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El “fascismo cool” de Pablo Iglesias

El discurso negacionista del eje izquierdas-derechas ha estado presente a lo largo de la historia en multitud de formaciones políticas que se presentaban como alternativa a los partidos tradicionales.

Pablo Iglesias, secretario general de Podemos. FERNANDO SÁNCHEZ

MADRID // La pedagogía en política es una carrera a largo plazo, muy costosa y con escaso rendimiento electoral. Es por ello que encontrar lugares comunes y discursos integradores es una solución mucho más efectiva para alcanzar el poder en una situación de emergencia. Existen cuestiones, problemas o situaciones con los que todos están de acuerdo sin importar la ideología que profesen o crean tener. Y si no todos, una mayoría que otorga gobiernos. La lucha contra la corrupción, una sanidad de calidad y, en estos días, incluso la antipolítica, son cuestiones que trascienden el eje ideológico izquierda-derecha y que hacen posible encontrar acuerdos con amplias mayorías. Pablo Iglesias y su equipo son conscientes de que envolviéndose en la bandera de la izquierda no se alcanza una mayoría suficiente para gobernar en apenas dos años. Para ello, para crear hegemonía, es necesario difuminar ese eje, en el que los promotores de Podemos personalmente se posicionan muy a la izquierda. Se trata de un discurso maquiavélico no exento de trampas, que Iglesias ya criticó cuando hacía política en las aulas, y puede servirle para alcanzar su fin, aunque el camino al hacerlo no sea el más honesto.

Pablo Iglesias, en una entrevista en La Opinión de A Coruña, respondía en 2013 a una pregunta sobre el devenir del país. Acertaba en definir lo que ocurría en los tiempos de crisis y cómo las formaciones que trascendían el eje izquierda-derecha en una situación de emergencia como la actual tenían muchas posibilidades. “La emergencia de UPyD es un ejemplo. UPyD tiene muchos elementos de fascismo cool, con eso de ‘no somos ni izquierdas ni de derechas, somos españoles’. Es un discurso de momento de crisis donde hay muchas posibilidades”.

Ese discurso del «fascismo cool» de UPyD ya había sido ensalzado por el líder de Podemos en otras ocasiones. En una conferencia en la Universidad de Zaragoza, al ser preguntado por un alumno sobre la formación magenta, no dudó en alabar su estrategia electoral, su valor como partido y la importancia de su discurso diferenciador del eje tradicional “UPyD solamente utiliza significantes ganadores, izquierda-derecha no, eso te divide. Si tú pones la palabra izquierda a tu partido, alguien a cuyo abuelo han matado los republicanos no te votará”.

Porque Pablo Iglesias siempre tuvo claro que el discurso de UPyD, con matices de cosecha propia, era el ganador. En un libro editado por Icaria en el que Pablo Iglesias hablaba con Nega, el cantante de Los Chikos del Maíz queda patente. En la conversación que mantienen aparece el manejo de la comunicación política que hace UPyD. El texto es muy ilustrativo. En él ambos explican que lo único que se puede hacer en una situación como la actual es un programa de mínimos al estilo de Syriza y que para lograrlo hay que movilizar a los que nunca votan y a los movimientos sociales, así como robarle espacio a los partidos tradicionales porque asumen que las siglas como las de IU tienen un techo cuantificable que jamás alcanzaría una mayoría suficiente.

Pablo Iglesias argumenta que esa mayoría no se consigue con una confluencia de siglas, sino con la construcción de un relato, de un discurso, con significantes: “Hay discursos que en este momento te pueden hacer ser mayoría”. Es en este punto donde entra el uso del discurso y el manejo de la comunicación política que hace UPyD. Para Iglesias, la formación de Rosa Díez es la única que ha entendido las claves del discurso, cuyo relato es la negación del eje clásico ideológico. UPyD dedica su manifiesto fundacional precisamente a alejarse de las ideas tradicionales de la izquierda y la derecha: “Ser considerados de izquierdas o derechas no nos parece el centro del problema, aunque nos apiadamos cordialmente de quien carece de mejores argumentos para descalificar al adversario”.

La negación del eje izquierda-derecha como la base sobre la que plantear la solución de los problemas es un discurso que está muy lejos de ser nuevo. Sus antecedentes históricos demuestran que es una estrategia muy manida que ha tenido éxito y fracasos a partes iguales. Históricamente ha recibido el nombre de Tercera Posición y tiene más similitudes con el posicionamiento programático de UPyD que con el de Podemos, que sólo mantiene una leve semejanza con él en la estructura de su discurso.

Antecedentes históricos del discurso

La tercera posición es una doctrina política que busca marcar distancias con el comunismo y el capitalismo. Apareció en la primera mitad del siglo XX como una doctrina que se declara al margen del espectro político, con marcadas ideologías nacionalistas y populistas. El tercerposicionismo históricamente ha estado relacionado con el fascismo italiano, la Falange de Primo de Rivera y el peronismo, así como otras posiciones más minoritarias como la Guardia de Hierro rumana.

El 29 de octubre de 1933, en el Teatro de la Comedia, José Antonio Primo de Rivera realizó el discurso fundacional de Falange, que definió del siguiente modo:

“El movimiento de hoy, que no es de partido, sino que es un movimiento, casi podríamos decir un antipartido, sépase desde ahora, no es de derechas ni de izquierdas… Sepan todos los que nos escuchan de buena fe que estas consideraciones espirituales caben todas en nuestro movimiento; pero que nuestro movimiento por nada atará sus destinos al interés de grupo o al interés de clase que anida bajo la división superficial de derechas e izquierdas.“

No sólo la tercera posición ha renegado del eje izquierda-derecha a la hora de plantearse las bases de su relato y su discurso. Esta manera de estructurar el lenguaje se ha presentado siempre en alternativas de tercera vía a dos realidades preexistentes que siempre han recibido el nombre de derecha e izquierda. Es un modo de distanciarse de unas estructuras políticas que la ciudadanía advierte como un problema. En esos casos, se elimina la opción de hacer pedagogía para, mediante la propaganda, lograr una alternativa de poder de emergencia.

Ese rechazo a la autodenominación ideológica y la negación del esquema clásico se dio también en aquellos que algunos presentan, con poco acierto, como referentes de la formación de Pablo Iglesias. En una entrevista hecha en 1998 por Jaime Baylis a Hugo Chávez, el periodista le preguntó directamente si era de izquierdas, si se definía ideológicamente socialista. Esta fue la respuesta de Hugo Chávez:

“Yo no soy socialista, la América de hoy, la América que viene, requiere un salto adelante, vamos más allá del socialismo e incluso más allá del capitalismo salvaje como lo llama el Papa Juan Pablo II. Yo creo en un proyecto humanista, un proyecto incluso integral”. No fue la única vez que Hugo Chávez quiso diferenciarse de las definiciones ortodoxas ideológicas, y fue célebre una frase suya realizada en una entrevista en televisión el mismo día que salió electo: “Propongo una tercera vía, un modelo capitalista pero con rostro humano”.

Los prejuicios sobre los que se ha realizado a lo largo de la historia este discurso diferenciador del status quo han alcanzado hasta los que todos consideran situados en uno u otro extremo del espectro ideológico. Ya hemos hablado de Falange y La Guardia de Hierro como ejemplos paradigmáticos en la extrema derecha. Pero incluso Fidel Castro no escapó a este discurso integrador. Así, en en la Plaza Cívica, el 8 de mayo de 1959, negó que el movimiento revolucionario que él encabezaba fuera de izquierdas, ni de derechas, ni de centro.

“Nosotros no nos vamos a poner a la derecha, ni nos vamos a poner a la izquierda, ni nos vamos a poner en el centro, que nuestra Revolución no es centrista. Nosotros nos vamos a poner un poco más adelante que la derecha y que la izquierda. Ni a la derecha ni a la izquierda: ¡Un paso más allá de la derecha y de la izquierda!. ¿O es que acaso tengan los hombres que nacer maniatados a ideas determinadas?”

Izquierda y derecha en Pablo Iglesias

En el discurso de Podemos y Pablo Iglesias, plantear el problema desde un prisma diferente a la izquierda y la derecha se considera vital para alcanzar la mayoría y poder gobernar. No se trata de ocultar que Pablo Iglesias es de izquierdas, se trata de establecer un discurso que elimine los referentes que se asocian con la izquierda para alcanzar a una mayoría que de otro modo jamás conseguiría. El discurso y la estrategia de Podemos se basa en plantear el problema en términos de oligarquía frente a ciudadanía, democracia frente a dictadura y en atacar los privilegios de unos pocos. Es por ello que el concepto casta es tan importante, sustituye de un plumazo el enemigo que la izquierda tenía, la derecha, que es mucho más difuso y escurridizo. La casta es más identificable, un término más poderoso, un referente que todos entienden. El que te subyuga. Sea quien sea, esté donde esté. El que te hace la vida difícil. Sin necesidad de plantear un discurso ideologizado de clases que pueda ser desmontado con argumentos ya conocidos por siglos de enfrentamiento.

Pablo Iglesias antes definía a UPyD como «fascismo cool» porque no se definían de derechas ni de izquierdas, y por ello él rechaza que en Podemos digan lo mismo: “Yo nunca he dicho que seamos ni de izquierdas ni de derechas. Reto a encontrar una frase donde lo diga. Lo que yo digo es que lo que estamos diciendo no es de derechas ni de izquierdas, y eso es de sentido común”. Justo como Rosa Díez se definía: “de sentido común y progresista”.

Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero tienen claro que plantear su estrategia electoral en términos de izquierda y derecha es perder el centro del tablero, renunciar a gobernar. Consideran el discurso de UPyD ganador y por eso lo reutilizan. Han cogido el relato magenta y lo han modificado como si fuera de licencia copyleft adaptándolo a unas nuevas necesidades. Ellos no niegan ser de izquierdas, pero asumen que estos tiempos no se vencen desde esa trinchera y por ello renuncian a un discurso ideológico que llevan años defendiendo para adaptarlo a la gente.  Según Pablo Iglesias, “plantear la pelea política en ese eje es entregarle la victoria al enemigo. Ellos quieren eso, que nosotros estemos preocupados en colocarnos en un plano ideológico que nos defina por nuestra identidad, quieren que la palabra izquierda esté en nuestro nombre, que en nuestros actos estén todos los símbolos de la izquierda y, si es posible, que suene la Internacional. Pero si somos capaces de construir un lenguaje que emocione, movilice y trabajar con gente de muchos ámbitos y convertir la mayoría social que existe en mayoría política, entonces sí se preocuparán”.

La realidad les está dando la razón, están consiguiendo lo que nadie antes logró desde la pureza ideológica y desde unos posiciones bien explícitas en el eje. Aunque ni siquiera es un discurso que la nueva política y los partidos de la regeneración han traído a nuestro país. Algunos, incluso ni se presentaban a las elecciones. Arturo Fernández, presidente de la CEIM, en una entrevista en marzo de 2010 fue preguntado por su apoyo a Esperanza Aguirre y respondió que “la CEOE y CEIM se han caracterizado por su neutralidad. No somos ni de izquierdas ni de derechas, pero en Madrid tenemos un gobierno que se ocupa mucho de los empresarios y que nos pregunta siempre que se toman decisiones económicas”

Y que no se extrañe nadie: para ganar las elecciones hay que rechazar ideales, ser pragmático y aludir a ese discurso tercerposicionista, de la tercera vía o de negación de tu identidad. Lo hizo hasta Mariano Rajoy, que en el año 2008 cuando aspiraba a gobernar pidió el voto de los socialistas porque “España no es de derechas ni de izquierdas”

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Comentarios
  1. Para ganar una miseria no necesitas conocer a nadie, ni estar en nada, de política ni de religión ni de sectas de poder económico, te vales por ti mismo, así funciona esto… ¿Sin política, qué obtienes por ahí? Miseria, temporalidad y paro, sueldos por debajo de mil euros, explotación e incertidumbre, y a los cincuenta años sin trabajo hasta la jubilación, que cobras lo mínimo, a no ser que tu padre sea el dueño de una empresa y te meta. No hay mercado laboral en realidad, es un mercado de familiares y amiguetes, solamente lo público puede hacer que cobres un sueldo digno que te permita hacer una vida para siempre, tener una familia, una mujer y sacar adelante unos hijos, pero para eso tienes que estar bien situado políticamente… Fíjaros lo que ha ocurrido con el mercado laboral privado, 6 millones de parados con la crisis de los últimos diez años, hasta los enchufados se han visto en la calle, con su vida rota por no cobrar nada o un subsidio de hambre, separaciones conyugales, conflictos, enfermedades y sufrimiento, mucho sufrimiento, mientras que lo público se ha mantenido, eso sí con una congelación de salarios. Y los que han logrado salir del desempleo, lo menos viejos, trabajan con salarios miserables, en muchos casos de la mitad que antes de la crisis, y en la eventuralidad total.

    Por el hecho de pertenecer a un partido político, tener un carné y pagar una cuota mensual o trimestral pequeña, no significa necesariamente que te den algo que valga la pena, un trabajo fijo y bien pagado, en lo tuyo, pagándote la titulación universitaria, tienes que tener contactos con la dirección, con gente que tiene capacidad de liberar fondos con poder con su firma para contratarte o sacar un plaza fija en algún organismo público… Pero si no conoces a nadie te da igual estar que no estar, a lo mejor pueden darte migajas, alguna subvención temporal pero que no te soluciona, sin contactos estar puede ser algo sentimental y emocional, de corazón, pero nada más… Hoy día ya no existe ni izquierdas ni derechas como hace unas decadas, solamente hay gente que tiene dinero y gente que no lo tiene, esas son las diferencias ideológicas y de clase en la actualidad.

    Existe una ruptura generacional, gentes que de jovenes y adultos quieren una cosa, como el cambio y la mejor distribución de la riqueza, y las gentes más mayores, por encima de 50 años y jubilados que quieren estabilidad, y mejora de sus pensiones… Los mayores prefieren previsibilidad y orden, pero los menos viejos quieren otra cosa distinta para ver si les cae algo, y por último los inversionistas de toda la vida junto con los herederos, que quieren rentabilidad a su capital sin sobresaltos… Vivimos en un Estado unido por familias de poder, que cada una de ellas tiene sus propios intereses y mira exclusivamente por lo suyo, sin importar lo de los demás, mucho más que estar unidos políticamente por una ideología y creencia. Las familias más golpeadas por la crisis se han agarrado a los pensionistas, a la gente desahuciada, a los parados, a los inmigrantes que vienen en pateras, a la utopica igualdad, en lo familiar existe cierta redistribución, pero en lo político no existe.

    Un partido político es como la sociedad misma, si no conoces a nadie, nadie te da nada. Para que un partido político te meta y te acepte, te haga diputado o te de un cargo bien pagado sin contactos, tienes que ser alguien famoso por tu actividad profesional, como un partido nuevo que ha aparecido hace unos años que tiene varios artistas en sus filas, y algunas tías muy buenas muy agradables a la vista, tienes que ser alguien bien valorado socialmente… que les venga bien tenerte en sus siglas como publicidad para obtener más votos en las elecciones. Los que son de verdad de un partido sea de izquierda o derecha son los que llevan un pastón todos los meses y se solucionan la vida para siempre… el resto de militantes porque vayan a pegar carteles en las elecciones o de interventores o apoderados en las mesas de las votaciones, no lo son realmente porque no se llevan nada o apenas nada… La fidelización a algo siempre está en el dinero, así es la vida.

    Derecha e izquierda son calificativos que hacen referencia a un significado específico en política, pero en términos de léxico su alusión crea cierta confusión, porque en realidad tendrían que ser opuestos o contrarios, pero no es así, en muchas cosas se parecen o son iguales… Si la derecha quiere el poder para acumular capitales, para mejorar el beneficio de sus negocios la mayor parte heredados de padres o abuelos, es decir el control de unos pocos de la riqueza en desigualdad, a costa de la esquilmación de los recursos naturales y la explotación de la mano de obra, la izquierda en teoría debe significar que vela por los derechos de los más desfavorecidos, de la conservación del medio ambiente, y la igualdad entre personas y géneros. Pero fácilmente se comprueba que cuando la izquierda se hace de dinero, se olvida de todo eso, y terminan siendo lo mismo aunque con discursos progresistas y acciones de cara a la galería mendiante gestos al público que no tienen ningún valor, y acaban comportándose como vulgares conservadores con un discurso de justicia e igualdad, que les hace creer que tienen más derecho. Utilizan la palabra izquierda como si fuera un calificativo de mejor o superior… En esto consiste el juego político de la derecha, en hacer creer que la izquierda se comporte igual que ellos, que da igual votar a uno que a otro. Así, los dos sectores serán lo mismo, y los actos de resistencia popular ante la injusticia social no harían más que retroalimentar al sistema.

    ARTURO KORTÁZAR AZPILIKUETA MARTIKORENA ©

  2. Si Podemos se sube a la parra en base a encuesta«favorables» alejándose de las mareas ciudadanas,no se consumada el asalto del cielo y la coalición PPSOE arrasada definitivamente este país en cuatro años más.Sentido común,rss de Podemos.

  3. Muy de acuerdo con el artículo. Que Podemos haya seguido más o menos el discurso o el esquema de UPyD, es en verdad intrascendente o secundario. La cuestión fundamental es que si «vendes» a la gente que no eres ni de izquierda ni de derecha, si alguna vez llegas al poder, mucho de tu electorado te puede recriminar el que en un momento dado hagas política de izquierda. Y no nos equivoquemos, Podemos se asemeja más a un club de singles con gente que no se ha casado nunca con ideología política, y también con gente de poca o escasa base política que se siente traicionada por su partido político de toda la vida y decide ahora separarse. Este batiburrillo de gente está compuesto por personas del más diverso pelaje: exPSOE, exPP, exIU, exC’s, anarquistas, pasotas y hasta fascistas. En tiempos de crisis y con una corrupción galopante entra muy bien el discurso insípido, incoloro e inodoro de la gente de Podemos. Pero, una cosa son los discursos y otra cosa es gobernar cuando tienes que «entenderte» con todo un ecosistema ideológico que nunca antes se había entendido.

    En lo único que no estoy de acuerdo es con los ejemplos de Castro y Cháveza. Creo que ambos, si hay algo que no se les puede negar es precisamente el haber dicho las cosas por su nombre. Al líder del partido comunista de Cuba y al creador del socialismo del siglo XXI, creo que no se les puede señalar de haber escapado de un posicionamiento político claro. Otra cosa es si luego sus políticas han sido coherentes con la retórica, aunque esto es harina de otro costal.

  4. Buen artículo. Piensa que un discurso ganador tan potente, casi mesiánico, y basado en la idea del «otro» como enemigo, no admite fisuras. Te hace perder la capacidad de crítica. Por eso piensa que has acertado en el diagnóstico. Cualquier comentario, análisis…se convierte en una crítica a la verdad. En cualquier caso, yo hubiera puesto de titular algo así como «El discurso ganador «cool» de Pablo Iglesias». Porque al utilizar la palabra «fascismo» en el titular… probablente exige comentar qué es «fascismo» para Iglesias y/o el fascismo histórico… y siendo más audaz hablar de sus bases revolucionarias. Ahora bien, te hubieran machacado algunos. En cualquier caso necesitamos, Toni, periodistas que sepan ir más allá del dogma, sea éste cual sea. Y eso no quita que se haga desde la izquierda, la derecha o la tercera vía… La democracia española necesita madurez, crítica y alternativas… No simplismo y maniqueísmo. ¿Somos periodistas o propagandistas? Y ahora mi opinión personal sobre el asunto del que se habla. Que en Podemos se acerquen al centro, a lo mejor, no es malo del todo, en última instancia. En el sentido de que… cuando gobiernas no puedes gobernar sólo para la mitad del país, generando odio y fractura… (que ya sabemos lo que trae). Lo criticable es que se engañe. ¿Está Podemos engañando? Pues es lo que hay que ver.

  5. “Yo no soy socialista, la América de hoy, la América que viene, requiere un salto adelante, vamos más allá del socialismo e incluso más allá del capitalismo salvaje como lo llama el Papa Juan Pablo II. Yo creo en un proyecto humanista, un proyecto incluso integral”. “Propongo una tercera vía, un modelo capitalista pero con rostro humano”.

    Eso lo dijo Hugo Chávez durante su primera campaña electoral en el 97. Es decir: a seis años del colapso soviético, cuando Cuba seguía más sola que la una y casi todos los gobiernos latinoamericanos eran de derechas.

    En esa coyuntura, que un candidato dijera «queremos construir el socialismo del s. XXI» era pegarse un tiro en el pie.

    Y creo que en el diagnóstico de los inventores de Podemos algo de eso hay.

  6. Igual que unos dicen «No somos ni de izquierdas ni de derechas; somos los de abajo y vamos contra los de arriba», otros dicen «No somos ni de izquierdas ni de derechas; somos empresarios y por eso nos encanta el gobierno de la Comunidad de Madrid».

    “Yo no soy socialista, la América de hoy, la América que viene, requiere un salto adelante, vamos más allá del socialismo e incluso más allá del capitalismo salvaje como lo llama el Papa Juan Pablo II. Yo creo en un proyecto humanista, un proyecto incluso integral”.

    Eso lo dijo Hugo Chávez Frías durante su primera campaña electoral. No habían pasado ni siete años desde el derrumbe de la URSS, Cuba seguía resistiendo en soledad y había gobiernos de derechas en toda América Latina. Si hubiera dicho desde el primer momento que quería hacer un «socialismo del s. XXI» o un «socialismo a la venezolana», habría sido como pegarse un tiro en el pie.

    Los incondicionales del difunto Hugo Rafael Chávez Frías suelen señalar que el cambio del comandante al sumir un proyecto socialista sin complejos se debió a una «evolución» en su pensamiento. Es decir, que Chávez se volvió socialista con el tiempo. Yo, en cambio, creo que fue una estrategia pragmática y consciente.

    Además, Chávez en 1997 no podía estar seguro de si podría emprender un proyecto socialista en su país, aún llegando a la presidencia del gobierno.

    Y con todas las diferencias, el grupo de profesores de políticas de la UCM llegó a la misma conclusión que Chávez. En mi opinión, con acierto.

  7. Joaquín: Serás una excepción.
    En los tiempos de la dictadura sólo se oía futbol y música de Manolo Escobar con aquello de España es la mejor y todo el casposo patriotismo que suele acompañar al futbol.
    En las primeras décadas de la Transición, que sin ser para nada buena, recuerdo que fueron los tiempos más progres y cultos de este país, diría que se olvidó el futbol, pero posteriormente tal como se iba asentando la dictadura neoliberal empezaron a poner cada vez más futbol con la mala intención de adormecer a la gente, de que no le diera por pensar. Futbol, consumismo y cutrería. El resto ya lo sabes.
    Tú debes ser la excepción que marca la regla por lo que te felicito.

    • No soy una excepción 😉 , somos muchas las personas que nos gusta el fútbol y no cejamos de currárnoslo en lo político y en lo social. Además se puede crear belleza, te recomiendo un libro de Galeano, fútbol a sol y sombra. Por cierto, en los años 80 no se olvidó el fútbol, sin ir más lejos aquí se celebró un mundial y por entonces los equipos vascos se repartieron las ligas.

  8. Tampoco es para ponerse así porque Iglesias no haya aceptado una entrevista con ese medio. Se están diciendo muchas tonterías, desde que son la ETA a que son UCD, el PSOE del 82, Le Pen o UPyD, como especula Maestre, pero a mí me parece que son la respuesta idónea al país y al régimen enmierdado que tenemos hoy. ¿O es que UPyD cuestiona también el régimen? Nu funcionésis por despecho los de La marea, por fa.

  9. Cierta seudoizquierda española desconoce a Gramsci. Para teorizar, hay que fundamentarse mejor y no repetir esquemas trasnochados. Hay que leer más, aunque no se precisa para ser sectario.

  10. El artículo tiene una serie de inexactitudes históricas que vician el análisis. La Tercera Posición no está asociada a Falange o la Guardia de Hierro, ni es de primera mitad del s.XX. Ambas son ejemplos clásicos de fascismo. Sí que tiene vínculos en cierta medida con el peronismo, pero el núcleo ideológico proviene del neo-fascismo que intentaba superar el tradicionalismo. En concreto, la nouvelle droite francesa y el neo-fascismo italiano, y a través de estos últimos (Roberto Fiore), el neofascismo británico (la corriente del NF que desembocaría en el BNP). En España el ejemplo es el MSR.
    A partir de ahí, intentar vincular esta corriente ideológica, bien definida, con usos de retórica o estrategias comunicativas, me parece muy flojo.

  11. Qué gratis… ¿También es nazi? ¿Os recuerda mucho a Hitler y tal?

    Hay que tener poquita vergüenza para publicar semejante basura. Todo por decir que medidas como no perdonar la deuda de las grandes fortunas con hacienda es hacer cumplir la ley y, que por tanto es una propuesta de sentido común.

    La batalla por el sentido común también es fascismo entonces, ¿no? ¿Gramsci era un fascista?

    Daís mucha vergüenza, sois totalmente fraticidas y vuestro pánico al poder y al cambio, (aunque sea de mínimos) es un peligro para los demás. Os hace reaccionarios.

  12. Yo creo que la realidad actual exige nuevas formas de actuación política (si queremos una oportunidad para adecentar el pais)…Más que la confrontación izquierda-derecha la realidad muestra que es entre los de arriba y los de abajo…El fin que persigue Podemos no es acabar con la democracia (fascismo) sino fortalecerla y desarrollarla aun más

  13. Este artículo es una trastada que busca –como diría Pablo Iglesias…– meramente «el aplauso fácil» mediante una crítica falaz.

    Actualmente hay 2 tipos de personas: quienes creen que un cambio del modelo económico-político actual es posible, y quienes no lo creen y por tanto se dedican a buscar extender el actual modelo hasta donde reviente.

    Los que no quieren creer en un cambio posible, como el autor de éste artículo, se dedican a caer en lo predecible, en decir que Pablo Iglesias y Podemos al fin y al cabo son algo reciclado, y lo que es todavía peor, para fines oscuros.

    Pablo Iglesias no es infalible, así que no importa que haya proferido alguna vez un calificativo de «fascismo cool» para atribuírselo a alguien.

    Una ocurrencia no genera por sí misma un concepto válido, ni en un millón de años.

    El autor no se entera, y ya creyó de por vida que el supuesto «concepto» de «fascismo cool» existe, que es válido, y además probablemente que lo encarne Pablo Iglesias, quien lo profirió.

    Tampoco nada de acertado hay en dicha falsa deducción –aún si Pablo Iglesias «fuese infalible» y cada ocurrencia suya fuera verdad demostrada–, ya que suponiendo que en efecto fuera válido denominar al programa político de UPyD como un «fascismo» cool, todavía estaría por verse y demostrarse que Podemos tiene ese mismo programa.

    Cosa esta última imposible, pues cualquiera sabe que UPyD ha sido desde su creación una formación política que viaja sin retorno a la Derecha –no importa que «su discurso» lo niegue cuando «sus hechos» políticos lo demuestran– mientras que Podemos tiene ya un programa de Izquierda como el que más.

    Las propias palabras de Iglesias de que «les gustaría vernos cantar la Internacional» significan que no van a morder el anzuelo de ser una supuesta izquierda inamovible meramente en el plano comunicativo-mediático, sino que lo verdaderamente importante es la sustancia de los principios, que en Democracia y visto desde la Izquierda se reduce a la participación democrática directa de la ciudadanía.

    Concluyendo, la actual Derecha neoliberal ya no puede sostener más ser derecha y a su vez democrática: nada democrático puede quedar ya en dicho sistema impositivo internacional frente a un país. Por eso el izquierdista Pablo Iglesias está dedicado a desmontar esta falacia desde el plan de la participación y transparencia ciudadanas.

    Quien le llame –ni de broma– fascismo a ésto está delirando

  14. Pero ese discurso de que no son ni de izquierdas ni de derechas ya lo han repetido muchas veces y por eso Podemos se posiciona en una lucha vertical entre » la casta» y el pueblo que sufre a esa casta. Después los periódicos del régimen afín con los Indas y Marhuendas al frente intentan una y otra vez posicionar a Podemos con la izquierda mas radical y la américa latina de Chávez y demás.
    Ayer dejo caer un comentario muy acertado Iñigo Errejón en el que decia que había que esperar a todos esos votantes del PP que están escondidos en las encuestas( por vergüenza ajena creo yo) y después van a votar masivamente a las urnas. Y ahí es donde se ganan las elecciones, en que ese 7% de votantes del PP que votaría a Podemos crezca y para eso necesitan un discurso neutral y que no se acerque a los radicalismos o mejor dicho que no se les etiquete ni de izquierdas( de donde vienen ) ni de derechas.
    Un saludo

  15. Queda claro lo que muchos ya nos olíamos: basura, arribismo, cortoplacismo, oportunismo y toda la morralla habitual y la escoria de lo peor de cada casa. Está también claro que a estas alturas buscar a gente sin ajopringues con pesebres estaba jodido, así que se han ido a buscarlos a un agujero universitario. Ya veremos si están tan inmaculados como dicen, porque Monedero por ejemplo viene de donde viene. Lo más grave es que por supuesto tener el gobierno no es tener el poder, y si uno se desarma de lo único que le puede servir de defensa, su posición política, no es más que un muñeco en manos de los que sí lo tienen. Como guinda que yo no me creo que esto sea un exitasso de cuatro iluminados, aquí hay gente con pasta por detrás, con la agravante de que mientras el banco de Santander da la cara, sui generis (o apesta tanto que no se puede esconder), aquí sólo vemos a Mediapro y lo demás ni se ve ni se siente, pero todo esto, como Syriza, si no viene pasteleado desde Alemania (como Surenes en su día), desde luego se entienden, como mínimo al vuelo.

    De todo esto no saldrá nada bueno, como las primaveras árabes. Estamos dejando atrás los tiempos donde las estructuras eran sólidas y el sistema muy estable por otros donde las estructuras son cambiadizas y fluidas y el sistema un puro caos. Vamos, lo cojonudo y lo ideal para jugar al populismo.

    Personalmente creo que en los próximos 20 años veremos desaparecer España (como despareció la URSS o el Imperio Austro-Hüngaro), y lo que me preocupa ya no es lo que venga detrás, sino el escenario concreto del naufragio final.

  16. En países de analfabetismo político como éste, dónde la gente sabe mucho de futbol y de comprar, si todavía puede, lo último que le venden en la tele (no le conmueve que haya gente en el vecindario que no puede llegar a fín de mes), la mayoría te dirá que no quiere saber nada de política. Que eso para los políticos. Llegados a la situación de corrupción política que se vive hoy, esa misma mayoría te dirá que «todos los políticos a la hoguera».
    El franquismo y el posfranquismo siempre ha metido miedo con la izquierda porque a lo largo de la historia ha sido la que ha «parado los piés» o ha intentado parárselos a las caciquiles oligarquías usurpadoras de los derechos del pueblo. ¿Por qué el golpe de estado del 36?.
    Hoy, por abandonarnos a la dictadura capitalista, hay una lucha de clases más descarnada que nunca. El capitalismo/neoliberalismo ha ganado la partida al pueblo por goleada. Además de terminar de alienarnos, por si no lo hizo bastante el franquismo, hasta llegar al punto de que haya gente que encuentre «pasado de moda» decir que es de izquierdas.
    Por todos los valores que representa la izquierda, por todas las luchas y conquistas sociales de la izquierda, por todxs lxs luchadorxs de la izquierda que dieron su vida por un mundo más justo y habitable muchos de los cuales todavía esperan en cunetas y descampados que la historia les haga justicia, por todxs ellxs, yo digo, con satisfacción, que me siento de izquierdas.

    • hartito estoy de lo del fútbol hasta las narices, es como si los que nos gustase el fútbol fuésemos culpables de algo, como si fuera incompatible. en realidad creo que cualquiera que usa ese ejemplo está demostrando su nadería insustancial, su incapacidad hasta para elegir ejemplos que no haya oído o leído en otro sitio, su falta de entendimiento para salir de los lugares comunes. Me gusta el fútbol, sé -dentro de lo que se puede saber- de fútbol y no soy un analfabeto político. De nada.

  17. No estoy muy de acuerdo con lo que piensa PI sobre que «la formación d Rosa Díez es la única que ha entendido las claves del discurso,cuyo relato es la negación del eje clásico ideológico». Rosa Díez es una rebotada del partido socialista, ideológicamente de esa pseudoizquierda que puebla este partido pero a la vez no del todo identificada con la derecha ideológica, aunque comparta algunos principios, como el españolismo trasnochado que es el siempre peligroso nacionalismo español. Su escapada del PSOE le sitúa en tierra de nadie, en el medio de los dos grandes partidos, con los que se identifica en parte. Esto le obliga a construir un relato coherente basado en la negación de lo que sobre el papel significan ambas fuerzas políticas: ni es de izquierdas ni de derechas. No es que haya entendido las claves del discurso sino que su supervivencia política radicaba en crearse un espacio entre medias.

  18. No estoy de acuerdo contigo, como siempre cuando se refiere a este tema. Eres tremendamente pesado con la insistencia de la guerra de clases o el tema de la derecha-izquierda. No hay una guerra de clases permanente, por más que te empeñes, como se ha visto cuando ha habido obreros, o mindundis, que se han puesto a defender la doctrina del PP. Las ideologías, ni la gente, son inamovibles en su pensamiento, y uno puede pensar una cosa hoy, y otra mañana por la tarde, tras discutir con un puñado de gente enterada y bien formada respecto a una cosa.

    Pretender comparar el discurso de UPyD con el de Podemos es lo mismo que decir que no te enteras de nada. En vez de centrarte en las palabras, en lo que dice uno y otro, céntrate en el fondo: el por qué, el motivo de esas palabras. Por supuesto, el motivo, y ahí tienes razón, es el de ganar unas elecciones; pero en el caso de UPyD es para perpetuar este sistema criminal, y en el caso de Podemos es para cambiarlo. Y por supuesto, para ello hay que buscar mayorías, que como bien dices pasa por superar barreras ideológicas.

    Por cierto, que en el camino de la pedagogía y de las asambleas, todos vamos cambiando de opinión, lenta y sutilmente. El que hace la pedagogía posiblemente cambie un poco a los que la reciben, y los que la reciben, posiblemente cambien un poco al que la hace, tras compartir sus inquietudes y sus problemas. Pretender que los discursos ideológicos son estables o permanentes, y desde ahí uno tiene que buscar gobernar, es absurdo. Gobernar es desde la mayoría, discutiendo todos los problemas hasta encontrar puntos en común, y para ello, como has dicho, hay que superar esos ejes ideológicos.

    La cuestión es lo que piensa hacer uno con el poder: gobernar para los amiguetes, como presumiblemente haría Rosa Díez, o gobernar para la mayoría de los españoles, como presumiblemente haría Podemos? O gobernar al serivicio de una ideología de ‘grandeza de la patria’, como las distintas ideologías fascistas? Luego las cosas pueden ser distintas, pero la trayectoria de ambos partidos es lo que nos hace pensar.

    Creo, lo creo cada vez que dices algo al respecto en twitter, que andas bastante perdido si te sigues negando a soltar el eje de referencia de la izquierda y derecha. Las cosas tienen muchos más matices.

    • ¿Como piensas que podrán realizar el cambio que preconizan?. Si no participan de la vertebración de la mayoría socio-política, que se construye en el ámbito municipal de las iniciativas ciudadanas. En estas mandan ojeadores(como los deportivos), y en Enero decidirán desde el átril de la academia quién aprueba o no la revalida.
      Quién desee cambiar España, no puede dejar pasar la oportunidad de articular a la mayoría social, en plataformas amplias y unitarias desde el ámbito municipal, pegados al terreno y la lucha cotidiana.
      De otra parte, cualquiera que pretenda superar las resistencias de la oligarquía, sabe que deberá contar con el máximo consenso del campo alternativo, de las izquierdas alternativas y desde PODEMOS sólo se distancian.
      Desgraciadamente parece que malograran la ventana de oportunidad de cambio, ya que cada vez se asemejan más al PSOE del 82 2.0, coincidiendo en sus discursos y programas, al tiempo que desconsiderando la articulación de la mayoría social (iniciativas municipales, a examinar en Enero) y al conjunto de la izquierda alternativa.

      Un saludo.

      • No digo que sean perfectos, porque no lo son. Y yo también tengo el temor de que se conviertan en otro PSOE. Pero aun así, hoy por hoy son mejores que cualquier cosa que venga del sistema tradicional.

        Yo opto más por el Partido X, me parecen mucho más fiables y mucho más competentes (porque lo han demostrado varias veces ya, entre otras cosas). Pero por ahora cuento también con Podemos entre las fuerzas que quieren el cambio.

    • a mi me interesa más el lado autoritario de esa izquierda durante tantos años sumisa y/o escondida tras sus ortodoxias cainítas, hoy sale a la crítica, no del psoe, no de la propia iu y su incapacidad de hacer nunca lo que hace Podemos, pero claro de eso mejor no hablamos, tampoco hablamos de cómo eso de ni de izquierdas ni de derechas también fue dicho por anarquistas y revolucionarios antiautoritarios, claro, esque no se puede salir uno de las ortodoxia marxista …. pues mira, me temo que marx fué superado por sí mismo ya en tiempos de la comuna de París, fascismo cool jajajajajaj

      • Muchacho debiera interesarte más la ventana de oportunidad, que estais cerrando con la borrachera mediática.
        Pensar que PODEMOS podrá cambiar España en solitario, sin articular a la sociedad española, y sin contar con las izquierdas alternativas; es repetir la historia del PSOE en el 82, eso sí adaptado a los tiempos con un PSOE 3.0, pero que por días es reflejo de aquel espejo.

        Un saludo

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