Sobre la escuela de malas

Me avergüenzo de que una revista como La Marea, que he difundido y recomendado a amigos y conocidos, publique en su nº26 un artículo despreciable, misógino en el fondo y atrabiliario en la forma.  Al autor, que por simplificar llamaremos BP,  haciendo gala del peor mediopelismo, busca el comentario ingenioso para descalificar a un contrincante. El problema surge  cuando uno no es ingenioso. Y el artículo de BP no lo es. Es la acusación implícita de cinco mujeres como  brujas  y, aunque no se dice, con su referencia al cuento de Hansel y Gretel, dignas de acabar con ellas.

No es mi intención hacer un panegírico de estas mujeres, con cuyo ideario político no me identifico. Pero quiero llamar la atención de lo arbitrario que supone enmarcarlas en un contexto del mal, por ser mujeres y por ser de derechas, pues sino ¿por qué no hacer un grupo con mujeres y hombres del PP que quizás tenga más afinidades que éstas cinco, o con sólo hombres o marcianos a secas?  Y no deja de ser significativo que no mencione a Saéz de Santamaría, la principal responsable de la política de este gobierno, junto con Mariano Rajoy

Pero, ¡ay!  amigo Sancho, en la vida lo que importa no son los trazos gruesos sino los matices. Pues el caso es que estas cinco mujeres que menciona  BP no son clones una de las otras, ni defienden las mismas cosas, ni se pueden meter en el mismo cesto.

Valgan algunas aclaraciones para poner las cosas en su sitio.

Celia Villalobos votó en febrero del año pasado a favor de retirar la reforma de la ley del aborto que planteaba Gallardón y fue sancionada por su partido.  ¿Cuántos hombres del PP, partido que se declara de centro derecha, compartían el punto de vista de Celia y no votaron en conciencia acojonados de las consecuencias? Y, sí, Esperanza Aguirre se va a una manifestación convocada por los autodenominados Provida, como si los demás fuéramos Promuerte. Así que, al menos en este aspecto, Celia y Esperanza tienen poco en común.

Pero, ya que hablamos de Esperanza, en su entender de lo que es ser ‘liberal’  está , por ejemplo, la fuente de su defensa de legalizar la prostitución. Punto de vista que no comparte su compañera de partido Ana Botella. Otra diferencia. Hay también diferencias importantes entre las otras mujeres que incluye en su artículo BP.  Por ejemplo, Cristina Cifuentes  representa, para muchos analistas, un derecha civilizada y europea, relativamente escasa en nuestro país. Y contrapunto del localismo añejo de Rita Barberá

No, el artículo de BP apunta mal. Deja pasar soterrada su misoginia y superioridad machista con citas cultas (ya puestos a citar, ¿por qué no cita a Kate Millet?) e incita al pensamiento grueso escribiendo un artículo, que en palabras de una mujer luchadora es ” barato, fácil y de un oportunismo imperdonable”

Por eso me avergüenzo.