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Medialdea: “Me gustaría que se le diese mayor prioridad al tema de la igualdad en Podemos”

Bibiana Medialdea es profesora de Economía en la UCM y coautora, junto con María Pazos, de un documento económico sobre el sistema de cuidados que tomará Podemos

La economista Bibiana Medialdea. Álvaro Minguito

Bibiana Medialdea (Madrid, 1977) es profesora de Economía en la Universidad Complutense de Madrid y coautora, junto con María Pazos, de un documento económico sobre el sistema de cuidados que tomará Podemos como base para la discusión y que ha sido presentado esta semana. Esta economista crítica cree que la atención a la dependencia y la educación infantil debería salir, en parte, de los hogares, y llevarse a cabo de manera colectiva.

¿Cuáles son las propuestas más importantes de su documento?

Se ha vendido como un documento para la igualdad de género, pero en realidad es para un tema muy concreto: la reorganización del sistema de cuidados; es decir, sobre atención a la dependencia y educación infantil. Lo que ocurre es que es muy estratégico, ya que modificando esto se mueven muchas piezas. En el documento, por un lado, hacemos un diagnóstico del sistema actual e identificamos sus principales problemas. Lo comparamos además con los sistemas de cuidados de otros países, sobre todo nórdicos, como Suecia, que es el que nos sirve de referencia. Los ejes básicos de la propuesta son servicios públicos y condiciones laborales. Pensamos que gran parte del trabajo de cuidados tendría que llevarse a cabo de forma colectiva, social. Luego, para la parte del trabajo de cuidados que se tiene que hacer dentro de los hogares, habría que repartirlo de forma equitativa entre hombres y mujeres, hacer que sea compatible con el empleo para todas las personas. En ese aspecto, hacemos propuestas como que los permisos de paternidad y maternidad sean iguales, la jornada laboral de 35 horas o acabar con los estímulos al tiempo parcial. La idea es terminar con este modelo dual, un mercado laboral con jornadas muy largas y horas extraordinarias para los que ganan dinero y, por otro lado, mercado laboral con tiempo parcial, con desempleo o sin ni siquiera búsqueda de trabajo para las mujeres que se encargan de los cuidados. Habría que diseñar horarios más cortos para todos.

¿Han copiado totalmente el modelo de algún país o han mezclado modelos?

No es una extrapolación mecánica total, pero sí básicamente hay dos modelos que nos sirven de referencia para bien y para mal. Por un lado tenemos Alemania, que es un modelo familiarista total, en el que todas las políticas van en la dirección de estimular que los cuidados se lleven a cabo en casa.

Sería parecido al de España.

Claro, parecido pero más eficaz. Por ejemplo, las ayudas para que las mujeres se queden en casa cuidando son más cuantiosas. La idea es la misma, sólo que con más eficacia. Y luego por otro lado tendríamos a Islandia y Suecia, sobre todo este último, que es el modelo al que creemos que nos deberíamos parecer.

¿Se puede importar este modelo a un país como España? Se suele alegar que son sociedades diferentes y no sería fácil.

Claro, son sociedades diferentes, con recursos diferentes, sistema económicos distintos. Son economías más pequeñas con una inserción externa distinta. Todo es muy diferente, pero es un país que antes de la Segunda Guerra Mundial tenía un sistema de cuidados tradicional, en el que los valores también lo eran. Mediante la aplicación de políticas públicas han podido cambiarlo. Por eso, salvando todas las diferencias, ya que no se trata de hacer una fotocopia, ves que las políticas públicas pueden contribuir a cambiar las cosas. Siempre se dice que esto tiene elementos culturales muy arraigados. Nosotras lo que vemos es que más del 90% de la población española dice que su modelo ideal es uno en el que se repartan los trabajos de forma equitativa, y en el cual los dos miembros tengan empleo. En la sociedad española los valores mayoritarios se corresponden más con cómo se organizan los cuidados en Suecia que con cómo se hace aquí.

Estos últimos años ha habido fuertes recortes por parte del Gobierno del PP. ¿En qué estado actual se encuentra el sistema de cuidados? ¿Era bueno el modelo previo desarrollado por el PSOE?

La respuesta es clarísima. El sistema de protección social era incompleto antes de la crisis. Tenemos un sistema cuya principal característica, a diferencia de otros países, es que el cuidado de los mayores, de los enfermos y los niños y niñas tiene muy poco apoyo institucional y se confía en que lo resuelvan las familias, que en la práctica son las mujeres. Este sistema, que era incompleto, los recortes lo han deteriorado todavía más. Evidentemente, hay que revertirlos, pero el déficit del esquema de protección social era anterior. El ejemplo más claro es la ley de dependencia, en la que ha habido unos recortes muy duros, pero que antes tampoco estaba dotada para que fueran los servicios públicos los que, de una forma eficaz, cubrieran las necesidades, unas necesidades que cada vez van a ir a más, porque el envejecimiento de la sociedad española está siendo muy rápido.

¿Qué validez tiene en Podemos el documento que han elaborado?

Bueno, eso corresponde a Podemos decidirlo, pero en principio es una propuesta que ponemos encima de la mesa para abrir el debate. Algunos círculos ya nos han pedido que vayamos a explicar el documento y también para llevar el debate a la sociedad. En realidad, Podemos no tiene ningún compromiso con este documento. Simplemente hace el gesto de considerar que este es un tema importante, considera que como expertas en la materia podemos tener algo interesante que decir y nos pide que lo digamos para considerarlo. Desde ese punto de vista, lo más que podemos esperar nosotras es que estas propuestas sean tenidas en cuenta a la hora de elaborar el programa.

Incluís una «paga por criatura», que recuerda al «cheque bebé» de Zapatero.

La diferencia es que aquel era un pago único. Nosotras planteamos la idea de que haya una ayuda que responde a un derecho del niño o la niña. La infancia es un sector de la población vulnerable, que no tiene capacidad de generación de rentas, y pensamos que el sistema de protección social le tiene que garantizar una renta mínima al margen de cuáles sean las condiciones económicas de las familias. Proponemos que las ayudas las reciba todo el mundo y, como están ligadas al derecho de los niños, que sean independientes del nivel de renta. El tema de la progresividad luego va vía fiscal. Por ejemplo, pasa con la educación: si tus padres tienen mucho dinero, pagarán muchos impuestos y entonces pagarán tu plaza en el colegio y la de todos tus amigos. Al principio choca un poco, porque parece que es regresivo que sea para todos igual, pero la idea es que es un derecho individual de los niños.

¿De dónde saldría el dinero para financiar todas estas medidas que proponen?

Lo primero que diría es que estamos proponiendo una orientación para el gasto público, que en cualquier caso tiene que realizarse. España tiene un gasto público social según nuestro PIB per cápita muy por debajo de lo que le correspondería con respecto a su entorno europeo. Tenemos un déficit en servicios sociales públicos enorme y cualquier gobierno responsable tiene que acometer ese gasto público adicional. Nosotras lo que estamos proponiendo es una dirección concreta. Luego, los recursos, que los tienen determinados sectores en este país, no se están movilizando bien, porque hay mucho fraude, hay un sistema fiscal que no recauda. Y otra cosa que me gustaría decir es que siempre se plantea cuál es el coste de estas medidas como si el modelo actual nos saliera muy barato. Nunca nadie le preguntó al Gobierno, o si lo hizo no trascendió, de dónde iba a sacar el dinero para el rescate a los bancos. El coste de esta medida es muchísimo más reducido que el de los rescates bancarios. Además, estamos hablando de medidas que no son un gasto, es decir, no se pierde, es una inversión. Este gasto generaría empleo. Es una forma de generar demanda, de reorientar el modelo productivo hacia actividades de servicios, más inmateriales y por tanto ecológicamente más sostenibles.

Y luego retornaría mucha de esa inversión en forma de impuestos.

Claro, de hecho lo que explicamos en el documento es que esta reforma nos va a llevar a un modelo más eficiente. Más generación de renta, más impuestos, más cotizaciones. No olvidemos que dentro de Europa los países que tienen los mayores índices de igualdad de género son también los que tienen más altos índices de desempeño económico. Esta idea de que la igualdad económica es cara no es cierta. La igualdad económica es racional.

¿Es importante tener muy en cuenta una perspectiva de género a la hora de desarrollar un programa económico? Contrasta que han sido dos mujeres las que han elaborado este documento con que el anterior haya sido realizado por dos hombres, los economistas Juan Torres y Vicenç Navarro.

En general no se hace así y es un problema. El tema de cuidados, de igualdad, se trata como una cosa independiente que se pudiera integrar, como si fuera una pieza que se puede sumar en el último momento. Precisamente, lo que planteamos en el documento es que la apuesta por un sistema de protección completo implica a todo el modelo económico, es decir, implica al modelo productivo, al mercado laboral, al sistema fiscal… Tú no puedes diseñar todo eso y pensar en meter luego la pieza de la igualdad, porque no funciona. Hemos tenido la suerte de que el documento marco, más general [el elaborado por Torres y Navarro], que se había solicitado y se había elaborado primero, tiene una perspectiva bastante coherente con lo que nosotras estamos planteando. Es un marco general que sí que está hecho pensando en la igualdad.

Es decir, no contradicen nada de lo que idearon Torres y Navarro.

De hecho, muchas de las medidas que planteamos ya estaban en ese documento. Lo que pasa es que casi no llamaron la atención en la prensa. La prensa se fue a temas como el sector financiero, el rescate, la deuda…

¿El hecho de que sean dos mujeres las autoras es importante?

Bueno, eso habría distintas formas de verlo. A mí particularmente me gustaría también mucho que hubiera compañeros economistas hombres que le dieran importancia a este tema y elaboraran un discurso desde la igualdad. Y también me gustaría que cuando se recurre a expertos para hablar de asuntos económicos que no sean de igualdad no se recurra siempre a hombres. Las mujeres podemos hablar de cosas que no son de igualdad y los hombres también deberían poder hablar de igualdad. La imagen de dos hombres presentando el documento general y dos mujeres presentando el de cuidados, a mí particularmente no me gusta.

¿Cómo cree que se está abordando la cuestión de género dentro de Podemos?

A nivel de listas se respeta y creo que no es poca cosa. Creo que en Podemos se está llevando con alguna dificultad, que es la propia con la que nos encontramos en los ámbitos políticos y de participación en el espacio público. Nos chocamos con realidad. En la práctica nos cruzamos con los mismos problemas que cuando estamos con personas que sí tienen un ideal de sociedad igualitaria y demás. Las dinámicas y las restricciones machistas operan. No es tan fácil.

¿Tiene una explicación social? ¿Podemos no puede corregirlo del todo?

Hombre, yo creo que Podemos podría gestionarlo mejor. Yo creo que sí. Creo que hay que reconocer las dificultades, porque se dan en todos los ámbitos de participación política, pero yo creo que para una formación política que apuesta por una sociedad democrática, tendría que ser imperativo estar con ese piloto encendido todo el rato. A mí me gustaría que se le diese más prioridad en Podemos.

En Grecia el partido en el poder, Syriza, también ha generado debate en España con el hecho de que no haya ni una sola mujer al frente de ningún ministerio. Curiosamente, en Grecia no ha habido tanta discusión. ¿Cómo lo valora?

De forma negativa. También me ha llegado el hecho de que en Grecia eso no ha sido problemático y a mí lo que me reconforta es saber que aquí eso sería imposible. Cuando hablamos de que los partidos siguen conservando estructuras machistas, yo creo que es cuestión de tiempo. Irremediablemente, todo el mundo va a tener que caminar hacia la igualdad porque la sociedad está avanzando en esa dirección. En cuanto a la noticia del Gobierno griego, a mí se me cayó el alma a los pies y la verdad es que me dio muchísima pena, porque éramos muchas las que estábamos muy ilusionadas con ese proyecto de transformación. Te quedas un poco descolocada en términos hasta personales. Piensas: pero si yo estaba muy emocionada con esto y nos están ignorando. Es más que simbólico. Pero bueno, me pareció muy reconfortante la reacción aquí. Es que esto aquí ya no lo puede hacer ni el PP. Aquí esto ya no puede ser, y puede haber problemas, pero las listas paritarias están interiorizadas. Se va avanzando y creo que es imparable. Te das cuenta del nivel de conciencia que hay aquí. Hay muchos sectores, tanto en la izquierda como en la derecha, que se quedarían muy a gusto si pasara lo mismo, pero no se lo pueden permitir. Los valores igualitarios son ya muy transversales.

¿Cómo valora los movimientos que está haciendo el gobierno de Tsipras y el hecho de que se haya alcanzado un acuerdo con la UE?

Creo que lamentablemente el gobierno griego, a pesar de ser electo, está contra la espada y la pared. Lo tienen arrinconado. A mí me parece que aun así ha decidido dar la pelea. Está haciendo frente a la Troika y está logrando hacer frente a unas negociaciones en medio de una correlación de fuerzas absolutamente desfavorable. En ese sentido, no valoro mal el acuerdo. Lo entiendo como lo máximo que han podido conseguir y no como una claudicación, sino como una manera de ganar tiempo en una negociación que no ha terminado. Creo que es la primera vez que vemos a un gobierno plantar cara a la Troika y decirle no, no me debo a lo que me digáis a puerta cerrada en un despacho, yo me debo a mi programa electoral y a la gente que me ha votado. Lo que pasa es que la desproporción de las fuerzas de un lado y de otro es brutal. Algo que sí me parece bochornoso es la posición del resto de gobiernos, en general, que frente a la troika todos deberían reivindicar la legitimidad de un gobierno que ha sido elegido. Pero en particular la posición de los gobiernos del sur de Europa. Nos ponen del lado de los acreedores. Me parece una tomadura de pelo al pueblo español. El problema es que como el gobierno griego demuestre que había margen, el coste político para los gobiernos del sur, que ni siquiera lo han intentado y que han sacrificado los derechos de las poblaciones sin rechistar, va a ser fuerte.

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Comentarios
  1. No sé que «igualdad» se le puede pedir a un partido que pone como modelo a la Cuba castrista, donde los homosexuales han sido mucho más perseguidos que en la España de Franco… Curiosamente se supone que Raul Castro es homosexual.

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