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¿Por qué La Marea ha decidido ser una zona ‘libre de cookies’?
Tras realizar una investigación sobre la gestión de las cookies en los principales medios de España, decidimos que La Marea debe ser un espacio ‘libre de cookies’.
Cuando comenzamos la investigación sobre cookies que publicamos en el número 100 de la revista bimestral de La Marea, intuíamos que no iba a ser fácil. Desde hace meses, queríamos publicar un reportaje sobre qué sucede cuando alguien acepta instalar cookies (galletitas, en inglés) a cambio de seguir leyendo el contenido de una página web, ya sea un supermercado online o de recetas de cocina.
Nos preocupaba lo poco que sabemos sobre las consecuencias que puede tener ceder datos personales a través de esos ficheros, definidos por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) como «cualquier tipo de dispositivo de almacenamiento y recuperación de datos que se utilice en el equipo terminal de un usuario con la finalidad de almacenar información y recuperar la información ya almacenada».
Estábamos en ello cuando, de repente, a principios de 2024, diarios digitales de toda Europa empezaron a tapar sus páginas de inicio con una ventana emergente que pedía aceptar cookies para ver los titulares de portada. Fue entonces cuando empezamos a analizar la letra pequeña de esos contratos de consentimiento que firmamos cuando aceptamos las cookies de una empresa… y las de todos sus socios.
La lista de los socios de una web que pueden acceder a nuestros datos acostumbra a ser muy extensa, suele incluir centenares de empresas. Intentar saber quiénes son y a qué se dedican todas ellas es una misión casi imposible. Por ello, decidimos centrarnos en analizar una muestra concreta y representativa. Finalmente, nos centramos en los socios que aparecen en los 10 diarios digitales más leídos en España*. Volcamos todos sus nombres en un listado a principios de febrero de 2024. En total, obtuvimos 1.062 empresas distintas, de las cuales 328 se repetían en todos los medios.
A lo largo de varias semanas, tres periodistas de La Marea analizaron los datos básicos de esas compañías: países en los que están radicadas; países en los que tienen sucursales; a qué se dedican; tipos de cookies que recopilan; y sus partners o posibles clientes (y a los que, según diferentes especialistas, también puede llegar la información recopilada). Planteamos el trabajo como un viaje, el de nuestros datos.
Sin embargo, pronto comprendimos que es imposible seguir el rastro de todos los datos recopilados por una cookie, saber en qué manos acabarán y para qué podrían ser usados. Además, en el caso de los socios que no están adheridos al marco de transparencia y consentimiento TCF, ni siquiera conocemos qué tipo de datos están recabando. Este marco ha sido creado por la IAB Europe (Asociación Europea de Publicidad Interactiva) y tiene en cuenta los requisitos legales del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y la Directiva 2002/58/CE sobre privacidad y comunicaciones electrónicas. Si una empresa decide firmar el TCF, estará obligada a detallar qué tipo de datos recopila. La adhesión, obviamente, no es obligatoria, pero su pertenencia es (o debería ser) garantía de que esa empresa está cumpliendo las normas.
«La economía de datos adolece de una grave opacidad, lo que hace que a los individuos nos resulte sumamente difícil entender de veras qué uso darán en última instancia las empresas y los proveedores de datos a nuestra información personal, o dónde puede acabar esta. El derecho a la privacidad incluye el consentimiento informado sobre el uso de nuestros datos personales, pero el statu quo actual hace que ese consentimiento resulte casi imposible en la práctica«, argumenta Pat de Brún, director adjunto de Amnesty Tech y responsable de fiscalización de las grandes tecnológicas, en una entrevista concedida a La Marea.
Esa opacidad dificultó todo nuestro análisis. Para colmo, cuando creíamos que el trabajo (hasta donde se podía llevar a cabo) estaba terminado y nos pusimos a revisarlo, sonó la alarma final: entre febrero de 2024 (cuando extrajimos por primera vez los datos de los socios) y principios de mayo (el repaso), todos los medios, excepto uno, habían cambiado su número de socios.
Pero hay más, porque comprobamos que, en algunos medios, el número de socios incluso variaba según la IP desde la que nos conectábamos. Así que hicimos un nuevo recuento. Si lo repitiéramos ahora, las cifras también serían distintas. Como, muy probablemente, lo serán dentro de una semana.
Intentamos rastrear el viaje de los datos que cedemos, pero no hemos llegado a ningún destino final. Porque es imposible hacerlo, no hay final. Y ese fue, precisamente, el corolario de esta investigación.
En nuestras publicaciones solo encuentras ‘cookies’ técnicas
Después de realizar esta investigación, nos replanteamos nuestra propia política de cookies. Las publicaciones digitales editadas por la cooperativa MásPúblico, La Marea y Climática, siempre han sido de libre acceso, sin muros de pago. Es decir, no es necesario pagar ni aceptar cookies para leerlas.
Además, nuestro código ético para anunciantes es muy restrictivo, por lo que no tenemos ningún acuerdo con empresas de publicidad que carguen cookies a los usuarios para personalizar los anuncios de sus clientes.
O eso creíamos. El simple hecho de usar Google Analytics para saber cuánta gente nos lee abre la posibilidad a que sus socios también puedan recabar estos datos. Al descubrirlo mientras preparábamos este reportaje, informamos al respecto al Consejo Rector de MásPúblico, la cooperativa que edita lamarea.com y climatica.coop. Este celebró una reunión en la que aprobó renunciar a Google Analytics y a cualquier otra herramienta similar.
No ha sido una decisión fácil. Hay quien nos asegura que es una locura prescindir de estas herramientas para medir audiencias o hacer una campaña de suscripciones en Facebook, por ejemplo. Hay quien, bromeando, nos ha llegado a decir: «¿Y lo siguiente qué será, difundir los artículos leyéndolos en voz alta en la plaza mayor?».
Pese a todo, hemos decidido que era importante prestar atención a la alerta que han lanzado diversas organizaciones en defensa de los derechos humanos; por ejemplo, Amnistía Internacional. En determinados contextos políticos, la recopilación y mercantilización de los datos personales suponen un peligro real para los usuarios de Internet.
Entre otros, esos datos permiten crear perfiles que pueden usarse para todo tipo de campañas publicitarias. «Ya hay pruebas contundentes de que entidades estatales y empresariales recurren a este sistema para manipular a la opinión pública, demonizar y atacar a grupos minoritarios vulnerables e influir en los resultados electorales», argumenta Pat de Brún, de Amnesty Tech.
En las webs de MásPúblico siempre fue fácil «rechazar» las cookies analíticas, ya que el botón con esta opción era tan visible como el de aceptarlas. Ahora cerramos la puerta también a este tipo de cookie, y solo mantenemos las técnicas e imprescindibles para el funcionamiento de la web. La Marea se convierte, así, en un espacio ‘libre de cookies’. Dentro de unos meses, os explicaremos si es posible vivir sin galletitas y no morir en el intento.
* Los socios analizados son los que aparecían en febrero de 2024 en los listados de las páginas web de El Español, El País (Prisa), Huffington Post (Prisa), El Mundo, La Vanguardia, 20 Minutos, ABC, eldiario.es, Okdiario y El Confidencial.
Orgulloso de La Marea más que nunca. En estos momentos, sois el único medio generalista que conozco que se ha declarado «libre de cookies».
Y, es más: del resto de medios «progresistas», el único que a día de hoy aún permite la opción de rechazar las cookies (eso sí, un poco oculta) es elDiario.es.
Un abrazo.
Siempre podéis utilizar analíticas server-side que no transfieren los datos a terceros y además podéis escoger qué datos guardáis exactamente en vuestros sistemas.
Maravilla.
Felicidades, podéis sentiros orgullosos. No estáis vendiendo a uno de vuestros bienes más preciados, vuestros lectores.
Sois el único medio, en qué he podido leer una reflexión y acción consecuente al respecto. Os recomiendo mucho la lectura de este libro.
Ronald J. Deibert / Reset: Reclaiming the Internet for Civil Society
Ronald es el director de CitizenLab, descubridores de Pegasus.
Sus informes, son de lo mejor que puede leerse sobre el funcionamiento de internet.
https://citizenlab.ca/about
Totalmente de acuerdo con vuestra decisión, seguís siendo mi prensa favorita!
Me uno a los dos comentarios que me anteceden y celebro vuestra decisión.
Añado que, desde hace bastante años, es tanta la confianza que me merece «lamarea» que la tengo como página de inicio de mi navegador (por si eso ayudaba a mejorar sus datos de difusión); pero -sobre todo- era (y es) el único diario digital en el que automáticamente pulso el recuadro»acepto».
A partir de hoy lo haré con mucho más gusto.
Porque, además, coincide bastante con mi intuición de que, si no puedo matar a «la bestia», al menos puedo dejar de alimentarla.
«Starve the beast», matar de hambre a la bestia (el Estado) y reducirla de tamaño hasta poder ahogarla en una bañera», fue el eslogan de los conservadores de EEUU en los años 80 (y, posteriormente, del neoliberalismo).
El siguiente paso es abandonar las redes sociales comerciales y pasarse a las redes sociales comunitarias federadas 😉
Buena decisión. Luego dicen que no hay dinero, si ya somos dinero andante y sonriente.