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Una candidatura de disenso

Reflexiones en torno a la aparición de la plataforma 'Podemos', que prepara la candidatura de Pablo Iglesias a las próximas elecciones europeas

JAUME GARCIA// El viernes 17 de enero se hizo público el ya sabido salto a la política electoral del profesor Pablo Iglesias, famoso tertuliano de televisión. Podemos, plataforma con la que piensa presentarse a las elecciones europeas del próximo mes de mayo, agrupa a diversos intelectuales afines al tertuliano y el grupo político «mandelista» Izquierda Anticapitalista.

Según los promotores de esta candidatura, con Podemos se superará la actual realidad electoral con una candidatura nueva, alejada de los partidos políticos tradicionales con todo lo que eso implica, cercana a los movimientos sociales, participativa, la voz del pueblo, etc, etc, etc. Una música que desgraciadamente no es nada novedosa.

Pescar en río revuelto

No voy a negar ningún mérito al profesor Iglesias. Como director del programa La Tuerka, logró convertir este espacio en una referencia dentro de la izquierda, sobre todo entre la juventud universitaria y organizada. Este éxito le ha aupado a los platós de los medios de comunicación de masas como Cuatro o La Sexta, donde ha polemizado con los tertulianos de la caspa mediática, haciendo una demostración de conocimientos y sapiencia. Frente a los balbuceos de otros tertulianos supuestamente encuadrados en la izquierda, Iglesias ha demostrado a miles de televidentes que se puede responder a franquistas como Marhuenda. Esta labor ha sido positiva y negarlo es una estupidez sectaria.

Ahora bien, que las intenciones del profesor Iglesias iban más allá de ser una figura mediática eran más que evidentes desde el principio. No entraré a valorar egos, ambiciones y arrogancias, pero no tendría que resultar sospechoso que una personalidad de la izquierda que se piensa capaz, quiera aspirar a participar en política en primera línea, incluso en el terreno electoral. Los que creemos que la lucha política es imprescindible para transformar la sociedad entendemos que es útil disponer de figuras conocidas y mediáticas, y que inevitablemente al final necesitas una candidatura y un número uno de la misma.

Tampoco entraré a valorar el papel que directamente han jugado Cuatro, Público y La Sexta a la hora de favorecer e impulsar la candidatura de Podemos, aunque a nadie se le debería de escapar que algunos medios de comunicación de masas (y por tanto, propiedad de determinados sectores de la burguesía), que tratan de ocupar el mercado «progresista», no han dudado en impulsar toda opción política capaz de dañar a la izquierda tradicional (véase el oscuro partido X y El País).

La política

Desde luego, Iglesias no es ningún tonto y si ha dado este paso es porque sinceramente piensa que puede salir elegido eurodiputado. Tiene a su favor su tirón mediático, así como las características específicas de las elecciones europeas (circunscripción única, baja participación, voto bronca…), pero también aspectos políticos de fondo como la tremenda indignación presente en la sociedad, el descrédito de la política tradicional, la crisis institucional y política cada vez mayor, las ansias de cambio de un sector cada vez más masivo de la clase obrera, la juventud y las capas medias… No es el primer intento de determinados grupos políticos de aprovechar estas circunstancias -siempre en detrimento de Izquierda Unida-, pero sí parece, de entrada, el intento con más posibilidades de cosechar algún éxito.

Sobre el rechazo a la política tradicional… es un aspecto con el que tener muchísimo cuidado. Los escándalos de corrupción presentes en casi todas las fuerzas políticas son vergonzosos, vomitivos. Desgraciadamente, no sólo afectan a las organizaciones de la burguesía, también las organizaciones socialdemócratas y los sindicatos están completamente inmersos en tramas de corrupción. Ahora bien, este tema, tan sensible, también está siendo utilizado por el capital financiero y la derecha para desacreditar la política en general, poner a todo el mundo en el mismo saco, desanimar y desmoralizar e incluso favorecer tendencias políticas reaccionarias y demagógicas como Ciutadans o UPyD, que también se vanaglorian de hacer «nueva política», lejos de la corrupción y la amoralidad.

No todos los políticos de las organizaciones obreras tradicionales son unos corruptos y unos ladrones, aunque, ciertamente, el capitalismo utiliza de manera orgánica y continuada la corrupción, el tráfico de influencias y los «favores». Efectivamente: la corrupción es consustancial a la democracia representativa capitalista, de hecho, es consustancial al propio funcionamiento del capitalismo, que la utiliza como una especie de lubricante. Creo que no se trata por tanto de denunciar la política en general, sino específicamente la política burguesa, la política sumisa a los dictados de la banca y del capital financiero. Utilizar el sano sentimiento que tienen decenas de miles de personas contra la corrupción sin combatir los intentos capitalistas de desacreditar la lucha política no es sólo oportunista, sino que supone fomentar un prejuicio muy interesado que maleduca a cientos de activistas. Porque además, en este momento, creo que la batalla más importante pasa por aumentar el grado de organización de los oprimidos, y en concreto la organización política, indispensable para conseguir transformaciones políticas. Los prejuicios contra la política en general sólo benefician a los aparatos burocráticos y a los capitalistas, que sobre todo lo que quieren es que las organizaciones obreras tradicionales sigan vacías.

La unidad de la izquierda

No voy a ocultar mi militancia en IU y en CCOO. Desde luego tampoco ocultaré mi rechazo a muchos aspectos de la política practicada tanto por la coalición como por el sindicato. Sin embargo, no sólo existe un sentimiento «contra los políticos» en la sociedad. También, y no sólo entre los activistas de los movimientos sociales, hay un fuerte sentimiento «por la unidad». Y este sentimiento tiene una base material muy concreta: Ya sea en la PAH, en las distintas Mareas, en las luchas obreras, etc, muchos de los activistas que admirablemente participan e impulsan estas luchas día a día tienen un carnet político y/o sindical en el bolsillo: unos son de IU, otros de las CUP, de CGT, otros de CCOO, del SAT… A todos estos activistas, y a los que no están organizados en ningún partido o sindicato, les une la lucha, les une el día a día, los esfuerzos, miserias, éxitos y problemas. No sólo les unen los objetivos concretos por los que están participando, ya sea en la PAH, con los iaioflautas o en la Marea Verde, sino también el rechazo a la injusticia que supone el sistema capitalista. Esta tendencia buscando la unidad beneficiará a Izquierda Unida (sobre todo a nivel estatal porque en Catalunya, Euskal Herria y Galiza el sentimiento nacional modifica el escenario aunque no anula la búsqueda de la unidad), que es percibida por amplias capas de la clase obrera y la juventud como la única alternativa posible a la izquierda del PSOE. Además, como antes dijimos, entre los activistas sociales hay numerosos afiliados o simpatizantes de IU que se parten el cobre en las distintas luchas en las que participan. No es de extrañar que Podemos haya sido percibida entre muchos militantes comunistas como una candidatura sin otro objetivo que arañar votos a IU. Por mucho tirón que pueda tener el profesor Iglesias, el voto a Izquierda Unida va a crecer sensiblemente en las próximas elecciones europeas.

Sin embargo, el futuro de la izquierda en el Estado español pasa, en mi opinión, por la actitud hacia la política que adopten los activistas de los movimientos sociales y del movimiento obrero. En estos años hemos tenido el 15M, las huelgas generales, manifestaciones más o menos espontáneas, las Mareas… muchos de los activistas que participaron e impulsaron estas luchas están sacando la conclusión de que en la lucha contra los recortes y contra el capitalismo hace falta dar un paso más, hace falta más fuerza y más contundencia. Y, añado yo, hace falta la lucha política. Un frente de organizaciones políticas y sociales de izquierdas, opuesto consecuentemente a los recortes y a las políticas capitalistas, atraería a muchos de estos activistas que a su vez arrastrarían tras ellos a miles de jóvenes y trabajadores. Un frente de estas características estaría en situación incluso de atraer a un porcentaje importante de votantes del PSOE y plantar cara al PP, a la monarquía y a las demás instituciones heredadas de la Transición.

En ese camino creo que sería muy positivo que las organizaciones políticas de la izquierda impulsaran una Conferencia de movimientos sociales, políticos y sindicales contra los recortes y el capitalismo, lo más amplia posible. Esta Gran Conferencia podría impulsarse a escala local, barrios, fábricas o distritos mediante asambleas amplias donde se eligieran democráticamente delegados para los encuentros de rango superior. El énfasis estaría no tanto en el carnet de partido o sindicato del delegado, sino en su trayectoria en la lucha, el trabajo desarrollado. Sería una gran oportunidad para que, dejando atrás enfrentamientos estériles y sectarios, se pusiera en el primer punto del orden del día un programa común -que sin duda sería mucho más avanzado y combativo que el que figura en los programas electorales tradicionales- y una estrategia y una táctica de lucha contra el sistema, tanto en el terreno de la calle, o el terreno sindical, como en el terreno electoral.

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Comentarios
  1. Esa es la clave, como dice Alvora. Ya es hora de impulsar un socialismo desde los de abajo. Hay que ser valientes y esa valentía de momento se llama Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero y más gente.

  2. » …opuesto consecuentemente a los recortes y a las políticas capitalistas»

    ¿Qué es lo que puedes hacer contra las políticas capitalistas sin romper con el capitalismo? En el hipotético caso de una victoria de Podemos en las internacionales, e incluso buenos resultados en las generales si, como plantea Nega, se presentaran, ¿el objetivo sería final sería romper con el capitalismo y abrazar el comunismo?

    Un saludo y gracias de antemano.

  3. Francamente, pensar que Pablo Iglesias pretende, o mejor dicho CREE que va a ser eurodiputado es bastante ingenuo. Por muchas desconfianzas que nos merezcan el personaje famoso o la organización que hay detrás y sus apoyos, no se trata de lograr un euroescaño. No creo que sean tan ingenuos como para pensar tal cosa la verdad. Muchas veces hay que mirar de quien es el dedo que señala a la Luna para ver quien es el autoproclamado sabio, otras ver hacia donde señala ese dedo. En este caso ni Pablo Iglesias es un sabio-profeta ni señala a la Eurocámara, sino más allá

  4. IU -por lo que veo- está tan ciega como los demás partidos del régimen del 78. Supongo que -a juzgar por lo de «más votos en las europeas» o 50 escaños (ja) en las generales es con todo lo que se conforman. Siguen con su código cifrado, un lenguaje que no dice nada a las masas de esta época y diciéndoles a los demás que se integren (incluso a los movimientos sociales). Ninguna lección del bolivarianismo, nada de los procesos latinoamericanos…Mucho me temo que IU será borrada del mapa -de no actuar rápido- por algo nuevo, o acabará como el KKE defendiendo el parlamento griego codo a codo con Black Water, o como la vieja guardia izquierdista y sindical de venezuela, aberrantemente metidos en la candidatura oligárquica de ¡Capriles!, a la espera de «tomar el poder» 200 años después.

  5. Yo creo que se debería abrir el debate en IU y preguntar a su militancia qué opina de esto. No hay que tener miedo a preguntar y a votarlo.

    En otro orden de cosas, sospechar de Podemos por que Pablo sale en los medios es una locura. Los medios no son órganos de poder monolíticos que apuntan 100% en favor de sus accionistas, sin fisura alguna, sino que tienen brechas (en este caso una brecha llamada J. Cintora con conciencia progresista, al que le gusta escuchar a Pablo y que además está subiendo la audiencia de su programa y por eso le dejan rienda suelta). Y lo mismo con la infame LaSexta. En cuanto Podemos empiece a ser un peligro real, dejarán de invitar a Pablo.

    IU sola no puede. PP y PSOE se empiezan a recuperar lentamente en las encuestas porque ya estaban en el hueso. La pelota está en el tejado de IU, ojalá que venza la razón y no las siglas.

  6. No me creo a nadie. Todos son sinvergüenzas «in actu» o en potencia. En este país, todos robamos tan pronto como vemos la.ocasión de hacerlo. Los que nos llamamos honestos somos, en realidad, corruptos frustrados porque no se nos ha dado la posibilidad de delinquir.Cuánta gilipollez y cuánto asco.

  7. Todo lo que propone Juan López ya se intentó en IU y no ha sido posible. Desde la refundación o las mesas, hasta incluso la depuración de lo (A)Moral, imposible. Justamente porque me consta el esfuerzo y la honestidad de muchos -aunque no suficientes como para coger el timón- pienso que todo movimiento hacia la izquierda debe servir de puente. Arriba los que luchan.

  8. La izquierda tradicional se autolesiona a sí misma, no hace falta que nadie la dañe; por decir una cosa y hacer otra, por ser de izquierdas sólo de boquilla,por tratar de aglutinar votos de izquierda y de centro.
    El debate ya no es izquierda o derecha, y mucha gente ya se ha dado cuenta por fin.

    • Como base de IU a nivel particular pienso que no es el momento. Como grupo se piensa esto también aunque se desea la creación de ese frente. Si la manera es forzando como están haciendo y funciona bienvenido y nos callaremos pero hay dudas porque lo importante es cómo lo vean los votantes, si suma o si confunde.

      • El problema es precisamente ese… que nunca es el momento de que las bases hablen. Jamás es el momento de que nuestros representantes sean elegidos y jamás es el momento de plantearse el mandato imperativo y la revocabilidad de cargos…
        Y así seguimos un día y otro y otro y Moral Santín y sus chorizadas siguen presentes y se apoyan gobiernos contra la opinión de las bases…

        Lástimas que nunca sea el momento de cambiar de modos.

        • Esa es la clave, como dice Alvora. Ya es hora de impulsar un socialismo desde los de abajo. Hay que ser valientes y esa valentía de momento se llama Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero y más gente.

    • Como dice Alvora, esa es la cuestión. Para cuando un socialismo desde abajo. Ese es el reto y es necesario ser valiente para asumirlo. La valentía de momento se llaman Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero y más gente.

    • Esa es la clave, como dice Alvora. Ya es hora de impulsar un socialismo desde los de abajo. Hay que ser valientes y esa valentía de momento se llama Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero y más gente.

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