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El bloque de viviendas La Manuela negociará un alquiler social con Caixabank
Activistas de la Asamblea de Vivienda del distrito centro de Madrid han ocupado un edificio donde se van a alojar 12 familias en los próximos días.
La Manuela, el primer bloque habitacional ocupado por la Asamblea de Vivienda del distrito centro de Madrid para alojar a familias desahuciadas puede tener continuidad si, como esperan sus responsables, se llega a un acuerdo con la propiedad, en este caso Caixabank, para otorgar un alquiler social a sus ocupantes.
En una rueda de prensa celebrada esta mañana, desde la Manuela, el bloque de nueva construcción y abandonado en pleno centro de Madrid, han explicado que el lunes tendrán una reunión con el banco para empezar unas negociaciones que esperan culminen con un alquiler social para las familias.
Hasta el momento, en este “edificio recuperado” y que se abandonó hace cuatro años se va a dar alojamiento a doce familias. Desde la Asamblea de Vivienda critican el hecho de que “un piso que nació de un banco rescatado con dinero público esté vacío”, mientras hay gente que no tiene done vivir.
Sobre un posible desalojo han asegurado que “aunque existe, legalmente, un riesgo, entendemos que es más importante reclamar una justicia social y hablamos de legitimidad. La necesidad está por encima de esto”. “El riesgo de vivir en la calle es mayor que el riesgo de negociar con un banco”.
Finalmente, la Asamblea de Vivienda ha lanzado una amenaza que no suena como tal: “somos miles y vamos a seguir ocupando viviendas vacías”, aunque sus integrantes han matizado que lo harán con aquellas que sean propiedad de entidades bancarias o de grandes promotoras inmobiliarias.
Un bloque de 15 viviendas en cinco plantas
Madera en las escaleras, olor a nuevo, paredes blancas impolutas, cables con un portalámparas y una sombría bombilla. Habitaciones sin muebles, sin vida, recuerdos de una vivienda que anhelaba ser habitada y que nunca se ocupó. Este es el paisaje que se encontraron los miembros de la Asamblea de Vivienda de Madrid Centro cuando entraron en la finca que rebautizaron con el nombre de La Manuela, en homenaje a Manuela Malasaña, la calle que da nombre popularmente al barrio.
Dentro, sus cinco plantas acogen 15 viviendas sin alma que ahora las 12 familias, que se van a mudar de forma inminente, van a recuperar. Las tomas de luz y agua darán en breve tiempo función y energía a las cocinas que ya están semiequipadas, la lavadora tendrá su uso y las cocinas, también blancas impolutas, esperan con ansia distribuir las primeras raciones.
Mientras todo eso llega, los gritos de Sí se puede son, hasta el momento, los primeros moradores que, aunque solo de manera virtual, ya habitan en las paredes de La Manuela.