Economía | Internacional
Medio siglo sin cumplir el compromiso del 0,7%: la ayuda al desarrollo de Europa es del 0,51%
La ayuda al desarrollo de España es aún más baja (el 0,24%), según un informe de la red de ONG de Desarrollo europeas CONCORD.
“Cada país económicamente adelantado aumentará progresivamente su asistencia oficial para el desarrollo a los países en desarrollo para alcanzar el 0,7% de su producto nacional bruto (PNB)”. Ese es el compromiso que se alcanzó en la Asamblea General de las Naciones Unidas del 24 de octubre de 1970, y el objetivo era alcanzarlo en 1975. 50 años después, la media en ayuda al desarrollo de los países europeos es del 0,51%. La española no supera el 0,24%.
Las cifras pertenecen al informe AidWatch 2024, elaborado por la red de ONG de Desarrollo europeas CONCORD, y del que se extraen algunas conclusiones, como que “los países que debían haber recibido esos fondos han perdido más de 1,5 billones de euros desde que se firmó el compromiso”.
1 de cada 5 euros invertidos responden en realidad a los intereses políticos y económicos de Europa
Las cifras generales, comentan en el estudio, “ocultan otro dato muy preocupante: más de 18.900 millones de euros declarados por los países europeos como ayuda al desarrollo no lo son en realidad. Más de 1 de cada 5 euros no contribuyen al desarrollo de los países receptores, sino a los intereses comerciales o políticos de los países donantes”.
Para los autores del informe, las recientes declaraciones del comisario europeo para esta política, Jozef Síkela, “desatan la voz de alerta”. Éste aseguró, a través de X, que su objetivo es “contribuir al máximo al desarrollo económico de Europa”. «La cartera de Asociaciones Internacionales me permitirá centrarme en reforzar la seguridad económica de la UE, diversificar nuestros proveedores de materias primas fundamentales y abrir nuevos mercados para las empresas europeas”, escribió.
Las políticas de los Estados europeos no contribuyen al desarrollo y la paz
El estudio refleja que esta situación «afecta también a las instituciones de la UE, que contemplan más de 4.000 millones de euros como cooperación, cuando en realidad no responden a los criterios establecidos para considerarla como tal».
El informe también pone la atención en que “los beneficios de la cooperación corren un grave riesgo, puesto que otras políticas de los Estados europeos no contribuyen al desarrollo, la paz, la garantía de los derechos humanos, la igualdad entre hombres y mujeres o la protección del planeta”.
Esto se entiende manera muy clara, esgrimen los investigadores, cuando se observan las causas de los procesos migratorios: “La responsabilidad de los países europeos en la emergencia climática, los conflictos o la escasez de recursos debería guiar las decisiones políticas en un momento en el que Europa se plantea la instauración de campos de reclusión de personas migrantes fuera del territorio europeo”, afirman.
La ayuda al desarrollo de España: menos de la mitad de la media de Europa
2023, en España, fue un año de retrocesos cuantitativos: se perdió la senda del crecimiento de la ayuda al desarrollo de los últimos años, bajando un 19% con respecto al año anterior y ubicando el porcentaje en un 0,24%, lo que significa menos de la mitad de la media en la UE y aún más alejado del compromiso del 0,7% establecido por la Ley.
“El reciente anuncio del Gobierno sobre el techo de gasto, ubicado en un 3%, hace temer que el necesario incremento en los fondos de cooperación pueda peligrar frente a otros compromisos, como el gasto militar, que puede superar el 2%”, reseñan en el informe.
Como elemento positivo, destacan, el porcentaje de “ayuda inflada” –es decir, aquella que no contribuye realmente al desarrollo– ha descendido significativamente: pasa de estar por encima del 25% a un 8%.
Si se hubiera cumplido el 0,7 % podría ser que hoy no existiría el tema de la inmigración.
Pero la inteligencia de antaño ha devenido en un mundo de primates que para ellos la ayuda al desarrollo es la ayuda al armamento, a la OTAN, a terminar de expoliar el planeta y a los seres que estorben en el camino.
La ayuda debería ser obligatoria pues su pobreza es nuestra riqueza, pero incluso la poca ayuda que devuelven a los pueblos explotados no es desinteresada, está pensada en proyectos que beneficien a los donantes; pero no a los receptores.
Nos creemos muy listos; pero una cosa es la sabiduría y otra la pillería. Esta tiene corto y fallido recorrido.