El hospital Carlos III traslada pacientes para acoger al enfermo infectado de ébola

Finalmente, será el hospital Carlos III donde se tratará a Miguel Pajares, el sacerdote español infectado por el virus del ébola. Esta decisión demuestra que el hospital La Paz, referencia para el tratamiento de infecciosos tras el cierre de la planta del Carlos III a principios de este año, no reunía las condiciones necesarias para este tipo de enfermos, que requieren un aislamiento total.

El hospital donde se atenderá al sacerdote estaba sufriendo un proceso de cambio, fruto de su integración con La Paz. A consecuencia de esa unión, la planta de infecciosos quedó inutilizada a la espera de reconvertirse en un hospital de media estancia para pacientes crónicos. Ahora, esos pacientes que se encontraban en otras plantas están siendo trasladados a edificios anexos o a otros hospitales para que Miguel Pajares pueda ingresar en un pabellón de aislamiento, tal y como establece el protocolo de actuación. Allí permanecerá en una de las cinco habitaciones de presión negativas que se cerraron hace meses.

El traslado de Miguel Pajares al centro hospitalario se realizará mediante una unidad móvil del SUMA. La ambulancia cuenta con los medios médicos necesarios para el desplazamiento adecuado de los pacientes. Una vez en el Carlos III, el paciente será internado en la planta sexta, donde estaba el servicio de atención a infecciosos.

Desde el sindicato CSI-F, informan de que la dirección del hospital ha cursado una orden para que varios operarios acondicionen «a toda prisa» la sexta planta. El personal del Carlos III será el encargado de atender al sacerdote afectado.

Desde CSI-F han recordado, en un comunicado, que remitieron una nota a la gerencia del Hospital La Paz el pasado 8 de mayo en la que subrayaban que «la forma de atención ante casos sospechosos de enfermedad por virus ébola» seguía «sin estar definida, así como la formación que deben recibir los profesionales». En este sentido, el sindicato de enfermería SATSE ha manifestado que La Paz «no estaba preparado para recibir un caso sospechoso de ébola y aún menos un caso confirmado».