Israel recibe con balas a trabajadores irregulares palestinos

El colectivo B’Tselem ha documentado en dos meses hasta cuatro casos de disparos contra trabajadores irregulares palestinos en Israel por parte de soldados hebreos. Los hechos ocurrieron durante los meses de octubre y noviembre de 2013. Las cuatro víctimas trataban de cruzar la barrera de separación entre los dos territorios en las zonas de Qalqiliyah y Ramadin, dos lugares de paso habitual de trabajadores sin permiso.

Los abusos sobre los palestinos por parte de las tropas israelíes son cotidianos, según denuncia este colectivo formado por activistas de los dos territorios. Entre 15.000 y 30.000 palestinos trabajan en Israel de manera irregular, lo que les expone al peligro de ser encarcelados, detenidos y agredidos por parte de los militares. Pero no sólo eso: también los empleadores suelen aprovechar la condición de irregulares de estos palestinos para encomendarles trabajos en condiciones no seguras y retenerles pagos.

Uno de los palestinos heridos en los casos recogidos por B’Tselem sufrió el pasado 8 de octubre un disparo en el abdomen cuando trataba de cruzar la barrera de separación cerca del pueblo Azzun Atmah. Justo después del disparo, la víctima fue trasladada a un hospital de Israel, donde se le sometió a cirugía, mientras que su hermano, que le acompañaba en ese momento, fue arrestado durante dos días. Ambos denuncian que no recibieron ninguna advertencia verbal antes de ser tiroteados.

Otros grupos han corrido igual suerte. El relato es idéntico: los soldados esperan al otro lado de la barrera de seguridad hasta que los palestinos cruzan. Entonces, comienzan los disparos sin advertencia previa alguna. Un trabajador palestino fue alcanzado en el pecho, el abdomen y el muslo en noviembre en la zona de Qalqiliyah.

En el distrito de Herbón, un joven estudiante universitario de agricultura pasó tres meses en un hospital tras recibir un disparo en la rodilla en octubre. “Ahora no puedo andar a causa de mi herida. Mis estudios y mi vida se han quedado en punto muerto. No merezco lo que me ha pasado. El soldado me dijo que parara pero me disparó al mismo tiempo”, lamenta, en declaraciones recogidas por B’Tselem.

La última denuncia corresponde a unos incidentes ocurridos en el asentamiento de Sansana. Allí, docenas de trabajadores palestinos se disponían, como cualquier día, a cruzar la barrera para trabajar cuando recibieron disparos de una patrulla de soldados israelíes con gas pimienta. Un joven esperó junto a otros trabajadores hasta que creyeron, equivocadamente, que los militares se habían ido. Se topó con un soldado de frente, a pocos metros, que le disparó con una pistola en un pie. Entonces, trató de volver a Palestina pero el soldado le disparó en el otro pie.

Estos cuatro casos no son aislados. En enero de 2013, Udai Darawish fue asesinado con armas de fuego en la misma zona, en Sansana, mientras intentaba entrar en Israel, según recoge B’Tselem. Para la jurisprudencia israelí, los soldados pueden disparar a un sospechoso en las piernas, pero sólo como último recurso y después de advertirle con disparos al aire. Sin embargo, B’Tselem resalta que los militares suelen saltarse estas normas.

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