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“Lo único que quiero es vivir con dignidad, como un ser humano”

Son las palabras desde Ramallah (Palestina) de Mona Ahmad al-Shawa, Coordinadora de la unidad de derechos de las mujeres en el Centro Palestino para los Derechos Humanos

Ana Sánchez // RAMALLAH (PALESTINA) // «Lo único que quiero es vivir una vida con dignidad, ver a mis hijos crecer e ir a la Universidad, lo único que quiero es vivir como un ser humano…».

Estas son las palabras de Mona Ahmad al-Shawa, Coordinadora de la unidad de derechos de las mujeres en el Centro Palestino para los Derechos Humanos (PCHR por sus siglas en inglés), madre y habitante de la Franja de Gaza.

A fecha del miércoles 23 de julio hay más de 600 palestinos y palestinas asesinadas por la ofensiva israelí Margen Protector, de los cuales al menos 443 eran civiles. Según datos de la Agencia de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (OCHA por sus siglas en inglés), hay más de 3500 personas heridas y 117.000 desplazadas internas, realojadas en 80 escuelas del UNRWA.

«Como madre, no sé qué decirle a mis hijos cuando me preguntan que si estamos en un lugar seguro, ahora no hay ningún lugar seguro en Gaza«, explica Mona con voz quebrada. Su preocupación está más que justificada, en los dos últimos días Israel ha matado a una media de un niño por hora, según datos de la propia OCHA.

A esta espeluznante cifra hay que añadir, a modo de recordatorio, que la franja de Gaza, lleva mas de siete años bajo un bloqueo ilegal impuesto por Israel. Es una de las zonas más pobladas del mundo, en sus 360 kilómetros cuadrados viven 1,5 millones de palestinos, de los cuales 1,1 millones son personas refugiadas. Literalmente, a día de hoy no hay ningún lugar seguro en Gaza: los hospitales están siendo bombardeados, las escuelas de la UNRWA están sobrecargadas… la gente se reúne junto con sus familias en sus casas, a las afueras de los hospitales o incluso en medio de las calles. Israel está bombardeando intencionadamente casas y áreas residenciales buscando supuestos militantes de Hamas. Hasta ahora, Israel ha destruido 530 propiedades residenciales, incluyendo muchos edificios de varios pisos, causando víctimas civiles y nuevos desplazados y desplazadas internos/as.

En los últimos días, el ejército israelí ha matado a más de 120 civiles, eliminado prácticamente a 5 familias completas, 36 seres humanos, la mayoría de ellos niños y niñas.

«Lo más escandaloso es el silencio de la comunidad internacional. Saben que Israel está cometiendo crímenes de guerra y no están haciendo nada, ya ocurrió durante la operación Plomo Fundido, y volverá a suceder ahora, no hay justicia para el pueblo palestino. ¿Para qué sirven todos esos documentos? ¿Para sirven todos esos informes? ¿Qué pasó con el Informe Goldstone? Sentimos el apoyo de la gente de todo el mundo, de la sociedad civil y eso nos ayuda y nos da fuerzas para seguir resistiendo, pero el silencio de los gobiernos nos está matando«.

La respuesta dada por la comunidad internacional, sobretodo de la Unión Europea y de los Estados Unidos, a la masacre que está cometiendo Israel en Gaza es una vergüenza, es insultante. Este martes, la UE emitió un comunicado condenando enérgicamente el lanzamiento indiscriminado de cohetes de Hamas a Israel, describiéndolo como actos criminales e injustificables y reafirmando el derecho de Israel a la autodefensa. Al parecer, se han olvidado de que aquí no hay ninguna guerra, no hay lados iguales, no hay dos ejércitos enfrentados. Hay una potencia ocupante, Israel, que bombardea y masacra a un pueblo ocupado, que insisto, lleva viviendo bajo un bloqueo ilegal más de 7 años. Y no, Israel no tiene el derecho de autodefensa según el derecho internacional. Citando a Noura Erekat, de Jaddaliyya, «un estado no puede al mismo tiempo ejercer el control sobre el territorio que ocupa y atacar militarmente ese territorio basándose en la afirmación de que es «extranjero» y de que plantea una amenaza a su seguridad nacional».

Quizá la Unión Europea necesite nuevos asesores legales…

Por el momento, mientras que la UE y los Estados Unidos refuerzan a Israel, una parlamentaria israelí, Ayelet Shaked, declaró que «todos son nuestros enemigos y su sangre debe estar en nuestras manos. Esto también se aplica a las madres de los terroristas muertos»; y otro académico, el Dr. Mordechai Kedar, un experto en literatura árabe y profesor en la Universidad Bar-Ilan, Israel, declaró que violar a las esposas y madres de los combatientes palestinos disuadiría a los ataques.

La resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas UNSCR1820 señala que la violación y otras formas de violencia sexual pueden constituir un crimen de guerra, un crimen de lesa humanidad o un acto constitutivo con respecto al genocidio, y hace un llamamiento a los Estados Miembros para que cumplan con su obligación de enjuiciar a las personas responsables de tales actos, y garanticen que todas las víctimas de la violencia sexual, particularmente las mujeres y las niñas, disfruten de protección legal y de acceso a la justicia.

Para que nos entendamos…Académicos y parlamentarios israelíes apoyan e incitan abiertamente a actos que podrían considerarse como crímenes de guerra, ¿y la respuesta de la ONU, UE y Estados Unidos es reforzar su apoyo a Israel basándose en su presunto derecho a la autodefensa?

¿Cómo crees que se sentirá Mona, mujer y madre palestina al leer estos comentarios? ¿Cómo pretendes que aún siga confiando en la comunidad internacional, los acuerdos de paz o un alto el fuego? ¿Cómo?

Esta masacre tiene que parar. La comunidad internacional debe quitarse la venda de los ojos y empezar a ser coherente y consistente con los derechos humanos y el derecho internacional humanitario. Tienen que dejar de jugar con sus intereses económicos y políticos y cumplir con su responsabilidad de proteger, claramente reconocida en el derecho internacional humanitario.

Basta ya de masacres, basta ya de bloqueo y ocupación.

El silencio es complicidad.

A Mona y a todas las valientes mujeres palestinas. Su compromiso con los derechos humanos, la igualdad y la justicia son admirables y un ejemplo de dignidad y humanidad para todos/as nosotros/as. Gracias por seguir enseñando vida al resto del mundo cada día.

*Ana Sánchez es delegada de NOVACT

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