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En busca del matriarcado perdido

"La invención de un matriarcado tiene más bien una función aleccionadora". "Sirve para justificar en el imaginario que sean los hombres quienes tienen el poder".

Ilustración de María Gil para la portada del número de octubre.

[Artículo incluido en el número de octubre de nuestra revista, que puedes comprar en quioscos y aquí]

El mito de las amazonas es machista. Una civilización de mujeres guerreras que viven sin varones y se cercenan un pecho para mejorar su destreza con el arco puede parecer empoderante y liberadora. Así ha llegado hasta hoy a través de figuras de la cultura popular como Xena o Wonder Woman.

Sin embargo, la invención de un matriarcado tiene más bien una función aleccionadora. Sirve para justificar en el imaginario que sean los hombres quienes tienen el poder. Al igual que el mito de la vagina dentada –compartido por pueblos de Japón, México o Nueva Zelanda– advierte de los peligros y excesos de la sexualidad femenina.

Además del mito de las amazonas, creado en la Grecia Clásica, otros pueblos se han dotado de leyendas sobre su pasado bajo el dominio de las mujeres. Es el caso del héroe civilizador Yuruparý, entre los tucanos del Amazonas, o de Kúwai, en Tierra de Fuego. Todos los relatos terminan igual: la autoridad patriarcal se impone y derrota con violencia a las mujeres.

La existencia de un matriarcado primitivo ha sido profusamente debatida en las ciencias sociales. Bachofen y otros evolucionistas del siglo XIX defendían su realidad histórica y lo situaban en un punto intermedio entre la naturaleza y la civilización. Pero no fue hasta el auge del movimiento feminista, en los años 70 del pasado siglo, cuando se vuelcan en este debate.

Muchas hipótesis sobre el origen del patriarcado apuntan a la maternidad. Más que el hecho biológico en sí, la causa de la dominación masculina sería la interpretación cultural que se hace de la misma. Con este giro, se soluciona una incómoda cuestión: si el patriarcado está anclado en un hecho biológico, entonces resulta inevitable.

La solución de la activista y escritora Shulamith Firestone parte de su fetichismo tecnológico y  radicalidad. En La dialéctica del sexo, publicado en 1970, afirma que la liberación de las mujeres se producirá cuando se consiga desarrollar úteros artificiales capaces de incubar fetos durante 9 meses.

En el debate sobre la existencia del matriarcado, con frecuencia se confunden los términos. La antropología cuenta con numerosos ejemplos de sociedades matrilineales, en donde la herencia se transmite de madres a hijas. Las mujeres gozan de una posición de mayor prestigio y consideración que en los grupos patrilineales pero el poder político y religioso sigue siendo una prerrogativa exclusivamente masculina.

En cualquier caso todo apunta a que las sociedades humanas han sido y son patriarcales. Puede que el matriarcado no haya existido nunca, ni en la Grecia Arcaica ni en el País Vasco. Pero tampoco lo queremos. Una sociedad matriarcal implicaría el dominio de una parte sobre la otra.

Dejemos los mitos de las vaginas dentadas y las diosas de la fecundidad en el plano de la fantasía y cntrémonos en el futuro: una sociedad feminista donde las etiquetas y categorías no determinen tus posibilidades.

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Comentarios
  1. Ésto es absurdo hay pruebas de que existía el matriarcado, pruebas de las que nadie quiere hablar, pero qué fácil es «traducir mitos» y ver sociología en lugar de las pruebas en todas las disciplinas al respecto, son demasiadas, es el colmo que aún así los señores se inventen pretextos (muy pobres por cierto) para la denigración «hasta que un bebé se forme 9 meses artificialmente»?? Por lo visto todo lo que se haga habria sido tomado en nuestra contra en años del patriarcado hasta hoy, hay que estudiar multidisciplina antes de que unos poquitos puntos de vista sobre los.mitos y un aderezo de sociología pretendan tener toda la razón, no puede ser mas ortodoxo ésto y más pobre de analisis…

  2. Esto es una tontería lo que escribes. Que ignorancia. Existe el matriarcado aun en este mundo ejemplo un pueblo al sudeste de china y ya existió antes en el neolítico en diversas culturas y religiones el culto a la/s diosa/s madre/s a la femineidad a la fertilidad antes de que todo esto fuera derrocado y ensuciado y d q ensalzaran e impusieran el patriarcado un sistema dominante machista retrógrado. Hay que volver de nuevo al numen a los orígenes creadores y amorosos del culto a la diosa madre a las mujeres al matriarcado a lo femenino a las dadoras de vida. Eso es crecimiento y enriquecimiento en todas las facetas y en la educación de nuestra futura sociedad y no en lo destructivo que es este sistema actual que nunca sirvió para nada mas que para devaluar y subyugar el rol d las mujeres en cualquier ámbito y hacer sentir superiores a los hombres que se veían inferiores.

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