Sociedad

Los impagos en Valencia amenazan con la marginalidad al Parke Alkosa

Los recortes podrían llevarse por delante un proyecto social modélico de casi 30 años de vida

VALENCIA // Para llegar a entender qué es el Parke Alkosa, y su proyecto social y comunitario, es imprescindible conocer el entorno. Ubicado en el municipio de Alfafar, en el área metropolitana de Valencia, se trata de un barrio en el que los niveles de desempleo rondan el 40% y donde hay un 70% de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza. A estas cifras hay que añadir la de una población flotante de entre 3.000 y 4.000 personas, aunque oficialmente en el Parque Alcosa viven unos 6.000 vecinos.

Así es el Parque. Pese a que estos datos que pueden augurar un barrio en conflicto permanente, hay que destacar que no se trata de un barrio marginal, más bien al contrario: es un barrio que siempre ha luchado por su dignidad.

En esa lucha por la dignidad, el tejido asociativo del barrio es esencial. De ahí nace, en 1985, el proyecto del Parke Alkosa, una actuación vecinal que se apoya en tres ejes: la acción social, la formación (integral y también cualificada) y la economía social y solidaria. La idea principal era, desde la base de la participación ciudadana, luchar contra el empobrecimiento y la exclusión. Para ello se consiguieron amarrar recursos de la administración, que se gestionan de forma comunitaria por la gente que participa, por la gente que forma parte de la comunidad.

De aquella época, hace casi 30 años, se mantienen varios proyectos de inserción laboral y social impulsados por dos cooperativas y tres asociaciones. Se trata de los proyectos Nosotr@s mism@s. Entre ellos destacan la gestión del servicio de limpieza viaria del barrio, dos centros de día y un taller de costura. Proyectos que ahora se pueden venir abajo.

Una visita por el barrio es suficiente para conocer la importancia del tejido social. Los proyectos y la cooperación se suceden, como explica la diputada de Esquerra Unida, Esther López, “se trata de un milagro profano, promovido por ellos y por su trabajo”.

La agrupación de izquierda ha instado al gobierno valenciano a que paguen lo que adeudan por los centros de día y a que mantenga las instalaciones donde los vecinos del barrio fomentan la cohesión social.

Y es que los problemas del barrio se han recrudecido con la llegada al poder del Partido Popular a Alfafar y con el aumento de la política de recortes. El Consistorio les debe 100.000 euros por un deuda reconocida por el anterior equipo de gobierno y que data de 2006. Además, los pagos al servicio de limpieza se retrasan 4 ó 6 meses.

A este ritmo corren peligro algunos proyectos de acción social como el de apoyo mutuo, los programas de dinamización, o el centro de día de pekes y jóvenes, donde acuden más de un centenar de niños y adolescentes, con sus familias. A estos centros se les adeuda casi 180.000 euros. Cuando se le pregunta a la administración, los responsables de la Generalitat se limitan a responder que “son unos privilegiados” porque cobran.

Algo que no le sirve a Toni Valero, miembro del Parke Alkosa. “El año que viene no podremos asumir que el primer pago se haga en el mes de junio”, por lo que pueden peligrar estos proyectos. También el de Cuatro Rosas, un centro donde mujeres, la gran mayoría árabes, son formadas bajo una doble vertiente, la inserción laboral y del ahorro doméstico. Pero hay más cosas, cursos de formación, programas de inserción social… proyectos que se tambalean a causa de los recortes y los impagos y que ponen en peligro el barrio.

Enterrados en vida
Toni Valero recuerda que las grandes deudas del año 2011 se cobraron gracias a una huelga de hambre. A finales del año pasado varias personas iniciaron una huelga, el mismo Valero llegó a poner en peligro su vida al estar sin comer cerca de un mes.

Ahora la campaña SOS Parke Alkosa ha vuelto, y lo ha hecho en la plaza de los Sueños del parque. Allí, decenas de personas reclamaron a la administración, por escrito, que pagase la deuda, días después se cobraran dos de los cuatro meses que se adeudaban por los servicios de limpieza.

Pero los vecinos no paran. Para el próximo 6 de noviembre anuncian que se van a “enterrar en vida frente al Ayuntamiento, porque no queremos vivir de rodillas, preferimos vivir o morir enterrados”.
Desde el grupo se asegura que “nuestras campañas empiezan y acaban cuando conseguimos ganar, o cuando vamos a la cárcel, al hospital o al cementerio”. En este caso el objetivo es muy amplio y a la vez concreto, “conseguir la continuidad del proyecto que pasa por tener mecanismos de liquidez presupuestaria”.

Una continuidad del proyecto por la que lucharán ante el Consistorio en la rebautizada como ‘plaza de la Paciencia Infinita”, ante allí se enterrarán. Si el proyecto de 27 años no continúa muchos ya temen por la situación del barrio.

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