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“Es el desafío lo que me obliga a probarme una vez más”
Isabel Allende presenta 'El juego de Ripper', un nuevo giro narrativo en la obra de la escritora chilena que la lleva por primera vez al género policial
MADRID// Concebida inicialmente como un proyecto a cuatro manos, en colaboración con su marido, William C. Gordon, Isabel Allende terminó enfrentándose sola a la escritura de El juego de Ripper (Plaza Janés, 2014). Durante una rueda de prensa ofrecida este martes en la Casa de América en Madrid, la escritora ha explicado que a él le dura la concentración «once minutos», escribe en inglés y apenas investiga nada. «El 8 de enero, cuando íbamos a empezar a escribir, él a las 8 de la mañana estaba viendo las noticias mientras yo ya me había puesto a trabajar. Entendí que al final iba a investigar y escribirlo yo pero él se iba a llevar la mitad de los créditos, así que, para eso, preferí hacerlo sola», ha bromeado.
De esta manera, su marido comenzó a escribir por su lado su sexta novela policiaca y Allende emprendió en solitario este camino inexplorado por la autora hasta el momento. Una decisión que tomó a pesar de las dificultades con las que sabía que se iba a encontrar. «Es el desafío lo que me obliga a probarme una vez más. Cuando escribí la trilogía (El águila y el jaguar) y llegué al tercer libro, no podía más. Ya conocía las fórmulas, ya sabía como eran los personajes… No me suponía ningún reto».
El juego de Ripper supone un nuevo giro narrativo en la obra de la escritora chilena, dado que es la primera vez que aborda el género policial. Ambientada en San Francisco, donde Allende reside habitualmente, esta novela preserva la fórmula que los lectores están habituados a encontrar en este tipo de libros, aunque sin dejar de lado su propia forma de concebir el mundo.
«La novela negra, al igual que la rosa, tiene una serie de fórmulas que hay que preservar, porque es lo que el lector espera y se siente frustrado si no las encuentra –ha señalado Allende-. Confían en que la justicia triunfe y en que el villano sea castigado». A pesar de este encorsetamiento inicial, la autora de La casa de los espíritus mantuvo su exigencia de «presentar un relato bien escrito, con una investigación impecable de fondo y con unos personajes muy complejos«, a la vez que no quiso dejar de lado la reflexión que suele encontrarse en todas sus obras sobre las personas más vulnerables.
Para encontrar la inspiración desde la que crear la historia y el aprendizaje sobre cómo debe afrontarse una novela policial, Allende tuvo que buscar diferentes fuentes. El personaje principal, Amanda, y el hilo argumental de relato, los halló en su nieta Andrea. «No tenía ni idea ni de quiénes iban a ser los personajes principales o cuál sería el hilo argumental hasta que no vi a Andrea jugando con un ordenador en la cocina», cuenta. Su nieta le explicó que estaba jugando al Ripper, un juego de ordenador ambientado en el Londres de 1888, muy similar a los juegos de rol, cuyo objetivo es encontrar a Jack el Destripador. «Pregunté a mi nieta si podía ambientarse en San Francisco en el año 2012 y me respondió que sí. Tras jugar un par de vueltas para entender cómo funcionaba, empecé a visualizar toda la historia», recuerda la escritora.
Allende en el cine
Durante la rueda de prensa, la escritora ha comentado que, con cada libro que saca, siempre le preguntan si lo llevará al cine. «Todos mis libros podrían ser películas porque son muy visuales, pero no veo ninguna posibilidad de entenderme con Hollywood», ha aseverado.
Para explicar el porqué de esta contundente afirmación, Allende ha compartido la experiencia que tuvo tras cuatro años de negociaciones con la industria cinematográfica estadounidense, cuando trataban de llevar a la gran pantalla otra de sus novelas, La hija de la fortuna. «Quieren quedarse los derechos para todo; para hacer películas, dibujos animados, televisión… Y también para cualquier tipo de tecnología que exista o esté por existir, en la Tierra y en la Luna». Además, en los contratos que proponen las productoras hollywoodienses, «pretenden, incluso, quedarse con los derechos de los personajes, lo que significa que si yo quisiera volver a utilizarlos en algún otro libro tendría que pagarles a ellos por una creación que es mía». Este es el motivo por el que, en opinión de la autora, «cada vez hay menos autores que se niegan a firmar estos contratos».
Respecto a sus próximos retos, Allende ha revelado que siempre ha querido escribir una novela erótica, aunque no ve probable que termine sucediendo. «Para poder hacerlo tengo que esperar a que se muera mi mamá, que tiene 93 años y es inmortal», ha comentado entre risas. «Y cuando eso suceda yo tendré alrededor de 100 años. No creo que esté en condiciones hormonales para enfrentarme a un libro de esas características», ha concluido.