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Tres asesinatos, dos informes y una duda
Este sábado, en menos de 24 horas, tres mujeres han sido asesinadas. La realidad confirma con crueldad las conclusiones de los informes sobre violencia machista en la UE y entre población adolescente
Este sábado, en menos de 24 horas, tres mujeres han sido asesinadas. Una de ellas fue encontrada en su piso en Lanzarote, otra en El Campello (Alicante) y una tercera en El Escorial (Madrid). Todos los cadáveres presentaban signos de violencia. La realidad confirmaba con crueldad las conclusiones de dos informes hechos públicos también esta semana. Dos informes, a cual más desalentador.
En el primero, podíamos leer frases como éstas: “Estamos aquí diciendo todos que no vamos a pegar nunca a una mujer y llegas un día y a saber qué te pasa o lo que sea, la puedes pegar, eso surge, es que eso no puedes saberlo hasta que no estás en la situación de decir es que me has hecho esto, esto y esto y te pones nervioso y te pones de mala hostia». «Pero es que el hombre no la pega porque no haya hecho nada, no llega a casa su mujer está sentada en la tele y se pone a pegarla, estaría loco». «Hay que poner el friega platos y ayudarla. Hacen más que nosotros, la verdad. Pero bueno, son sus costumbres». «Si se va de compras y se gasta todo el sueldo del mes, ¿qué haces, le besas los pies?». «Sí, puede que piense que la mujer no debería tener tanta libertad… Antes la mujer no podía hacer nada y ahora está en todos los lados».
Son afirmaciones hechas por adolescentes varones residentes en Madrid de entre 12 y 17 años y recogidas en el informe sobre la violencia de pareja hacia las mujeres en población adolescente y juvenil y sus implicaciones en la salud, elaborado por la Dirección General de Atención Primaria de la Consejería de Sanidad. En el estudio también se recoge las opiniones de ellas: «Se pone histérico y te hace así y tal, pero nunca me ha llegado a pegar. Pero no me deja ni tener amigos… chicos«. «Hombre, obligar, no te puede obligar, pero (…) a lo mejor para estar bien con él pues no lo haces ¿sabes?». «A lo mejor también la mujer le machaca y un día le llega a agobiar tanto que no puede más y salta. Pero luego, cuando ya piensa bien las cosas se arrepiente de lo que ha hecho«. «Yo llevo con mi novio dos años y medio casi, ¿vale? Y sí, a veces estoy muy bien con él y demás, pero otras veces me cabreo porque es un poco machista. Muchas veces que hablamos de un futuro, de si algún día nos fuésemos a vivir juntos y me dice que yo le tengo que planchar la ropa, que yo le tengo que hacer la comida, que yo le tengo que coser las camisas. Digo, pero tú estás flipado”.
El informe deja al descubierto el repunte de machismo entre los adolescentes y la presencia de la violencia de género en sus relaciones aunque a esas edades apenas se denuncie y recuerda lo que ya apuntaba un estudio anterior, el que se refería a ‘Igualdad y prevención de la violencia de género en la adolescencia’, elaborado por la Universidad Complutense de Madrid. En él, más de la mitad de los estudiantes declaraba que en clase no realizan «nunca o casi nunca» actividades para la construcción de la igualdad y la prevención del sexismo y además, el 38 por ciento de los encuestados aseguraba que en sus centros de estudio hay machismo en distintos grados. No entiendo muy bien porqué la Comunidad de Madrid encarga estos estudios cuando en sus presupuestos para 2014 la partida para igualdad y violencia de género se reduce más de un millón de euros. Madrid es tan solo el ejemplo documentado. Los recursos contra la violencia de género están siendo recortados en todo el país al mismo ritmo que desaparece la educación en igualdad de las aulas.
Por su parte, la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE (FRA), publicaba un adelanto de un informe que difundirá en marzo y en el que los primeros datos muestran que dos de cada tres mujeres europeas víctimas de violencia física o sexual no acude a denunciarlo ante la Policía ni ante ningún otro servicio de asistencia. La Agencia, ante los resultados del estudio advertía de que la verdadera dimensión de la violencia contra las mujeres «permanece invisible en las cifras oficiales, lo que subraya la necesidad de aumentar la percepción de este asunto».
No sé si se debe a la traducción pero la nota de la Agencia manifiesta en su lenguaje cierto desdén ante “este asunto”. Habrá que esperar hasta el próximo día 5 para poder leerlo íntegro y conocer además qué medidas llevará a cabo la UE para atajar esta violencia que a tenor de la nota del director de la agencia, Morten Kjaerum, parece que desconocían y que requiere de soluciones individuales: «El estudio de la FRA ha revelado impactantes niveles de violencia contra las mujeres a lo largo de la UE (…) lo que sirve para subrayar la urgente necesidad de que las mujeres discutan e informen de un problema demasiado común, para que las autoridades puedan actuar para ayudar a terminar con la violencia contra ellas”.
Parece que también en la UE buscan heroínas. Como en España, el discurso incita a las mujeres a denunciar –al margen de las respuestas que les dé el sistema, al margen de la protección que éste sea capaz de ofrecerles-, que sean ellas quienes pongan solución a una violencia que se continúa considerando en el imaginario judicial en el ámbito privado. Dentro de cinco o diez años encargarán otro costoso estudio con el que descubrirán que no, que se trata de una violencia estructural y acabar con ella depende de la cultura, los discursos, la voluntad política, de la educación y la prevención y, especialmente de poner fin a la impunidad.
De hecho, en Madrid se vive estos días un intenso debate jurídico después de que el profesor de música y filosofía del colegio concertado Valdeluz Agustinos fuese detenido y enviado, de forma provisional y sin fianza, a prisión tras imputarle siete delitos de acoso sexual. Además, el Director y el Jefe de Estudios del centro también fueron detenidos y cesados de sus puestos.
Una víctima de los abusos fue tratada durante más de un año por los servicios sociales de la Comunidad de Madrid sin que en ningún momento se denunciara el hecho y éste es el meollo del debate. ¿La impunidad de la violencia? No. El debate se está centrando en si éste es un delito público, privado, semipúblico o semiprivado…
Todo esto me recuerda el caso del presidente Vladimir Putin y la ola de violencia homófoba desatada en Rusia. Era noviembre de 2006 cuando en una reunión internacional y creyendo los micrófonos apagados, el mundo entero pudo escuchar por televisión las palabras del presidente ruso que expresaba su envidia por lo “macho” que era el presidente de Israel, acusado de haber agredido sexualmente a varias mujeres que trabajaban bajo su dirección: “Transmitan mis saludos a su presidente. ¡Vaya machote! ¡Violar a una decena de mujeres! No lo esperaba de él. Nos ha sorprendido a todos. Todos le tenemos envidia”. Vladimir Putin fue elegido, de nuevo, en marzo de 2010, presidente de Rusia. Ya saben de aquellos polvos de impunidad…
La Europa progresista, abierta y culta de hace unas cuantas décadas ha sido invadida por el conservadurismo de derechas y su inseparable aliado el capitalismo/neoliberalismo con sus «principios», «valores», «cultura» consumista e individualismo se ha impuesto en todas partes.
En este zafio y cutre escenario no es raro que con más frecuencia afloren brotes de nazismo, de racismo, de machismo…
Cultura, valores, versus neoliberalismo.