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Montoro retoma la presión fiscal de 2011 salvo los impuestos al consumo
El Gobierno reduce la fiscalidad de rentas, empresas y productos de ahorro a niveles de 2011 y no toca el IVA que pagan todos los ciudadanos.
MADRID // Dos años y medios después de que el Partido Popular rompiese su promesa electoral estrella con una subida fiscal considerable, el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro por fin ha podido decir esta frase: “Ha llegado el momento de bajar los impuestos para todos”. “Los españoles verán la recompensa por sus sacrificios”, prometió Montoro en la rueda de prensa después del Consejo de Ministros en la que se estudió el proyecto de la reforma fiscal. A partir de enero bajará el impuesto sobre la renta (IRPF) en todos sus tramos y una media del 12,5%. También se bajan los tipos impositivos para las empresas y los productos de ahorro, como los depósitos bancarios.
Con la reforma, el Gobierno básicamente vuelve a poner el contador donde estaba antes de que llegara al poder a finales de 2011, con una importante excepción: no se revierte la considerable subida en los impuestos indirectos. El IVA ha aumentado hasta el 21% en el tipo general y muchos productos, algunos básicos y otros como la cultura, pasaron del reducido al máximo. Así que las rebajas fiscales anunciadas hoy por Montoro no beneficiaran a aquellos ciudadanos que no tienen rentas para tributar, como los casi seis millones de parados, pero que siguen pagando más por su cesta de compra y otros productos y servicios que antes de la llegada del PP a Moncloa.
El ministro ha presentado solo los grandes rasgos de la reforma y quiere dar a conocer el proyecto con todos sus detalles el lunes. De ahí que no se sabe si habrá sorpresas en algunos impuestos especiales o medioambientales. Se abre un plazo para la consulta de la propuesta que será entregada al Congreso antes de verano para ser efectiva el 1 de enero de 2015.
Los principales puntos son los siguientes:
IRPF
Se reducen todos los tramos del impuesto sobre la renta, que pasan de siete a cinco. El tipo máximo baja del 52% actual al 47% el año que viene y al 45% en 2015, el mismo nivel que en 2011. El tipo mínimo desciende del 24,75% al 20% y 19% respectivamente. Antes de la victoria del PP en 2011 estaba en el 24%. El Gobierno asegura que el 62% de todos los contribuyentes, los que declaran hasta 24.000 euros anuales, tendrán una reducción de su carga fiscal del 23,5% hasta 2016. Montoro justificó la pronunciada bajada de siete puntos del IRPF (del 52% al 45%) para las rentas más altas con la “subida realmente progresiva” que acometió el Gobierno en diciembre de 2011 y que el tipo ahora simplemente vuelve donde estaba.
Además de bajar el IRPF, la reforma prevé una serie de ayudas fiscales para familias numerosas o con dependientes discapacitados.
Ahorro
La reclamación incesante por parte del sector financiero, que ha desplegado todo su poder de lobby en los últimos meses, han calado en el Gobierno que va a reducir los impuestos para las rentas de capital con el declarado objetivo de fomentar el ahorro y la inversión. Los rendimientos de capital de hasta 6.000 euros anuales pasan de tributar al 21% hasta el 19% en 2016. Personas que ganan 50.000 euros o mucho más al año con sus inversiones pagarán el 23% en impuestos en vez del 27% actual. El sistema refuerza así el tratamiento favorable a las rentas de capital frente a las rentas del trabajo. Varios estudios internacionales han demostrado que el aumento rápido de las desigualdades en los países desarrollados tiene mucho que ver con el crecimiento del capital.
IVA
El Gobierno se mantiene firme en su rechazo a las recomendaciones insistentes por parte de la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional que reclaman otra subida del IVA para financiar el abaratamiento de los costes laborales. No se toca el IVA, salvo en algunos productos sanitarios por un requerimiento de Bruselas. Tampoco se ha hablado hoy de reducir las cotizaciones a la seguridad social como medida para fomentar la creación de empleo.
Sociedades
Tal como lleva anunciando desde hace tiempo, el Gobierno baja el impuesto para las grandes empresas del 30% al 25%, que ya se aplica a las pymes, en dos años. Se eliminarán más figuras de deducciones, excepto gastos en I+D, para que el tipo efectivo que pagan las grandes empresas se acerque el tipo nominal. Gracias a la contabilidad creativa –y legal- los grupos del Ibex actualmente ni siquiera pagan el 10% de impuestos sobre sus beneficios.
Fraude
La medida estrella en el plan para luchar contra el alto fraude fiscal en el país es la publicación de una lista de morosos con la Hacienda pública. Montoro espera que esto sirva como aliciente para que la gente esté al corriente de sus pagos para evitar el escarnio público.
Impacto en la economía
El ministro de Hacienda ha alegado que la reforma fiscal puede añadir un 0,55% al crecimiento del PIB ya que los ciudadanos tendrán más dinero para gastar. Menos claras fueron sus respuestas sobre el impacto en el déficit del Estado. En el Plan de Estabilidad que el Gobierno mandó a la Comisión Europea se habla de un impacto negativo de unos 4.800 millones de euros el primer año. Sin embargo, Montoro confía en que la recuperación económica y la subida del IVA ayuden a mejorar la recaudación fiscal, que subió un 5% hasta mayo, según destacó el ministro.
En Bruselas ven con escepticismo las rebajas fiscales del Gobierno y no se creen las palabras del titular de Economía, Luis de Guindos, que este viernes insistía en que no se trataba de medidas electoralistas de cara a los comicios generales, autonómicos y municipales en 2015. El vicepresidente de la Comisión, Olli Rehn, ya ha dicho que va a mirar con lupa el impacto de la reforma sobre las finanzas públicas de España y expresó una queja: “No puedo decir que hemos sido intensamente consultados”.
Son muchas las cuestiones que merecen un comentario. Pero me voy a centrar en la última. Que el vicepresidente de la Comisión europea, el tal Olli Rehn este, se queje porque no han sido «intensamente consultados» es para perder los papeles cuando uno lo tuviese delante. No sólo no se han atrevido a impulsar y poner en marcha una política fiscal común a nivel europeo como le vienen insistiendo desde hace lustros, sino que se permite ABIERTAMENTE meterse en los asuntos en los que seguimos siendo soberanos (aunque intervenidos).
Comienza la compra de votos. Con nuestro dinero claro. No podía ser por que Europa lo exigía. Ahora Europa lo sigue exigiendo y si puede ser… Da la impresión de que comercian con el hambre de nuestros hijos y la salud de nuestros padres mientras venden nuestro presente.