Economía social

Som Energia fomenta el cambio energético

La cooperativa produce su propia energía, compra el resto a través de una empresa que apuesta por las renovables y trabaja para crear una masa crítica que fuerce al Gobierno a cambiar de política

Artículo publicado en el número de julio de 2013 de La Marea, disponible en nuestra tienda online

La cooperativa Som Energia se constituyó en diciembre de 2010 en Girona con el objetivo de promover un cambio de modelo energético mediante el fomento de las energías renovables. La meta principal del proyecto es avanzar hacia un modelo 100% renovable, pero para ello ha tenido que enfrentarse a un sistema centralizado en el que toda la energía que se produce, bien sea a partir de fuentes renovables como la eólica y la solar, como nuclear o a partir de combustibles fósiles, acaba mezclándose en la red eléctrica.

Un modelo descentralizado permitiría acercar las fuentes de producción de energía renovable a los puntos de consumo. De ese modo, se establecería una conexión directa que evitaría que este tipo de energía se mezcle en la red con electricidad procedente de otras fuentes. Ésta es una de las principales reivindicaciones no sólo de cooperativas de energía verde como Som Energia, sino también de asociaciones como la Plataforma para un Nuevo Modelo Energético.

Hasta que este modelo llegue a implantarse, la cooperativa ha optado por actuar a través de varias vías: por un lado, producir su propia energía a partir de fuentes renovables, y por otro, comprar energía en el mercado con el sello de garantía de origen que asegura su procedencia de fuentes renovables.

La primera cubierta fotovoltaica de la cooperativa entró en funcionamiento en Lleida en marzo del año pasado. Actualmente, son ocho las que ya están generando un volumen de electricidad equivalente al consumo de unas 400 familias. En julio de este año está previsto que entre en funcionamiento la nueva planta de biogás que se está construyendo en Torregrossa (Lleida), y que producirá energía para el consumo de unos 1.100 hogares. Con estas infraestructuras, la cooperativa producirá energía para cerca de 1.500 socios. Sin embargo, el numero de contratos actuales de SomEnergia supera ya los 6.000, por lo que el resto de la energía necesaria la compra en el mercado(*).

Desde la cooperativa explican que decidieron externalizar ese proceso de compra hasta familiarizarse con el complicado funcionamiento del mercado energético. Para ello, escogieron a la compañía leridana AE3000, una pequeña empresa que apuesta por las renovables y con la que comparten los mismos valores. AE3000 es quien adquiere en la bolsa energética la electricidad necesaria para satisfacer el consumo de los socios de la cooperativa.

Compra a productores renovables

Como en la red eléctrica confluye la electricidad generada a partir de todo tipo de fuentes, resulta imposible adquirir únicamente aquélla que provenga de fuentes renovables. Sin embargo, sí que hay un modo de visibilizar esta demanda de energía verde. Y es que todo productor de energía renovable recibe unos certificados de garantía de origen por el mismo volumen de la electricidad que produce. Som Energia compra esa cantidad de energía necesaria y, posteriormente, gestiona la obtención de los certificados de garantía de origen por la misma cantidad, que les transfieren sin coste las productoras de renovables. Por ejemplo, en el año 2012, la cooperativa consumió 4GWh de electricidad y, por ello, adquirió certificados por un total de 4GWh.

El sector eléctrico se compone de cuatro actividades principales. La primera, la generación, es la producción de la energía eléctrica; en segundo lugar, el transporte, que consiste en la transmisión de la energía eléctrica por las redes de alta tensión, propiedad exclusiva de Red Eléctrica Española (REE); la distribución –que incluye la construcción y el mantenimiento de las instalaciones destinadas a suministrar la electricidad a los puntos de consumo, así como de los contadores– la gestiona en cada lugar la empresa derivada del antiguo monopolio público (en el caso de Barcelona, por ejemplo, Endesa Distribución); y, por último, la comercialización, es la compra y venta de energía eléctrica y la gestión del pago por parte de los consumidores, que supuestamente está liberalizada para que los consumidores puedan elegir a quién le compran la electricidad.

Som Energia gráfico

Tan sólo en las fases de producción y comercialización existe competencia entre empresas, y éstas son las áreas en las cuales actúa Som Energia, que se ve obligada al pago de un peaje a las grandes compañías que controlan el transporte (Red Eléctrica Española) y la distribución, por el uso de la red.

El principal objetivo de la cooperativa es llegar a producir la misma cantidad de electricidad que consumen sus socios. Sin embargo, la eliminación de las primas a las renovables a principios del pasado año ha supuesto que tuvieran que parar muchos proyectos que ya estaban en marcha, y ha complicado la viabilidad económica de nuevas instalaciones de producción de energía limpia. Por este motivo, parte de los esfuerzos de SomEnergía se centran en buscar la manera de promover el autoconsumo entre sus socios. Ya existe un bar en Mataró (Barcelona) que funciona únicamente con la energía que se genera en el propio local.

Por otro lado, se premia el ahorro, siguiendo la máxima de que la energía más limpia es aquella que ni se produce ni se consume. Con este objetivo, la cooperativa reduce el precio de la parte fija de la factura (la potencia contratada) y eleva la variable (el consumo), por lo que el socio que ahorre energía lo verá reflejado a posteriori en su factura de la luz.

Más de tres millones de euros de inversión

Som Energia ha invertido ya cerca de 3.100.000 euros en instalaciones de producción de energía renovable, y la cooperativa cuenta con 400.000 euros más pendientes de encontrar proyectos en los que invertir. El dinero procede de la inversión de los propios socios, que ejercen la función de los bancos, prestando dinero a la cooperativa. De esta manera, Som Energia puede financiarse y los intereses no van a parar a las entidades financieras sino a los propios socios. La inversión está en estos momentos parada por falta de proyectos.

Los socios, después de aportar 100 euros al capital social de Som Energia, una cantidad que es posible recuperar en el momento de abandonar la cooperativa, pueden contratar cuantos suministros tengan a su nombre y hacerse responsables de hasta cinco contratos de luz de otros titulares.

La meta última de Som Energia y de otras cooperativas o empresas que apuestan por las energías renovables es generar la masa crítica, es decir, la demanda suficiente para forzar al Gobierno a cambiar las políticas energéticas y avanzar de este modo hacia un modelo descentralizado, centrado en las fuentes renovables y no contaminantes.

(*) A junio de 2015, Som Energia cuenta con 20.256 socios y 25.473 contratos. La planta de biogás de Torregrossa (Lleida) se inauguró en marzo de 2014.

La Marea, Suscripción, Revista

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