Economía | OTRAS NOTICIAS
El PIB crece pero no aleja los signos de recesión
Los costes laborales han caído mucho más que los de la media de la UE.
El gasto público ha sido un trampolín para el PIB de la economía española, que comienza a crecer pero manteniendo un contexto donde siguen vigentes las dinámicas propias de una recesión. Durante los tres primeros meses de 2014 el Producto Interior Bruto ha crecido un 0,4% respecto al trimestre anterior, debido principalmente al aumento del consumo de las administraciones públicas (4,4%). El consumo de los hogares también crece un 0,4%, pero los datos positivos se quedan aquí, ya que los demás dibujan una situación en la que es difícil que el débil crecimiento del PIB se pueda mantener.
En primer lugar, el gasto de las administraciones públicas que sustenta el crecimiento ha sido muy irregular a lo largo de los últimos años, concentrándose en la primera mitad del año y reduciéndose en la segunda. Por ejemplo, en el último trimestre de 2013 el gasto público cayó un 3,9%, una estrategia con la que se persigue disminuir la cifra de déficit de final de año. Además el aumento de un 4,4% es muy desproporcionado respecto al comportamiento que había tenido el gasto público durante la crisis. Tanto es así que la segunda mejor cifra después de esta fue el aumento de un 2,5% en el primer trimestre de 2011.
Que el PIB siga creciendo por el impulso del gasto público parece improbable cuando el Gobierno, apoyado por el dictamen de una comisión de expertos, ha anunciado que pretende bajar ciertos impuestos en próximas fechas. Si el Estado reduce sus ingresos no tendrá otra opción que disminuir su gasto si no quiere incurrir en más déficit, algo a lo que el equipo de Rajoy y la propia Comisión Europea no están dispuestos.
Por otra parte la inversión también ha caído un 0,6% en el intertrimestral y un 1,2% respecto al año anterior. Este último dato muestra que los ajustes hechos en la economía española no han servido para dar la vuelta a la dinámica de caída de la inversión. Desde que apareció la crisis las grandes cifras que se invertían durante los años de la burbuja inmobiliaria y financiera se han ido reduciendo de forma ininterrumpida, hasta llegar al 2014 donde la inversión es un 35% menor que en 2008.
La inversión no es una variable más en la economía, sino la palanca que marca los saltos entre una fase de crecimiento y otra de recesión. Hasta que el capital privado y las administraciones públicas no encuentren un nuevo sector para invertir que supla a la más que agotada construcción, resulta difícil hablar de recuperación económica con todas las letras.
En el empleo la situación que dibuja el INE también es negativa. A pesar de que en la variación entre los dos últimos trimestres el empleo ha aumentado un 0,1%, al observar el cambio en el año entero se observa que en el primer trimestre de 2014 hay 55.000 puestos de trabajos menos que en el mismo periodo de 2013. Esto supone una reducción de un 0,3% del empleo entre el primer trimestre de 2013 y el de 2014.
En su última publicación el INE también recoge que el coste laboral unitario, es decir, lo que el empresario tiene que pagar como salario por cada unidad de producto, ha descendido un 0,9%. Esta cifra también sigue tendencias propias del escenario posterior a la crisis en España, donde los costes laborales han caído mucho más que los de la media de la UE. Los encargados de aplicar las políticas de ajuste anunciaron que con la caída de los costes laborales se ganaría competitividad y sería más fácil crear puestos de trabajo, pero los datos de las exportaciones netas (-0,05%) y los del empleo citados anteriormente, revelan que la devaluación interna no se ha traducido ni en un mejor posicionamiento de las empresas españolas en su competencia con el exterior ni en más trabajo.
Ignacio Álvarez, economista y profesor de la Universidad de Valladolid, asegura que “aunque tengamos un crecimiento positivo, difícilmente podremos decir que hemos salido de la recesión ya que la economía española y la europea en general va a experimentar un estancamiento prolongado, dados los elevados niveles de deuda y la permanente insuficiencia de demanda”.