos pequeños grupos se incluyeron en el Frente Islámico comandado por esta organización radical apoyada por Arabia Saudí. El departamento de estado norteamericano se ha empeñado en negar cualquier vinculación con esta organización islamista que aboga por imponer la sharia. Según la BBC el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, declaró que Estados Unidos «no ha trabajado ni ha ofrecido ninguna ayuda a Ahrar al Sham”.

Kirby reconoce que Estados Unidos ha apoyado a grupos rebeldes moderados y que “no ha designado a Ahrar al Sham como Organización Terrorista Extranjera”, aunque reconoce su inquietud por las relaciones del grupo con otras organizaciones extremistas como el Frente Al Nusra (La unión con Ahrar al-Sham se denomina Ejercito de la Conquista).

La visión de la democracia del grupo Ahrar al Sham quedó de manifiesto cuando su responsable de relaciones internacionales, Labib Al Nahnas, publicó un artículo en The Daily Telegraph.

“Ahrar al-Sham, como principal grupo sunita-islamista y profundamente arraigado en el paisaje revolucionario, está forjando una alternativa [a Asad y a ISIS]. Pero los que esperan una alternativa sunita perfecta según las normas de las democracias liberales occidentales están decepcionados con esta alternativa. Todos deberíamos saber a estas alturas que los sistemas políticos y modelos de gobierno que hay en occidente no se pueden importar a Oriente Medio y esperar que florezcan en un lugar donde la historia, cultura, y estructuras sociales son radicalmente diferentes”.

Llegados a este punto hay que preguntarse cuál es esa alternativa de gobierno del grupo rebelde más importante que ha absorbido a los grupos financiados por EEUU.

Objetivos del Frente Islámico (Ahrar al-Sham)

«El Movimiento Islámico de Hombres Libres del Levante es un movimiento islamista, reformista, innovador y completo. Es parte del Frente Islámico y es una formación integral e islámica, militar, política y social. Su objetivo es derrocar por completo el régimen de Assad en Siria y construir un Estado islámico cuyo único soberano […] individual, social y unificador en todo el país es la sharia de Alá Todopoderoso”. (Declaración ideológica de Ahrar al Sham, incluida en un artículo publicado en Al Jazeera).

Algunos analistas consideran que Ahrar al Sham se está moderando y por ello EEUU tendría que darle apoyo. Sin embargo, otros creen que esta pretendida moderación no es más que una operación de relaciones públicas para lograr apoyo popular y aliados poderosos para posponer sus medidas más radicales tras la consecución de la victoria frente al régimen de Bashar al Assad.

Según el investigador Nafeez Ahmed, la visión de Ahrar al Sham no es diferente en el año 2015 a la que sus líderes mantenían en 2013, donde se mostraban abiertamente mucho más radicales. Para ejemplificarlo, recoge declaraciones en entrevistas a sus líderes y detalla la nula creencia que el grupo tiene en la democracia y sus deseos imperialistas. El entonces líder, ya fallecido, de Ahrar al Sham, Hassan Aboud, declaró en una entrevista a Al Jazzera en 2014: “Estamos deseando que llegue el día en el que destruyamos con nuestras propias manos los muros que nos impusieron en Sykes-Picot. Tenemos la esperanza de ver el mundo islámico unido otra vez”. 

Como reconoció Robert S.Ford, ex embajador de EEUU en Siria, en The New York Times, “ellos están en una zona gris, pero si en una guerra civil no estás dispuesto a hablar con quien está en la zona gris no tienes muchos con los que hablar”.

Los últimos atentados perpetrados en París, Bamako y Bruselas pueden cambiar nuevamente el plan a seguir. Quizá éste pase por alianzas con grupos islamistas como Ahrar al Sham para detener al Estado Islámico. La experiencia que tuvo EEUU al apoyar a los talibanes en la guerra de Afganistán contra la URSS y la aparición años después de Osama Bin Laden estará presente, sin duda, a la hora de tomar una decisión.

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