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El Gobierno aprueba la ley que castiga el autoconsumo de luz
Los ecologistas critican que el Real Decreto de Autoconsumo que ha sido aprobado hoy, pese a las modificaciones, sigue desincentivando a la instalación de energías renovables.
Fue casi una broma de mal gusto. El pasado 5 de junio, coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente, el Ministerio de Industria presentaba el borrador del Real Decreto de Autoconsumo, dos años después de anunciar un plan que puso en pie de guerra a los principales grupos de la oposición, organizaciones ecologistas y, en general, a todos aquellos ciudadanos que defienden las energías renovables. 16 partidos políticos y 40 asociaciones firmaron un manifiesto de oposición al llamado «impuesto al sol», que obligaba a pagar un cargo adicional a todos aquellos consumidores que opten por el autoconsumo pero sigan conectados a la red eléctrica.
Hoy, cuatro meses después, el Gobierno ha dado luz verde al Real Decreto de Autoconsumo. Una ley que, según el ministro, José Manuel Soria, nace para «impulsar las energías renovables» como la fotovoltaica, eólica y biomasa, y «la generación distribuida de la energía, de cara a acercarla al punto donde se consume».
No opinan igual los grupos ecologistas. A pesar de que la ley nace con ligeras modificaciones frente a aquel borrador, éstas han sido tildadas de «cosméticas» por Ecologistas en Acción. En un comunicado, la organización denuncia «el trato de favor a la gran industria por encima del interés de la ciudadanía, las empresas y las administraciones públicas».
Un freno a las renovables
A pesar de que los ecologistas reconocen que «ha habido mejoras» en la ley, como la eliminación de cargos para las pequeñas instalaciones (las de menos de 10 kW), critican «lo farragoso del texto, la complejidad de los trámites y las sanciones que se imponen a quienes no cumplan la norma. Todo ello no contribuye, como debería, a fomentar la instalación de energías renovables, así como el ahorro y la eficiencia, en sintonía con las directrices de la UE y afrontando la responsabilidad con las generaciones futuras y el planeta. Al contrario, constituye un freno y un desincentivo para tales fines».
El llamado «impuesto al sol» despertó en su momento la burla de medios extranjeros como Forbes, que criticaron las trabas al autoconsumo en «uno de los países con más horas de sol del planeta». Los grupos ecologistas y las organizaciones partidarias de las energías renovables apuntan, por su parte, que la práctica totalidad de la energía consumida en nuestro país sigue a siendo fósil y nuclear, con una dependencia del exterior cercana al 85%.