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Por tu seguridad, lee esto
Las sociedades que garantizan más derechos sociales a sus ciudadanos son las más alejadas de la concepción de la seguridad que se traduce en mayor presencia policial, redadas arbitrarias, cámaras de vigilancia, alarmas y alambradas.
Existen dos tipos de personas: las que se sienten seguras con mayor presencia policial, guardias jurados, redadas arbitrarias, cámaras de vigilancia, alarmas y alambradas; y luego existen las personas a las que ese tipo de despliegues, muy al contrario, les produce una sensación de inseguridad, de amenaza constante. En Reino Unido los policías raramente portan armas. Tampoco en la República de Irlanda, ni en Nueva Zelanda ni en Noruega. La policía de Islandia mató el día 3 de diciembre a una persona, era la primera vez que ocurría desde la creación de ese cuerpo de seguridad, en 1778.
No es casualidad que, en general, las sociedades más cohesionadas, en las que sus ciudadanos disfrutan de más derechos sociales, sean precisamente las más alejadas de la idea de ‘Estado policial’.
El concepto de seguridad que tradicionalmente se ha utilizado en España es, sin embargo, el más reduccionista. Y lo ha sido tanto en política interior como exterior. Consiste en reducirlo todo a una mera actividad policial o militar. Un ejemplo: los programas de armamento en España, según datos de El País, suman 30.000 millones de euros. De hecho, el verano pasado el Gobierno aprobó un crédito extraordinario de más de 877 millones de euros para armamento. El año anterior hizo lo mismo por valor de 1.782 millones. Idéntica mentalidad es la que motiva que el Ministerio del Interior decida gastar 500.000 euros en un camión para lanzar agua a presión sobre manifestantes.
Ese concepto de seguridad es el que lleva a ver la intervención militar o policial como el único recurso para solucionar un conflicto. Por supuesto, entender así las cosas es especialmente beneficioso para cualquier agenda totalitaria, y para las industrias armamentística y petrolera. También es rentable políticamente. Es populismo puro y duro: atrae al electorado con ideas más primarias y esquemáticas.
Va en interés del capitalismo salvaje el que cunda la noción de que el único concepto de seguridad es el militarista o policial. Sin embargo la auténtica seguridad es algo muy distinto. En su obra Una teoría sobre la motivación humana, el psicólogo estadounidense Abraham Maslow concibió en 1943 su famosa ‘pirámide’ en la que clasificó el grado de importancia de las necesidades del ser humano. La seguridad ocupaba la segunda franja (sólo por detrás de necesidades como la respiración, la alimentación, el descanso o el sexo); pero el concepto de seguridad de Maslow se refería a la seguridad física, de empleo, de recursos, moral, familiar, de salud y de propiedad privada.
Nuestro Gobierno, como tantos otros de corte reaccionario y pulsión totalitaria, no duda en aplicar políticas que desprecian un concepto amplio de seguridad: seguridad jurídica, laboral, personal, social, medioambiental… Cuanto más se descuidan estas parcelas de la seguridad, más aumenta la exclusión social y, por tanto, más aumenta la conflictividad y, en algunos casos, la delincuencia. Ése es precisamente el efecto buscado: crear situaciones en las que el recurso a la fuerza (es decir, al concepto de seguridad militarista o policial) parezca la única ‘solución’. Es la forma en la que el ultraliberalismo expresa su pesimismo esencial, su alma represiva, su clasismo intrínseco, su pobre concepto del ser humano y de la dignidad inherente a toda persona.
Lo mismo sucede a escala internacional. Existen miles de medidas preventivas que podrían evitar guerras y actos terroristas. Medidas como disminuir la dependencia de combustibles fósiles, garantizar el acceso al agua potable en los países empobrecidos, fomentar la educación, la redistribución de la riqueza y, en general, mejorar las condiciones de vida de los seres humanos. En lugar de eso, la respuesta internacional pasa o bien por la desidia (desentenderse de conflictos que no afecten a sus intereses económicos) o bien por intervenciones militares que enquistan los problemas y generan mayor inseguridad. Irak es sólo un ejemplo.
En esa óptica se explica que nuestro Gobierno aumente las partidas de gasto en armamento y recorte tanto los fondos para políticas que garanticen la cohesión social, como también el presupuesto destinado a cooperación y desarrollo. La acción humanitaria de España en el exterior lleva un hachazo acumulado de más del 80% desde 2011, señaló en octubre la ONG Ayuda en Acción. Ahora mismo la cifra destinada a cooperación es de 2.000 millones de euros, un tijeretazo del 9,2% respecto al año anterior. Nótese el desequilibrio: 2.000 en cooperación internacional frente a 30.000 millones en armamento. Son vasos comunicantes: cuando se recorta en lo primero se acabará viendo ‘necesario’ aumentar el gasto en lo segundo.
Pero que nadie se llame a engaño: cuando nos dicen que hacen lo que hacen “por nuestra seguridad” en realidad lo hacen por la seguridad (económica) de unos pocos. Porque las auténticas fuerzas de seguridad no son otras que los médicos, los maestros, los trabajadores sociales, los mediadores, los cooperantes… Mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos de nuestro país, y también la de los seres humanos del resto del mundo, no es ya una cuestión de justicia social, de ética ni de altruismo. Es una cuestión de simple inteligencia, de lo que los filósofos llaman ‘egoísmo ilustrado’. No hay que ser una lumbrera ni un santo para darse cuenta de que cuanto mejor vivan nuestros vecinos (desde el más próximo al más lejano) más seguros estaremos nosotros. Pero claro, los que gobiernan no son precisamente lumbreras, ni mucho menos santos.
A más injusticia social, económica, ect., a más recortes, incultura, desigualdad de oportunidades, insensibilidad a los problemas y al sufrimiento de la ciudadanía (nazismo), habrá más delincuencia, y en lugar de remediarla sanando la raiz, mediante las fuerzas represivas, pretenden esconder el problema; pero ¿por cuanto tiempo?.Se necesita ser CORTOS.
no voy a entrar en discursion con ud. Sobre si tiene razon o no. Mi postura es obvia. Simplemente quiero dejarle un enlace de una noticia. Juzgue ud. Mismo, pero me da la impresion que su sistema de seguridad (en el que no participa la Policia), se ha dado de bruces con la realidad, una vez mas.
http://ultimahora.es/mallorca/noticia/sucesos/ultimas/muy-duro-policia-tenga-escoltar-tus-hijos-cada-dia-para-colegio.html
Si todos fuéramos sanos no necesitaríamos médicos, si todos fueramos cultos no ….Muy bueno el articulo, pero comparar derecho anglosajon y su aplicación de las normas con el derecho europeo dice mucho de los conocimientos del autor del articulo., Ah, se me olvidaba, pásese usted por las calles de cualquier país con influencia inglesa, cuente las cámaras de vigilancia (autobuses, calles etc.) y compare las sanciones coercitivas y su aplicación y después cuéntenos donde esta el estado policial.
Jamás en España hubo una transición en la policía como la hubo a nivel político a la muerte del dictador Franco. La policía de la democracia ha estado dirigida por los mismos que perseguían y apaleaban a los que luchaban por esa democracia.
«No hay que ser una lumbrera ni un santo para darse cuenta de que cuanto mejor vivan nuestros vecinos (desde el más próximo al más lejano) más seguros estaremos nosotros.»
La frase es vistosa, pero creo que errónea. Para todos los países latinoamericanos, pocas desdichas han superado a las causadas por la vecindad del próspero EEUU, que convirtió la política y economía de esos países -en especial los centroamericanos- en asunto de seguridad nacional, con las consecuencias que sabemos. Y si echamos la mirada sobre China o Israel, el análisis no cambia mucho.
En cuanto a los españoles, sería interesante preguntar ahora mismo quién considera que nuestra vecindad con los países más prósperos de la UE, y en especial nuestra pertenencia al núcleo del euro, nos ha beneficiado. Más bien, ¿no se están ellos aprovechando de nuestra desgracia, empezando por la contratación de nuestros profesionales más cualificados, una tragedia nacional de incalculables proporciones? Y si la pregunta la hacemos en Grecia, ya ni hablamos…
Por eso, permítame pensar, lamentablemente con algo de cinismo, que quizá eso de que al vecino le vaya bien no es tan deseable como que le vaya mal, pero no tanto como para que nos perjudique.
Creo que no has entendido nada… cuando se refiere al «vecino», el articulista habla de las personas que viven en tu ciudad o en tu país, no a los países con los que compartes frontera. Y efectivamente, si en mi ciudad o en mi país no hay pobreza ni desigualdades sociales, es bastante probable que los índices de delincuencia disminuyan.
No podría estar más de acuerdo con este artículo.
Ni al franquismo/fascismo ni al caciquismo de este país le interesó que la gente se culturizara y se formara integralmente no le fuera a dar por pensar por sí misma y se les acabara el chollo. Había que mantenerla manipulada, superficial y entretenida.
Por si no hubiera bastante con esos dos enemigos de la sociedad posteriormente se les ha unido otro compañero de camino con las mismas intenciones perversas. De vez en cuando se cambia el nombre para despistar pero es el mismo delincuente se llame capitalismo o neoliberalismo o mercados.
La policía, el ejército y la iglesia están para servirles a ellos no al pueblo.
Les pagamos el pueblo pero ellos están a las órdenes de delincuentes
nacionales e internacionales para beneficiar sus intereses en detrimento de los nuestros.
Esto solo podrá cambiar cuando no nos dejemos manipular ni entretener, pensemos por nosotros mismos y empecemos a actuar.
Sin entrar en temas políticos me parece que hay demasiada tontería en ciertos comentarios… Sólo vemos a la polícia en manisfestaciones (y en ningún momento quiero justificar ciertos actos de dicha policia) pero nunca nos muestran a esa misma policia cuando socorre algún ciudadano en su casa, ayuda con la extinción de incendios, y en otro tipo de tareas las cuales parece que no interesan a populismo…. Por que claro todos sabemos que vende más ver a un policia pegando (que vuelvo a reiterar que no lo justifico) que no ayudando al ciudadano… Como bien decía mi madre «nunca dejes que los árboles te impidan ver el bosque…»
SOLO NECESITAN SEGURIDAD LOS QUE TIENEN MIEDO Y EL QUE TIENE MIEDO ES POR ALGÚN MOTIVO. A MI ME DA MIEDO LA POLICÍA Y LOS QUE MANDAN EN LA POLICÍA. EL RESTO DE PERSONAS NORMALES, NO ME DAN MIEDO.
Buenas noches,
Tras leer tu artículo desde mi móvil, me recordé de una larga conversación que tuve unos días atrás ¿dónde están esos médicos, profesores, filósofos, etc.? Su lugar es uno de los más importantes de una sociedad y cada vez están más «alejados y atrapados».
Como en alguna película posiblemente revolucionaria, por ejemplo Juegos del hambre, un sistema militarizado con un pueblo sumiso para mantener a «4 gatos» bien cómodos en sus altares.
Quizás deberíamos de abrir los ojos para asustarlos, aunque quizás, asustados ya están según demuestran sus última inversiones en armamento y nuevas leyes en contra de reuniones en la calle, o maquinaria pesada para disturbios.
Sigue escribiendo.
Un saludo de un ciudadano más, con muchas ganas de iniciar un gran cambio.
Y está claro que los que votan a esos «lumbreras» tampoco les superan en zona gris, ojála que renazca la virtud por saber, por la cultura, ésto inevitablemente hará gentes más sabias, difíciles de sobornar, tanto en el aspecto económico como intelectual, y que hubiese la querencia natural por conocer la verdad y preocuparse por el bienestar común (y no el individual), aunque eso se sitúe en la ciudad invisible de la utopía
Me parece que el autor del texto poco ha estado tanto en Inglaterra como Irlanda para decir tan alegremente que no portan apenas armas.
Relacionada:
https://www.lamarea.com/2013/11/20/seguridad/