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Garzón e Iglesias, lucha de liderazgos en la nueva izquierda

La plataforma Ahora en Común ha desatado una lucha de liderazgos entre Alberto Garzón y Pablo Iglesias.

MADRID// Pablo Iglesias y Alberto Garzón han desatado una lucha por el liderazgo de la nueva izquierda. Los egos son una parte indispensable de la política. Sin la ambición propia de quien se siente elegido para encabezar proyectos no habría liderazgos y una de las claves de los egos en política que sacien esa ambición es saber ocupar espacios. Identificar huecos y lugares vacíos y tomarlos, hacerlos propios para ganar peso y poder presionar encabezando inquietudes y anhelos ciudadanos. Los espacios libres se toman, no se pide permiso.

La plataforma Ahora en Común es la ocupación de un espacio libre. El éxito en las elecciones municipales de las plataformas de confluencia en Galicia, Madrid, Barcelona y Zaragoza han creado un espacio para las generales que Podemos y Pablo Iglesias no tienen interés en ocupar porque consideran que su marca es la válida para vencer en los comicios. Esa oportunidad la ha aprovechado Alberto Garzón para mostrarse a favor de esa candidatura de unidad popular. El candidato de IU está librando una nueva batalla, una más de las muchas que lleva ganadas desde que se convirtió en el diputado más joven y en la promesa de la izquierda.

Alberto Garzón ha visto la oportunidad de disputar a Pablo Iglesias el liderazgo de la nueva izquierda parapetado tras una candidatura de unidad popular en la que un entorno afín al candidato de IU ha tenido mucha influencia en su creación. No ha sido difícil encontrar apoyos para la candidatura en un Madrid cada vez más endogámico políticamente hablando. Los mismos espacios que han servido para la creación de Podemos los comparte la parte más aperturista de IU, la que sigue dentro y la que la abandonó para incrustarse en candidaturas de unidad o para formar nuevos partidos que han terminado en las listas de Pablo Iglesias. Les separa una cuestión de método, pero han sido siempre parte de la misma izquierda.

La candidatura de Ahora en Común es una herramienta de presión magnífica para Alberto Garzón. El candidato de IU podrá usar la plataforma para presionar a Pablo Iglesias a aceptar la confluencia no como una exigencia propia, sino como una necesidad ciudadana que haga que el líder de Podemos se pliegue a la gente. Garzón ha tenido que andarse con pies de plomo para poder mostrarse como impulsor de dicha plataforma por la fuerte contestación interna que puede tener en el seno de Izquierda Unida, que ya están escarmentados con los feos que Pablo Iglesias ha hecho al partido y que no permitirían la entrega de las siglas. Los movimientos de avance de Alberto Garzón siempre han sido precedidos de peticiones externas, en la mayoría de ocasiones poco espontáneas. Con la fuerza de esos apoyos se presentó como candidato a presidente del gobierno de IU. Garzón siempre ha buscado ser requerido, que su paso adelante sea exigido, aunque en realidad no fuera así y partiera de su legítima ambición política para encabezar proyectos.

Pablo Iglesias siempre ha sabido que el mayor contrincante en su camino para liderar la nueva izquierda es Alberto Garzón. El primer paso para ganar el enfrentamiento es evitarlo, por eso el líder de Podemos ofreció un puesto en las listas de Podemos al candidato de IU. Un movimiento que de ser aceptado habría eliminado la contestación en el seno de las izquierdas y habría incluido en su proyecto a una persona tan brillante como Garzón. Tras el rechazo de la propuesta se desataron las hostilidades. Pablo Iglesias ha sentido la creación de la plataforma de Ahora en Común como un cuestionamiento de su liderazgo, no sólo en el seno de su espectro ideológico, sino dentro de su partido. Iglesias es consciente de que la plataforma se presentó cuando se gestaba un momento de crisis interna por su manera de plantear las primarias. Un caballo de troya en Podemos para cuestionarle.

La manera de reaccionar del líder de Podemos ha dejado en evidencia la incomodidad que ha sentido con este movimiento. En los últimos tiempos el discurso de Pablo Iglesias se ha tornado mucho más agresivo con la izquierda que no está a su lado de forma incondicional que con la derecha a la que aspira vencer. Iglesias se está rodeando de fieles y sólo admite adhesiones inquebrantables. Ha comenzado unos ataques de extrema virulencia contra cualquiera que disiente y no ve y analiza la realidad política como él. La entrevista que se publicó en el digital Público tras una reunión con Alberto Garzón y que fue un ataque muy agresivo a Izquierda Unida sólo fue un capítulo de la desafección irreconciliable que se da en ambos sectores. El discurso descarnado, hiriente y despectivo que realizó en el Foro por el Cambio el pasado fin de semana contra Izquierda Unida a la que acusa de hacerle chantaje con la plataforma Ahora en Común, no augura entendimientos entre estas dos visiones de la nueva izquierda. Una lucha por el liderazgo que tiene mal encaje en una lista de unidad popular.

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