Internacional | Opinión
Rusia, el país de “los tres vladimires”
El Estado Islámico reaparece atacando a Rusia. Adrián Tarín analiza el porqué de este atentado masivo, la reacción del Kremlin y sus posibles consecuencias.
Pertrechados con armas de fuego, cuchillos y cócteles molotov, varios terroristas asesinaron a más de 140 personas el pasado 22 de marzo en el enorme complejo comercial Crocus City, situado a las afueras de Moscú. Los atacantes incendiaron parte del edificio y se dieron a la fuga. Horas más tarde, el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) se atribuyó la autoría, desconcertando a la opinión pública. ¿Por qué se produjo el atentado? ¿Debería sorprendernos?
Rusia, el objetivo antológico
La memoria histórica es un proyecto político del presente que se ancla en el pasado. Un relato sobre lo que ocurrió, y que sirve para respaldar nuestras identidades y decisiones. Como no podía ser de otra forma, los grupos yihadistas también trabajan de forma permanente en la construcción de un discurso que, con la legitimidad que otorga la historia, justifique sus dogmas. Entre ellos, que el ruso étnico (russkiy) es un enemigo del islam.
Este mantra se sostiene en acontecimientos convenientemente interpretados como agravios a la comunidad musulmana (umma): la colonización zarista del Cáucaso en el siglo XIX, el ateísmo soviético y las guerras de Chechenia de 1994 y 1999. Estos y otros sucesos son leídos como la demostración de una hostilidad naturalmente rusa, que no depende de coyunturas, y de la que es legítimo defenderse. Un chascarrillo habitual entre los yihadistas norcaucásicos, y que ilustra a la perfección esta pretendida continuidad histórica, es hablar de Rusia como el país de «los tres vladimires»: el Príncipe Vladímir, evangelizador del Rus de Kíev; Lenin, dirigente del bolchevismo herético; y Putin, colonizador contemporáneo del Cáucaso Norte.
No obstante, este relato contado en clave regional corre el riesgo de ser efectivo solo entre los musulmanes rusos, los compatriotas (rossiyane), pero no en el resto. Por ello, también interpela a quienes viven más allá de las «fronteras imperiales», recordando la épica de los muyahidín modernos. Aquellos «barbudos» que en el Afganistán de los 70 combatieron en nombre de Alá, lo hicieron contra el ejército soviético. Fue una guerra fundadora, mitificada y fetiche, cuyo éxito es ejemplarizante. Una brújula. Les muestra el camino –la lucha– y los obstáculos –lo que encarna Rusia: ateísmo, cristiandad, idolatría, perversión–.
Este acervo no serviría de nada si no se proyectase en la actualidad. Además del férreo control que Ramzán Kadírov y compañía ejercen vicariamente en el Cáucaso, los yihadistas pueden reprochar al Kremlin su cercanía al chiísmo, considerado por ISIS como apóstata. De este modo, la intervención rusa durante la última guerra en Siria o su alianza con Irán son el combustible que mantiene viva la vieja llama de la enemistad.
La ventana ucraniana
El 25 de marzo, Vladímir Putin compareció ante los medios para, por primera vez, aceptar la participación de «extremistas islámicos» en el atentado de Crocus City. Tardó cuatro días en admitir lo que todos sabíamos. Durante este tiempo, ISIS, con una inaudita e insistente actitud, añadió a su comunicado inicial fotografías y vídeos de los perpetradores. Con todo, el presidente ruso matizó su intervención. Si bien no le quedaba más remedio que reconocer «la mano yihadista», sembró dudas de la autoría intelectual. Su indicio es que los terroristas fueron detenidos escapando a Kíev.
No es la primera vez que se relaciona a Ucrania con el islamismo. Coordinados con el ejército ucraniano combaten brigadas voluntarias, entre las que se encuentra el batallón del jeque Mansour, compuesto fundamentalmente por chechenos. Esta unidad tiene un origen nacionalista, secular, y huye de la retórica salafí, lo que no impide que haya integrado a veteranos yihadistas. Este es el caso de Rustam Azhiev. Pero Azhiev –o Abdul Hakim al-Shishani, como también se le conoce– no perteneció nunca a ISIS; al contrario, lo combatió durante su paso por Siria militando en Ajnad al-Kavkaz, una guerrilla cercana a Al-Qaeda. Quien sí juró lealtad al Califato fue Baurzhan Kultanov, que relató al digital Meduza cómo el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) le reclutó para, a cambio de una reducción de condena, infiltrarse entre los chechenos que combaten por Kíev.
De este modo, la presencia de yihadistas en Ucrania no es descabellada. En un informe de enero de 2024, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas reconoció la preocupación de algunos Estados miembro ante la posibilidad de que ISIS estuviese utilizando este país como puerta a Europa. Sin embargo, nada de esto prueba la complicidad insinuada por Putin. Es tan desgraciadamente frecuente, que no aportaría mucho listar los países utilizados como lugares de paso por los yihadistas, sin que exista connivencia o dirección de sus gobiernos. La explicación de Moscú es débil, además, por otras razones: se basa en confesiones obtenidas bajo tortura, e inventa que ningún musulmán cometería tal masacre en Ramadán, omitiendo que ISIS argumenta cada año que atacar a los enemigos del islam durante el mes sagrado resulta una victoria segura.
El último dato que aleja de la verdad la hipotética conspiración entre ISIS y la administración ucraniana lo dio el 26 de marzo el presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko. Según su versión, los terroristas fueron interceptados camino a Ucrania, sí, pero tras intentar, infructuosamente, refugiarse en Minsk.
El «marco de la guerra» y los retos del futuro
Siendo así, ¿por qué Putin culpabiliza a Kíev del atentado? La respuesta más sencilla es porque puede. Su triunfo electoral del 17 de marzo demuestra la incontestable adhesión del pueblo ruso a su figura, por lo que realmente no necesita fabricar (más) conspiraciones para justificar la guerra. Sí, tal vez, para profundizar su política ultraderechista, poniendo sobre la mesa la legalización de la pena de muerte, o encajar otra movilización general al frente. Incluso quizá todo sea más simple, y ya no puede escapar del paranoico «marco de la guerra» que ha construido, y que machaconamente repite su sistema neopatrimonial de medios de comunicación: la supervivencia de la nación rusa está en permanente peligro. De paso, la teoría de la confabulación evita admitir los fallos de seguridad cometidos, evidentes tras desoír las advertencias de las embajadas occidentales.
Sea cual fuere la razón, Rusia tiene problemas más importantes que resolver que las urgentes hostilidades –a veces reales, a veces imaginarias– de Occidente. Desde hace años, millones de inmigrantes procedentes de Asia Central habitan las periferias de las grandes ciudades rusas, trabajando en condiciones deplorables y recibiendo odio xenófobo. Las etnografías del radicalismo son claras al respecto, y señalan el desarraigo, el racismo o la sensación de injusticia como factores que empujan al extremismo. Las barreras a la inclusión generan repliegues, guetos, búsquedas de lazos identitarios con otros migrantes, que a veces se expresan religiosamente. Precisamente, la rama de ISIS que ejecutó el ataque del Crocus City fue el Estado Islámico del Gran Jorasán (ISIS-K), que incluye territorios de Asia Central y meridional. Sus ejecutores fueron, por cierto, trabajadores originarios de esta región.
Y todo ello sin olvidar que, aunque con menor capacidad operativa, también existen filiales de ISIS y otras organizaciones yihadistas en el Cáucaso Norte, donde la represión y las condiciones de vida tampoco son halagüeñas. En la prevención del terrorismo, la desigualdad socioeconómica y las guerras son peores compañeras que la realpolitik.
*Adrián Tarín Sanz es doctor en Comunicación y autor de ‘La yihad en Rusia’ (Icaria Ed.). Actualmente es investigador del Departamento de Comunicación y Educación de la Universidad Loyola de Andalucía.
COSAS QUE NO QUIEREN QUE SEPAS DE AL-QAEDA
Los Estados Unidos han apoyado a Al Qaeda y a sus organizaciones afiliadas durante casi medio siglo…
La CIA creó campos de entrenamiento para al-Qaeda en Pakistán…
Desde la época de la Administración Reagan, Washington ha apoyado a la red terrorista islámica. …
Los EE.UU. suministraron armas a las brigadas islámicas. Todo era para “una buena causa”…
-Los libros de texto yihadistas fueron publicados por la Universidad de Nebraska.
Osama bin Laden, fundador de Al Qaeda y hombre más odiado de Estados Unidos, fue reclutado por la CIA en 1979 al comienzo mismo de la guerra yihadista de Afganistán contra la Unión Soviética….
El Estado Islámico o ISIS era originalmente una entidad afiliada a Al-Qaeda, creada por la inteligencia de Estados Unidos con el apoyo del MI6 Británico, el Mossad Israelí, los servicios de Inteligencia de Pakistán y la Presidencia General de Inteligencia de Arabia Saudita…
Las brigadas de ISIS han estado involucradas en el apoyo a la insurgencia que los EE.UU. y la OTAN han dirigido contra el gobierno sirio de Bashar al Assad durante la guerra civil de Siria….
Hay miembros de las fuerzas especiales occidentales y agentes de inteligencia occidentales dentro de las filas de ISIS….
Especialistas militares occidentales contratados por el Pentágono han entrenado a los terroristas en el uso de armas químicas….
– Las brutales decapitaciones realizadas por los terroristas de ISIS, forman parte de los programas de entrenamiento patrocinados por la CIA en campos de Arabia Saudita y Qatar y cuyo objetivo es causar pavor y conmoción….
Muchos de los criminales reclutados por ISIS, son presidiarios condenados liberados de las cárceles de Arabia Saudita, país aliado de Occidente. Entre ellos se encuentran ciudadanos Saudíes condenados a muerte que fueron reclutados para unirse a las brigadas terroristas….
Combatientes yihadistas se han reunido regularmente con oficiales de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI), así como con el primer ministro Netanyahu.
El alto mando de las FDI reconoce tácitamente que: “elementos de la jihad global dentro de Siria, miembros de ISIS y Al Nusrah, son ??apoyados por Israel”….
Los soldados de ISIS dentro de Siria, trabajan a las órdenes de la alianza militar occidental. Su mandato tácito es causar estragos y destrucción en Siria e Irak…
Los bombardeos estadounidenses y aliados no están apuntando a ISIS, sino que tienen el objetivo de bombardear la infraestructura económica de Irak y Siria, incluyendo sus fábricas y refinerías de petróleo….
La Guerra Global contra el Terrorismo” se presenta de cara a la opinión pública como un “choque de civilizaciones”, una guerra entre los valores y las religiones, cuando en realidad se trata de una guerra de conquista, guiada por objetivos estratégicos y económicos….
Brigadas terroristas de Al-Qaeda, patrocinadas secretamente por las agencias de inteligencia occidentales, se han desplegado ya en Malí, Níger, Nigeria, la República Centroafricana, Somalia y Yemen para llevar el caos a esos países y justificar una intervención militar occidental….
Boko Haram en Nigeria, Al Shabab en Somalia, el Grupo de Combate Islámico de Libia, (apoyado por la OTAN en 2011), Al Qaeda en el Magreb Islámico y Jemaah Islamiya en Indonesia, entre otros, son grupos afiliados a al-Qaeda que son secretamente apoyados por la inteligencia occidental….
La campaña “antiterrorista” contra el Estado islámico ha contribuido a la demonización de los musulmanes, que a ojos de la opinión pública occidental se asocian cada vez más con los yihadistas, sentando así las bases para un choque de religiones y civilizaciones.
Cualquiera que se atreva a cuestionar la validez de la “Guerra Global contra el Terrorismo” es calificado de terrorista y se ve sometido a las leyes anti-terroristas.
Se establece con ello, un primer instrumento para perseguir a cualquier tipo de disidente ideológico, asociándolo con el terrorismo.
Esta herramienta, podrá ser extendida posteriormente a cualquier otro tipo de disidencia ideológica.
valores “pacíficos y democráticos” del mundo occidental.
Se ha creado un enemigo que puede aparecer y actuar en cualquier momento, como un fantasma con el que asustar a la población cuando más convenga y empujarla a aceptar cualquier tipo de política represiva de las libertades y cualquier tipo de acción militarista al servicio de los grandes poderes occidentales.
Y por lo visto, este drama, no ha hecho más que empezar…
https://insurgente.org/la-creacion-occidental-llamada-estado-islamico-asume-el-atentado-con-decenas-de-muertos-en-moscu/
El ISIS se atribuyo el atentado dr Moscu, pero, los terroristas que lo efectuaron no ersn del ISIS. No es la primera vez que los de ISIS se atribuyen atentados, lo hacen con fines propagandisticos, para infundir terror. Los terroristas de Moscu eran islamistas fanaticos, pero actuaron por dinero , no por conviccion religiosa fundamentalista , como lo hacen siempre los de ISIS, y este dinero y las armas les fueron provistos por la CIA, en
combinacion con los gobiernos de USA y Ucrania.
Que los terroristas odien a los rusos, puede ser, pues, los cientos de miles de imigrantes del Asia Central que han emigrado a Rusia, estan sometidos a mucha xenofobia y discriminacion. Por ejemplo, ese Navalny era un xenofobo y anti asiatico de antologia, el tipo predicaba en canales de TV que habia que liquidar a todos los imigrantes del Asia Central. Siguiendole a el hay en Rusia grupos neo nazis que han matado a imigrantes, y el propio gobierno recomienda a los estudiantes extranjeros que no salgan solos de noche.
Pero, no es cierto que el gobierno ruso sea anti islamista, eso es falso, como prueba: la mezquita mas lujosa y una de las mas grandes del mundo, esta en Kazan y la practica del islamismo esta permitida en Rusia.
El Estado Islámico, Isis o Daesh fue creado por la CIA, el Mossad y el MI6 para reventar a Siria.
El profesor Michel Chossudovsky, economista canadiense y director del Centro de Investigación sobre la Globalización en Montreal ha recopilado 24 verdades que los gobiernos occidentales no quieren que la población conozca acerca del Isis (o Estado Islámico) y Al Qaeda.
Como es posible que sigan el juego de los EEUU encaminado a crear un estado mundial policial? . Pasando por la destrucción de pueblos, culturas ancestrales y restos de antiguas civilizaciones. La barbarie en su máxima dimensión.
(La creación occidental llamada Estado Islámico asume el atentado con decenas de muertos en Moscú. Insurgente.org)
Alimentando la rusofobia.
Vulneración diaria de derechos básicos.
El 11 de abril se celebrará el juicio contra el socio del Athletic Club de Bilbo, Asier Herranz y varios aficionados rojiblancos que en octubre 2022 apoyaron a Herranz cuando fue expulsado del estadio San Mamés por llevar la bandera de la República Popular de Donetsk enseña que había estado presente en las gradas de dicho estadio desde 2014.
«Mientras la bandera de Ucrania no tiene problemas para entrar en los estadios a mí se me piden 3.000€ y seis meses sin entrar en recintos deportivos por llevar la bandera de una República cuyo pueblo reclama y ejerce su autodeterminación».
La directiva de dicho club también le sancionó a él y a otros socios en febrero 2022 a 800€ de multa y dos años sin entrar en el estadio por llevar una pancarta en apoyo al periodista Pablo González Yagüe.
La expulsión de Asier Herranz del estadio de San Mamés en octubre 2022 fue aplaudida y jaleada por periodistas deportivos de varios medios de comunicación.
(Tercera Información)
Sucedió en Bilbo, Euskadi es un pueblo abierto y progre. Esto cada día me recuerda más a la dictadura que yo viví.
Doy la voz de alarma a lxs despreocupados, a lxs desinformados, a lxs manipulados:
No os creáis que ésto es una democracia.
Nos dirigimos de nuevo y velozmente a la dictadura.
Gracias Asier por tu ejemplo. Estoy contigo.p