Economía social | Sociedad
Les Carolines, 41 años de sueño escolar
Este colegio concertado mantiene un modelo educativo cercano a las escuelas libres y apuesta por la libertad del individuo y el trabajo en común
Artículo publicado en el número de octubre de 2013 de La Marea, disponible en nuestra tienda online
Valencia, 1972. Una joven maestra, de nombre Chon García-Sala, ve materializado un sueño: crear una escuela que huyese de las pedagogías clásicas heredadas del franquismo. Ese mismo año, en el barrio de Benimàmet, nace Les Carolines, con 23 alumnos de uno a cinco años. Un lustro después, se constituye la cooperativa de trabajo asociado que da lugar a la escuela actual y el proyecto de García-Sala es una realidad consolidada.
Les Carolines es hoy un centro de enseñanza concertado en cuyas 29 aulas se sientan más de 500 alumnos, de 1 a 16 años. Ubicada en Picassent, un municipio cercano a Valencia, cuenta con 75 trabajadores entre personal docente, de administración y servicios. La mitad de ellos, 38, son socios de la cooperativa.
Las cosas han cambiado mucho en estas cuatro décadas de historia del centro, pero su actual director, Miguel Ángel Moret, aún recuerda sus inicios, cuando tuvieron que pedir ayuda a los padres y madres para que entrasen a formar parte de la cooperativa. También el cambio de ubicación, en 1982, cuando se trasladaron hasta su emplazamiento actual. Igual de importante fue el año 1985, cuando la primera promoción de estudiantes, nacidos en 1971, completaron su ciclo formativo.
Los principios de la escuela, que está totalmente integrada en el sistema educativo, son la libertad, el rechazo de la violencia y la no ideologización del alumnado. Además, defienden la identidad valenciana educando a los niños “en la convivencia, el respeto, la empatía, las habilidades sociales y trabajando la inteligencia emocional”. En definitiva, resume Moret, “fomentando un espíritu crítico que lleve al alumnado a ser ciudadanos y ciudadanas libres y responsables”.
En la línea de las escuelas libres, siguen una “metodología de trabajo activa”, en la que tiene un gran peso el trato personalizado, y donde se trabaja con “un modelo cariñoso que enseña a preocuparse de los demás y a dejar que se ocupen de uno”.
Esta forma de gestión y la apuesta por “hacer una escuela alegre” son las bases sobre las que se sustenta Les Carolines. Un centro educativo donde se defiende que “el trabajo compartido tiene un mejor redimiento y un menor esfuerzo que el trabajo individual”. Los escolares de hoy serán los cooperativistas del mañana. Para eso también les preparan en clase.
Yo Soy el energúmens que comenta este padre de dos niñas que, habiéndolas matriculado, al mes del inicio del curso, sin màs explicación las dio de baja.
Cuando realizamos las visita y entrevistas familiares comunicamos que ante cualquier problema se acuda a exponerlo al colegio.
Esta família fue al centro a comunicar la baja, tenien otro centro público Ya solicitado.
A nuestro centro Le supo mal no haber sido informador del problema de salud de la madre, pues hasta le comunicamos que el centro le hubiese dado dos plazas de transporte escolar sin coste paea la família.
La família no lo accepto porque ta tenia Plaza en otra Ciudad.
Este señor nunca vino al centro a comunicar nada, ni a manifestar ningún descontento, si que se dedicó a utilitzar las redes para contar lo que él creyó conveniente. Habría que preguntarle a él que postura adoptó, poco tiempo después de dejar nuestro colegio, con respecto a su mujer, que tal y como él mismo indica tenía un grave problema de salud.
Nuestro centro nunca la hubiese de Atender a esa mujer con una grave enfermedad, ni a las niñas, como ya hemos hecho en otras situacions en las que nos hemos visto afectades.
Lamento mucho esta situación y el odio que he podido notar en esta persona, con quien nunca he podido hablar de nada de lo que en su artículo refleja.
Mis hijas acaban de empezar el curso y la verdad es que el colegio nos parece ideal por el tipo de enseñanza y las nenas están muy contentas.
Nosotros también lo estábamos pero, por un problema de salud grave de mi mujer nos tenemos que mudar (con todo lo que eso conlleva) y al ir a hablar con el gerente, éste se ha puesto como un energúmeno a decirle a mi mujer (de malas maneras) que teníamos que haberlo dicho antes a ellos que hubieran tomado una decisión (poneos en el caso, mi mujer delicada de salud y este hombre poniéndose como una fiera: que si dos plazas perdidas, que si tal…).
Espero, si lleváis a vuestros hijos allí, que no tengáis ningún problema con ellos.
Solución? Viendo cómo os habéis portado con mi mujer, desde luego que sea como sea, no quiero que esa intitución eduque a mis hijas.