Raquel Martí (UNRWA): “Este invierno va a morir mucha gente de frío en Gaza”

A Raquel Martí, directora ejecutiva de UNRWA Comité Español, Partido Popular y Vox no le permitieron comparecer ante la Asamblea de Extremadura el pasado febrero. Aunque PSOE y Unidas por Extremadura solicitaron su participación para exponer la situación de la población palestina, la derecha y la extrema derecha consideraron que no se podía “dar voz” a una agencia “que tiene sobre ella la acusación de colaboración con grupo terrorista”. De las 19 personas señaladas por Israel, la ONU ha concluido que solo nueve “pudieron” estar involucradas en los ataques, si bien no cuenta con indicios fehacientes que amparen la acusación del gobierno de Benjamin Netanyahu.

Para tratar de reparar este veto, la Fundación Por Causa invitó a Martí a participar en el VII Congreso de Periodismo de Migraciones, que se celebró en Mérida el pasado 9 y 10 de octubre. Durante su intervención, denunció las continuas violaciones del derecho humanitario internacional por parte de Israel y el silencio cómplice de la comunidad internacional.

Le entrevistamos en lamarea.com el 17 de noviembre de 2023, un mes y medio después del atentado de Hamás y del inicio del genocidio contra Gaza. En la entrevista decía que en toda la historia de la ONU no habían visto una catástrofe humanitaria como la de la Franja. ¿Qué valoración hace un año después?

En aquel momento, en noviembre, cuando ya se vivía una situación terrible, nunca habría imaginado que llegaríamos al punto en el que estamos ahora. Por mucho que alguien me lo hubiese contado, nunca habría dado crédito; nunca habría pensado que íbamos a ver esta masacre tan terrible en Gaza, este grado de destrucción y, sobre todo, nunca pensé que la comunidad internacional iba a permanecer impasible.

Se ha asesinado a 16.500 niños y niñas. Todas las cifras que das de Gaza no tienen precedente. Las personas que trabajan en Naciones Unidas y que tienen más experiencia que yo aseguran que nunca han visto nada igual en toda su carrera. El grado de destrucción, dice nuestro secretario general, es apocalíptico; como cuando ves esas películas de ciencia ficción sobre el fin del mundo… eso es en lo que han convertido Gaza. Y es algo que no me hubiese imaginado jamás.

Nunca podría haber imaginado que se redujese de tal manera la ayuda humanitaria, que toda una población iba a pasar hambre y que hubiese ya tantísimos niños desnutridos. Y esto sucede porque Israel no permite la entrada de ayuda humanitaria y porque ha ido reduciéndola. En agosto entraron unos 2.200 camiones en un mes. Esto significó que dejamos de repartir alimentos a un millón de personas, a personas que no tienen absolutamente nada, porque UNRWA es la agencia que reparte los alimentos. En septiembre, hemos dejado a un millón y medio de personas sin comida, por lo cual, el grado de desnutrición, sobre todo infantil, aumenta cada día. 

Las cosas que estamos viendo no tienen parangón. Por ejemplo, estos días, están ordenando el desalojo de los hospitales en el norte de Gaza y hemos visto vídeos de la Unidad de Cuidados Intensivos llena de niños de menos de cuatro o cinco años. Y los médicos decían que no los podían desenchufar de las máquinas, que no había formas de trasladarlos a ningún otro hospital. Al principio de la ofensiva, algunos médicos retornaron a un hospital tras ser desalojados por la fuerza y grabaron los cadáveres en descomposición de los niños. Este tipo de barbaries jamás pensé que las iba a ver. Pero, insisto, lo que es peor: jamás pensé que se iban a cometer tantas violaciones del derecho internacional y que la comunidad internacional iba a seguir impasible. Es algo que no puedo entender, que me sorprende cada día.

En ningún conflicto reciente se ha matado a 42.000 personas en un año. ¿Por qué cree que la comunidad internacional no ha intervenido de ninguna manera?

Es una pregunta que habría que hacerles a ellos; yo no sé por qué no están tomando todas las medidas diplomáticas que tienen para conseguir un alto el fuego, no sé cuál es el motivo. ¿La alianza entre Israel y Estados Unidos? ¿Que al resto de países les dé miedo romper las relaciones con Israel? No puedo entender que con todos los informes que tenemos, todos los vídeos que hay en redes, todos los reportajes de los periodistas locales… nadie esté intentando pararle los pies a Israel.

En una guerra, lo habitual es intentar que el otro bando se rinda. En este caso, no parece que el objetivo sea ese, porque no hay un otro con el cual compararse. ¿Qué cree que busca Israel con esto?

Lo que dijeron al principio es que la intención era acabar con Hamás y liberar a los rehenes. Ha pasado un año y no han acabado con Hamás ni han liberado a todos los rehenes. Pero es que, además, hay que entender que Hamás no es solamente un grupo armado de no sé cuántas personas; es también una idea, y es dificilísimo parar las ideas. Israel calcula que ha matado a unos 14.000 miembros de Hamás, una cifra que habrá que constatar; pero da igual, porque todos esos niños a los que están sometiendo a una tortura horrible van a formar parte en el futuro de las filas de Hamás o de otra organización armada que surja. Lo que están consiguiendo es generar más odio entre la población.

En resumen: con Hamás no han acabado en un año y a los rehenes solo los han liberado cuando han negociado con Hamás. El problema es que ya no han vuelto a aceptar ninguna negociación. ¿Cuál es el objetivo de Israel? No lo sé, pero me da mucho miedo que decidan desalojar el norte de Gaza y que no permitan volver nunca más a la población al territorio.

Entiendo que se está refiriendo a una posible anexión del norte de Gaza por parte de Israel, una hipótesis que no sería descabellada conociendo la historia. ¿Podríamos ver a Israel anexionarse la Franja al completo mientras avanza en la colonización de Cisjordania?

La verdad es que no lo sé, pero hoy he escuchado a [Bezalel] Smotrich, que es ministro de [Benjamin] Netanyahu, decir que Israel se tiene que anexionar todos los países que hay a su alrededor: Líbano, Jordania, Siria y, por supuesto, Cisjordania y Gaza. Esa es la intención de los ultranacionalistas, de los supremacistas israelíes, y esa es la intención de los colonos. Hemos escuchado muchas veces estas afirmaciones de estos políticos que están en el Gobierno y que han amenazado a Netanyahu con romper si había un alto el fuego. 

Realmente no sé si todos comparten ese mismo objetivo pero lo que han demostrado hasta ahora es que no han parado de anexionarse territorios. De hecho, Jerusalén Este se lo tienen anexionado de facto y consideran que ya es parte de Israel. Es por eso que quieren echar a UNRWA de Jerusalén, porque consideran que no tiene que haber una agencia de Naciones Unidas en Israel, porque allí no hay refugiados. Sin embargo, hay dos campos de refugiados en Jerusalén Este. Constantemente se están anexionando territorios, construyendo más colonias israelíes… por lo que todo indica que el objetivo es anexionarse la mayor parte del territorio que puedan.

En su intervención en el Congreso de Periodismo de Migraciones de Mérida ha criticado que el conflicto se esté contando desde la perspectiva israelí. ¿Por qué cree que una mayoría de medios de comunicación occidentales le compran el relato a Netanyahu?

Pienso que los medios occidentales creen más el relato israelí que el palestino. Desde el 7 de octubre he hecho un sinfín de entrevistas y he tenido que justificar constantemente los datos que yo aporto, porque, según muchos periodistas, son datos de Hamás, y eso los pone en duda. Pero son datos del Ministerio de Salud palestino que los recopila la Autoridad Palestina en Ramala de los hospitales que hay en Gaza.

Además, son datos que contrasta Naciones Unidas. En cada una de las escaladas del conflicto entre Israel y Palestina, UNRWA después ha contrastado las cifras y nunca ha encontrado diferencias significativas. De hecho, ya hay muchos organismos que están publicando los nombres, los números de identificación, la edad o el sexo de los asesinados. Pero son cifras que se ponen en duda por el simple hecho de que proceden de periodistas locales o del ministerio palestino. Sin embargo, un teletipo del ejército israelí parece que es la única fuente oficial y fiable que se puede tener.

Ni siquiera las informaciones que aporta Naciones Unidas parece que tengan mucho valor para la prensa occidental. Hace unos meses publicamos un informe sobre torturas y no ha tenido ninguna repercusión en medios. Un informe que yo no fui capaz de terminar de leer. De nuevo, habría que preguntar a los medios por qué dan veracidad a unas fuentes y no a otras, cuando ambas son parte del conflicto. Si una no vale, la otra tampoco.

Lo que dice la ONU es que los datos son aparentemente correctos y, de hecho, podrían quedarse cortos porque no estarían contabilizando a las miles de personas que podrían haber muerto bajo los escombros. La revista The Lancet ha cuadruplicado el número de asesinados en Gaza. Sin embargo, los datos siguen estando en duda.

Los muertos que se están contabilizando son los que se registran en los hospitales. Los que mueren sin ir al hospital, se entierran y no cuentan. La cantidad de fosas que se están descubriendo con cadáveres no están contabilizadas. Israel entró el otro día en Gaza un camión con 80 cadáveres en descomposición y sin identificar. Lo único que pudo hacer el Gobierno de la Franja fue meterlos en una fosa común y enterrarlos.

Además, la gente no solo muere por las bombas. También mueren por las enfermedades, por la falta de medicación… hay cientos de miles de personas en Gaza con enfermedades crónicas, que necesitan medicación como insulina, pero Israel no deja que entre. ¿Cuántos diabéticos han muerto? No lo sabemos. No dejan entrar tratamientos para el cáncer. ¿Cuántas personas han muerto por cáncer en Gaza? No lo sabemos. ¿Cuántas personas han muerto por infecciones o por desnutrición? No tenemos esa información. Cuando realmente se pueda hacer un censo de verdad, cuando de verdad sepamos, con datos corroborados, el número de personas que han muerto en Gaza, nos vamos a llevar las manos a la cabeza.

¿Qué sentido tiene restringir el paso de medicinas dirigidas a la población civil si el objetivo de Israel es acabar con Hamás? ¿Por qué hacer sufrir a la población civil de esa forma? ¿Es también parte de un objetivo mayor?

No te puedo responder a eso, porque no sé cuál es la intención del ejército israelí. Yo te puedo decir lo que está pasando, y es que están aplicando un castigo colectivo a toda la población porque consideran que todos los gazatíes apoyan a Hamás y, por tanto, hay que acabar con todos ellos. Están utilizando la ayuda humanitaria como arma de guerra; están utilizando la salud como arma de guerra; están utilizando el agua como arma de guerra…

Los niños llevan ya un año fuera de los colegios y están soportando un trauma que les va a durar toda la vida. Hemos sacado un estudio con la Universidad de Cambridge que llega a la conclusión de que los niños van a retroceder cinco años en su nivel de conocimiento. Ante esta situación, no podemos reanudar el cole, porque no nos quedan escuelas, han atacado 190 de nuestras instalaciones y las que siguen en pie están ocupadas por gente desplazada. Con el grado de trastorno psicológico que tienen los niños, no los podemos poner a estudiar matemáticas, pero vamos a empezar con actividades de apoyo psicosocial y poco a poco vamos a empezar a hacer lo que hemos denominado como back to learning, una vuelta al aprendizaje con la intención de mantener lo que ya saben. Vamos a ir poco a poco, entre juegos, introduciendo un poco de matemáticas, un poco de árabe… Pero Israel no nos está dejando entrar material escolar, cuadernos, bolígrafos, algo con lo que los niños puedan dibujar, escribir.

Además, hay 1,3 millones de personas sin tienda de campaña y sin refugio, y llega el invierno, llegan las lluvias, las bajas temperaturas, e Israel no permite entrar tiendas de campaña. No deja específicamente entrar anestesia, y los médicos están realizando amputaciones sin anestesia, desinfectando con vinagre… ¿Por qué sucede esto? No lo sé, pero están aplicando una tortura absolutamente brutal contra la población.

Ha hecho referencia a la llegada del invierno y del frío. En 2023, la situación no era tan drástica como lo es ahora y todavía quedaban infraestructuras en pie, no se había alcanzado la barbarie de haber destruido o dañado dos tercios de los edificios de la Franja. ¿Qué esperan que suceda durante este invierno?

Va a morir mucha gente de frío, de hipotermia. La zona de Al-Mawasi, en el sur, es una franja que va desde Rafah a Jan Yunis, y ocupa un 13% del territorio de Gaza. Ahora mismo, es el único territorio que no tiene orden de desalojo y hay tal grado de hacinamiento en esa zona que la gente se está poniendo en el borde del mar, y las mareas ya están inundando las tiendas y llevándoselas. Tiendas que están hechas con sacos, trozos de plástico, alfombras… no están preparadas. Y en cuanto empiece a haber temperaturas bajo cero, mucha gente, sobre todo niños, van a morir por neumonía.

Hay datos que hasta a mí me cuesta creer, pero es que ahora mismo toda la población gazatí está enferma; 2,6 millones de personas tienen algún tipo de enfermedad. A muchos niños ni les hemos podido vacunar porque están desnutridos. Cuando hemos empezado con las actividades del programa back to learning, en el que ahora mismo participan 30.000 niños, hay muchos que no quieren ir porque no tienen zapatos y les da vergüenza. Porque los han perdido en las huidas y están descalzos.

Cuando leemos un titular del tipo “Israel ha matado a un dirigente de Hamás”, ¿qué segunda lectura podemos hacer?

A mí, una de las cosas que todavía me sorprende es que, cuando leo las noticias, el titular es el que dices; pero si sigo buscando información de ese ataque, me encuentro que han matado, por ejemplo, a otras 17 personas en ese mismo ataque con un F16 tras bombardear un café en el que, supuestamente, se encontraba un líder de Hamás. 17 personas asesinadas, entre ellas dos niños, para matar a un líder de Hamás. Realmente, parece ser que no importa el precio que tienen que pagar los civiles. 

Pero esto no es algo nuevo, esto lleva pasando toda la vida. Recuerdo que hace unos años atacaron un edificio en Gaza que estaba al lado de una escuela de UNRWA para matar a un comandante de Hamás. Lo mataron a él, a sus hijos, a su mujer y a no sé cuántos vecinos, y hubo daños en la escuela. La noticia era de nuevo la misma, pero se obviaba que habían asesinado a su familia y a los vecinos. Es algo que parece que no importa, que son daños colaterales asumibles y que no merecen formar parte de un titular.

El objetivo, según Israel, sería acabar con Hamás; si abrimos el foco, parece que es la población palestina en general, pero hay algunos colectivos concretos a los que el ejército hebreo ha colocado en el punto de mira: periodistas, sanitarios y trabajadores humanitarios. En concreto, 226 trabajadores de UNRWA ya han sido asesinados y, en los últimos días, Israel ha comenzado a atacar a las fuerzas de paz de la ONU en el Líbano, los conocidos como cascos azules. ¿Por qué cree que Israel ha puesto en el foco a los trabajadores humanitarios?

Israel lleva mucho tiempo intentando acabar con UNRWA. Nos ha acusado de terroristas, ha dicho que en nuestros colegios educamos para crear antisemitas, nos ha criminalizado constantemente y nos ha convertido en uno de sus objetivos. Es parte de la estrategia para acabar con nosotros. Ya ha destruido una parte importante de nuestras instalaciones y ha asesinado a 226 compañeros, además de intentar quemar en dos ocasiones la sede en UNRWA o torturar a personal de la agencia.

¿Cuál es la finalidad?

UNRWA representa el derecho al retorno de la población refugiada de Palestina. Israel cree que si desaparecemos, desaparecerá este derecho, lo cual no es cierto, porque hay resoluciones de Naciones Unidas que así lo reconocen y porque los refugiados, físicamente, no desaparecerán. Pero ellos creen que si no está la agencia que defiende los derechos de los refugiados, este tema se irá diluyendo de la agenda internacional y no habrá nadie que defienda sus derechos. Ese es el objetivo de Israel.

Y, de esa forma, seguir vaciando los territorios palestinos. Si los refugiados no pueden volver y quienes están tienen que huir…

Ahora mismo hay dos propuestas de ley en el Parlamento israelí para expulsar a UNRWA de Jerusalén Este y otra para quitarle los privilegios e inmunidades de Naciones Unidas a nuestra agencia. Estos privilegios están recogidos en una resolución en la que toda Naciones Unidas tiene inmunidad, es decir, no puedes detener a un funcionario de la ONU, no puedes entrar en una instalación de la ONU, no puedes requisar o registrar un vehículo de la ONU… Es un tratamiento internacional reconocido por todos los países que forman parte de Naciones Unidas que protege el trabajo de la ONU y de sus funcionarios. Israel quiere retirar esa inmunidad a UNRWA, por lo que no tendrá problema para poder detener a los miembros de Naciones Unidas, para poder interrogarles y para quitarles todo lo que conlleva su inmunidad. Es una forma más de intentar acabar con nosotros.

Pero acabar con UNRWA es dejar a más de medio millón de niños y niñas palestinas sin educación. Una parte fundamental del trabajo de UNRWA es llevar el registro de los refugiados de Palestina, y si algún día existe un derecho a retornar a sus hogares o a ser compensados, nosotros seremos la fuente oficial. Si UNRWA desaparece, dejará de registrar a los niños que nacen, que son refugiados de Palestina y tienen derechos, igual que sus padres y sus abuelos. Es dejar a todo un pueblo desprotegido; seis millones de personas que están bajo el mandato de UNRWA que quedarían sin dignidad y sin recursos. Sería exponerlos todavía más a la violencia israelí.

Para quien no conozca UNRWA, se trata de una agencia excepcional que trabaja para un solo pueblo, el palestino, lo que, a su vez, demuestra la excepcionalidad de ese pueblo; y lo que a su vez explica que aunque esta situación sea insólita es, en realidad, la continuación de una política que desde Israel se lleva aplicando durante años. ¿Cree que este es un punto de inflexión en esos acontecimientos que ya duran más de siete décadas o es otro punto más, como ya han habido tantos otros?

Es la continuidad de una política. Esto no empieza el 7 de octubre. A partir de esa fecha se agrava muchísimo, pero ya los palestinos pasaron por la Nakba en 1948 y por muchísimas otras situaciones. Hay muchas personas en Palestina que sufrieron la Nakba que consideran que esto es peor todavía, porque al menos en el 48 tuvieron la oportunidad de huir, pero ahora no pueden hacerlo. No tenemos precedentes de algo parecido. Entonces los echaron de sus casas, pero no los sometieron al bloqueo, a la falta de medicamentos, a la hambruna… Y todo eso sin poder huir. Ese es el punto de inflexión, pero esto no empezó el 7 de octubre, empezó muchísimo antes.