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Jóvenes de IU reclaman más democracia interna en la federación
Las nuevas generaciones de la federación piden paso a nuevos modos de hacer política, vinculados a la "cultura del 15-M" y a los movimientos sociales
MADRID // Los resultados de IU en las elecciones europeas han sacudido a la organización. Pese a que el crecimiento ha sido muy grande –de los dos eurodiputados en 2009 a los seis, aunque integrada en Izquierda Plural–, la subida aún mayor de Podemos –que no iba en coalición– ha dibujado un escenario en el que se prevén grandes movimientos. La candidatura de Pablo Iglesias ha apostado por una presencia mayoritaria de gente joven y politizada, en gran medida, a raíz del movimiento 15-M.
Este perfil también se encuentra dentro de IU, aunque no acaba de situarse en primer plano, y lleva ya un tiempo tratando de cambiar las formas de hacer política tanto a nivel interno como externo de la federación. Poco a poco, se ha agudizado una cierta tensión generacional en un partido que, hasta ahora, había sido el único que se erigía como alternativa al bipartidismo, y que apunta a hacerse más patente en los próximos meses.
Entre las voces jóvenes de IU, con una estrecha participación en los movimientos sociales, y, en los últimos años, muy vinculados al 15-M, destaca el diputado Alberto Garzón, uno de los más conocidos de la organización y al que, igual que a Iglesias, se le ha visto mucho en televisión. Para el político malagueño, los resultados de las elecciones del 25-M han sido una buena noticia porque “un porcentaje impresionante de gente ha votado a la izquierda del PSOE y, por tanto, contra los recortes y las políticas de austeridad”.
“Es un cambio histórico, que no se ha visto nunca en la democracia reciente y refleja la enorme potencialidad de la izquierda si es inteligente, audaz y es capaz de formar un frente amplio que permita la confluencia de fuerzas”, desarrolla. Pese a que deja claro que el resultado de IU es “muy bueno” en comparación con las elecciones de 2009 y las pasadas generales, Garzón señala que la federación “no ha sabido” llegar a un sector que sí ha sabido cubrir Podemos. “Si se hubiera trabajado en ese sentido, en esa cultura política vinculada al 15-M, que impugna de forma clara el sistema político bipartidista y las formas viejas de hacer política, podía haber sido un sector potencial de IU”, admite.
«Podemos no es un problema, es una oportunidad»
En cualquier caso, el diputado cree que lo que toca es acercar posiciones. “Podemos es un espacio compatible, hermano, en el sentido de que comparte un mismo proyecto político”, asegura. “Si se logra hacer una suma, ésta no será meramente aritmética, sino que se pueden multiplicar fuerzas”, añade. Para Garzón, Podemos es un “fenómeno social que mueve el terreno y crea un escenario nuevo para todos”. “Las piezas del tablero se han movido y hay que ver cómo las recomponemos para beneficio de la sociedad. Podemos no es un problema, es una oportunidad”, añade. Si IU no logra entender el momento político, considera el diputado, “el riesgo de empequeñecer nuestro espacio y en algunos lugares desaparecer, es enorme”.
Para avanzar por este camino, Garzón, quien ha mostrado en el pasado su postura crítica con la manera de tomar decisiones dentro de la federación, considera la lucha por democratizarla aún más como uno de los objetivos principales. “La elaboración de las listas para las elecciones europeas, pese a que no fue un dedazo, no fue todo lo democrática y transparente que debería haber sido”, apunta. Para el político malagueño, a IU le queda “mucho recorrido para ser verdaderamente democrática plena”, algo que se solucionaría, agrega, con primarias abiertas a todos los militantes y mecanismos de fiscalización de la gestión (revocatorios, rendición de cuentas, transparencia o rotación de cuadros, entre otros). “Al final acabamos eligiendo a unos dirigentes que quedan desconectados de su militancia, de la misma forma que, a nivel del Estado, los políticos quedan desconectados de los votantes”, sentencia.
Aunque Garzón se muestra muy crítico, considera que la lista presentada por IU en las elecciones europeas ha sido “muy buena”, porque incluía “todo tipo de perfiles”. “Pero al final a nadie se le escapa que el propio perfil que encabeza la candidatura es en sí mismo un mensaje”, afirma. “Nos gustaría que la política lo que pesara electoralmente fuera la lectura racional de los programas, pero lo cierto es que opera un elemento comunicativo y simbólico que le da mucho peso al perfil del sindicato”, analiza. Además, IU correría en desventaja ante una nueva fuerza “que no tiene herencias negativas”. “Pero eso no le quita mérito a Willy Meyer, como diputado y como persona que ha acreditado una larga experiencia en IU. No es un problema de liderazgo, sino de estrategia política”, sostiene.
Para el futuro, Garzón preferiría renunciar a la necesidad de un liderazgo individual. “Creo que lo importante es uno colectivo, esa es la lección que dejó el 15-M, en la que no existían portavoces como tal”, recuerda. “No queremos sólo un Pablo Iglesias, un Cayo Lara o un Willy Meyer, sino a mucha gente que trabaje en común y mezcle perfiles, para lograr juntar a toda la base social que está sufriendo las políticas de la Troika y logramos confluir”, asegura. “Además se romperá la tradición con el cesarismo, de la idea del salvador como persona individual, porque eso hace muy débiles a los proyectos, ya que cualquiera puede tener fallos graves y hacerlos peligrar”, zanja.
Favorecer un cambio generacional
En estas elecciones europeas, la militante más joven de la lista de IU, así como la más vinculada a movimientos sociales que ha logrado escaño, ha sido Marina Albiol, que ha renunciado este jueves a su asiento en las Cortes Valencianas para ocupar su nuevo puesto en el Parlamento Europeo. Aunque mira con satisfacción los resultados de la federación, recuerda que el objetivo es “ir a más” hasta “ser mayoría”. “Se ha castigado fuertemente al bipartidismo, el pueblo ve al PP y al PSOE como los responsables del paro y la precariedad mientras ha señalado a la izquierda alternativa como solución”, apunta.
Albiol también cree, no obstante, que IU tiene que hacer autocrítica. “No es una cuestión sólo de candidatos, de una estrategia comunicativa o de cabezas de lista, sino de dar determinados pasos en cuanto a los métodos, a las formas, a favorecer un cambio generacional”, asegura. “En IU tenemos estructuras por las que es complicado adaptarse a nuevas formas de hacer política y contagiarse más aún de los movimientos sociales”, añade. Entre las propuestas de cambio, la eurodiputada apunta a la profundización en la democracia interna, en abrir los procesos de decisión a las bases.
En cuanto a la posibilidad de realizar primarias abiertas a la ciudadanía, Albiol ve aspectos positivos y negativos: “Nuestra organización tiene un programa detrás, así que, ¿por qué personas que no comparten tu proyecto deberían elegir a tus candidatos?”, reflexiona. En cualquier caso, la eurodiputada valenciana recuerda que es un debate que aún no está cerrado en la federación. “Lo que considero una trampa es que parece que si hay primarias abiertas somos democráticos y si no, no. Eso no es así”, sentencia. Para Albiol, lo principal es apostar por gente “pegada a las luchas en la calle”.
Javier Couso y Lara Hernández se quedan fuera
La lista de IU a las elecciones europeas contaba con más perfiles parecidos al de Albiol, pero su posición les ha hecho quedarse fuera. Es el caso de Javier Couso (el séptimo en la lista) o el de Lara Hernández (la número diez). El hermano de José, el periodista asesinado en Irak en 2003 por tropas estadounidenses, lleva diez años en lucha contra la impunidad de los crímenes de guerra, aunque comenzó antes en el ámbito de los movimientos sociales ligados a las ideas libertarias. Él tampoco analiza los resultados del 25-M desde el punto exclusivo de IU y considera que se ha abierto un “espacio de ruptura con el régimen de la Transición, con un cambio de paradigma contra el bipartidismo y la entrega de la soberanía a instituciones financieras”.
Couso, quien ha tenido un fuerte apoyo en redes sociales, cree que “no es momento de mirarnos el ombligo, con tanta gente pasándolo tan mal” y que, por tanto, hay que confluir con otras fuerzas de izquierda. “Es evidente que IU no ha sabido por sí sola conectar con esa población que quiere ese cambio, pero nosotros somos parte de ese cambio también”, asegura. Este político y activista considera que ahora toca debatir internamente y empujar para que haya más democracia interna. En cuanto a las fórmulas concretas, cita también la revocación de mandatos y la rendición de cuentas, entre otras medidas.
Si hubiera logrado entrar en el Parlamento Europeo, Couso explica que habría aportado, sobre todo, “lo que he aprendido en los movimientos sociales, en la calle”, pero también un “punto de vista anti imperialista, que es un tema que me ha tocado en lo personal”. Además del asesinato de su hermano, su padre, militar, siempre fue muy cercano a las ideas que soplaban en la Revolución de los Claveles, en la vecina Portugal. “El pueblo es el que más ordena, eso es lo que hay que recuperar”, concluye.
«Exiliada» en Berlín
Por su parte, la joven Lara Hernández, que tuvo que irse a la capital alemana en busca de un trabajo que se le negaba en su país, ha sido la cara del “exilio económico” en la candidatura. Sin embargo, su posición –en décimo lugar– ha impedido que su voz se escuche en el Parlamento Europeo. También partidaria de iniciar un proceso de análisis a nivel interno, tiene claro de que “ninguna formación política puede olvidarse de que ha existido el 15-M, de que hay nuevos modos de hacer política y estos se tienen que incorporar a las organizaciones clásicas”.
Hernández está convencida de que habrá confluencia con Podemos y con el resto de fuerzas progresistas. “Somos participantes en los movimientos sociales que queremos transformar esa fuerza en poder institucional, así que lo que se nos exige es que estemos a la altura del momento histórico que nos toca vivir”, defiende. “Llevamos convergiendo con muchos de los miembros de Podemos muchos años, en asambleas, colectivos de base y movimientos sociales”, asegura.
A otros niveles, son muchos los jóvenes que aportan la cultura política aprendida estos años, que aporta a la organización un cambio generacional. Esther López Barceló, diputada de las Cortes Valencianas, cree que hay que dar aún un “mayor empuje” a referentes de los movimientos sociales. “Seguro que ha influido el hecho de que Podemos cuente con un mayor impacto mediático, pero eso no debe distraernos de la necesidad de empezar un proceso de reflexión”, advierte. Como muchos de sus compañeros, cree que “no hemos estado a lo mejor a la altura de lo esperado a pesar del resultado positivo que hemos tenido”.
Carlos Martínez, coordinador del Área de Juventud de IU, se muestra centrado por aprovechar el “cambio sociológico en el país”, evidenciado por los resultados de las europeas, para “conformar algo nuevo”. “Las generaciones más jóvenes estamos en ruptura con lo anterior, con el régimen del 78, y además con la irrupción de Podemos, que ha tenido un saldo muy positivo, se le ha dado un toque de muerte al PSOE”, opina. Para este joven político, “lo que tienen que entender los dirigentes de IU es que no hay espacio para la vieja política” y hay que buscar “frentes amplios” con más participación de la gente.