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Mi blog: Activismo por la racionalidad

En este segundo artículo recojo sucintamente los motivos que me han llevado a poner en marcha este blog, y la forma en que pienso mantenerlo. Hacia el final, menciono alguno de los temas que desarrollaré en los próximos meses.

Para mí, este blog es una herramienta más en la lucha del pensamiento crítico contra la ceguera del dogma. Este activismo por la racionalidad puede parecer a primera vista políticamente neutro, pero tiene una considerable carga social. De hecho, muchas personas pensamos que la actitud racional y el pensamiento crítico son herramientas cruciales para afirmar y reivindicar los Derechos Humanos.

Un ejemplo clásico de trabajo por la libertad y por la razón es el del pedagogo libertario Francisco Ferrer Guardia y su Escuela Moderna. La Escuela Moderna, que buscaba una «enseñanza científica y racional», era mixta, secular y anticlerical. Tal era su relevancia política que Francisco Ferrer acabó siendo ejecutado como sedicioso por su supuesta instigación de la Semana Trágica (quizá sea el momento de aclarar que ese no es el objetivo de este blog).

Desde otro punto de vista, parte de mi motivación nace de mi responsabilidad social como científico. Tras haber recibido una educación superior en el sistema público, me parece que lo moralmente correcto es sacarle todo el partido que pueda a esa educación para contribuir a mejorar la sociedad.

Escuela_Moderna

Este blog buscará divulgar ciencia -incluyendo comentar y recomendar lecturas, denunciar las seudociencias y escribir, desde dentro del entorno académico, sobre modelos de publicación, polémicas, juegos de poder y recortes. Para ello planeo apoyarme ocasionalmente en entrevistas, sitios externos, bibliografía y colaboraciones con otros científicos.

Vale, ciencia y seudociencia, pero ¿qué pienso contar? En la fase de presentación, haré un resumen de mi trabajo y hablaré del «agua imantada» que dará título al blog. Más adelante, entre los fenómenos seudocientíficos a tratar se incluirán los mal llamados «chemtrails», algunos aspectos de la agricultura biodinámica, y la homeopatía. (Vaya, todavía no he empezado y ya me estoy cultivando un montón de animadversiones). En cuanto a la ciencia, seguramente más o menos la mitad de lo que cuente esté relacionado con la mecánica cuántica, y en particular con la computación cuántica, que es uno de mis temas favoritos. El resto será una mezcla de física, química y biología molecular. En cuanto a la parte académica, habrá crítica y también habrá reflexiones sobre el doctorado desde mi punto de vista, que está marcado por haber pasado por esa etapa hace 10-15 años y por haber colaborado en la
supervisión de varios doctorandos desde entonces.

O al menos ese es el plan inicial. Como pretendo que esto sea un acto de comunicación, estoy abierto a sugerencias, peticiones, comentarios y correcciones.

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Comentarios
  1. Hola Álex,
    También quedo a la espera de leerte. Ahora, hay una cosa que me inquieta: últimamente veo por todas partes estos ataques a la pseudociencia. Ok. Pero no veo nada de cuestionamiento de la ciencia en sí, es decir, de epistemología. Para qué sirve en las circunstancias actuales, a quién beneficia, etc. Creo que, sin caer en oscurantismos religiosos, en un mundo con semejante desigualdad de poder, debería cuestionarse el dogma contemporáneo de que la ciencia y tecnología son útiles para la sociedad per se, algo que no veo en todas estas odas a la ciencia que hacen páginas como Materia, menéame, etc. Está claro que la ciencia en teoría no es buena ni mala, es un método, una herramienta (por cierto, también lo hay en las algunas sociales, que parece que no existen). ¿Pero no es un error epistemológico aislar la herramienta de su contexto? Porque si ese método está al servicio del poder ilegítimo(grandes corporaciones o gobiernos levemente democráticos) ¿no habría que ser un poco más humildes en tanta defensa de las bondades de la ciencia? Porque quizá dicho cuestionamiento a lo mejor permitiría una investigación de productos y tecnologías más «democráticas» o «revolucionarias» (estoy pensando, por ejemplo, en la diferencia entre investigar energía solar o nuclear de fusión por ejemplo, por quién es más fácil que sea propietario de la tecnología y el poder que otorga en último término. Vaya, que creo que la ciencia debería cuestionarse a sí misma antes que nada. Creo y espero que se haga internamente, pero luego de cara a la sociedad siempre se prefiere dar la imagen de salvadores. Por otra parte, pareciera que la ciencia es lo único a lo que se le otorga credibilidad hoy, despreciando lo que no es experimental. ¿Dónde queda la filosofía? ¿No crees que hay peligro de que la ciencia sin filosofía se vuelva dogmática? Recordemos que los totalitarismos del siglo XX apelaban a la ciencia para crear verdades absolutas, precisamente por haber olvidado el principio básico de que la ciencia es un constante auto-cuestionamiento. No sé, a veces pienso que la gente se entretiene con tanto debate sobre pseudociencia, o se habla tan bien de todos los nuevos descubrimientos que la mayoría no puede pagar, y se elude la impotantísima cuestión de a quién sirven los científicos en el escenario actual o en el futuro. Saludos y ánimo con el blog.
    Jorge

    • Sin duda, la autocrítica es fundamental. A eso iba con lo de «escribir, desde dentro del entorno académico, sobre modelos de publicación, polémicas, juegos de poder y recortes». Pero eso se queda corto, claro.
      También habrá que tocar, y no una sino repetidas veces, la relación entre ciencia, tecnología y sociedad.
      ¿Para qué, para quién y para quienes investigamos? ¿A quién perjudica y a quién beneficia el trabajo científico / académico?
      De filosofía y de disciplinas sociales podré escribir muy poco, porque no me sentiré cómodo escribiendo sobre lo que no conozco bien, pero hasta donde llegué escribiré. Agradezco la sugerencia, que para eso las he pedido 🙂

      • Muchas gracias Álex por tu amable respuesta. Si te interesa, justo hoy estaba leyendo un texto en la línea de lo que decía, sobre las ideas de la filósofa María Zambrano. Sin caer en la defensa de la religión, critica “el absolutismo racionalista que de alguna manera mata a la historia, la detiene, porque realiza la abstracción del tiempo. Situado entre verdades definitivas, el hombre deja de sentir el paso del tiempo y su constante destrucción. Categorías racionales que suplantan a la vida, que es constante apertura: la seguridad que nos otorga el sentirnos situados en un relato histórico fundamentado en «grandes verdades» que le dan sentido a los hechos, impide ver que somos seres contingentes, tanto como lo es el tiempo humano.» En este artículo, las páginas que van desde la pág. 31 a la 57 creo que son una joya para introducir este debate,que muy pocas veces podemos tener por la gran compartimentación de las disciplinas hoy (probablemente tú pases mucho tiempo con gente de ciencias y yo demasiado con gente de letras) http://www.uca.edu.sv/facultad/chn/c1170/Las%20ideas%20politicas%20en%20Maria%20Zambrano.pdf Si te interesa, estaré encantado de saber tu opinión y seguir debatiendo. Jorge Gaupp

        • Gracias a ti por enriquecer el diálogo aportando bibliografía. Lo cierto es que eliminé un párrafo de este artículo, con idea de expandirlo como texto completo, y llevaba el título provisional «Ciencia, ¿para qué?». Leeré el artículo que enlazas e intentaré aprovecharlo para desarrollar el tema próximamente. ¡Gracias otra vez!

    • En el mismo sentido, creo que tenemos un sesgo de publicación muy importante en la ciencia moderna, y especialmente en mi ámbito científico, la psicología. Y no sólo lo creo, hasy revisiones científicas que lo avalan.
      Vamos, que los resultados «negativos» (comprobación de la hipótesis nula y rechazo de la hipótesis alternativa) son muy difíciles de publicar y se viven incluso como un fracaso, con lo que tendemos a sobrevalorar, en un fenómeno determinado, la aparición de diferencias, si atendemos a la literatura científica al respecto y a sus revisiones y meta-análisis.
      Y esto es muy grave, por ejemplo, en ámbitos por ejemplo de tratamientos de salud.
      En cualquier caso, el debate desde el conocimiento científico y sobre el conocimiento científico son muy importantes.

      • Ciertamente, el problema del sesgo de publicación es notable. También habrá que tratar el tema, cuando le llegue el turno.

  2. Álex,
    Qyedo a la espera de que vayas desarrollando nuevos textos.
    Seguro que tendremos nteresantes debates que, desde la razón y la emoción, seguro que serán productivos y enriquecedores.
    No olvidemos que la emoción es clave en la toma de decisiones. Te invito, al respecto, a leer algo de Antonio Damasio y su hipótesis del marcador somático.
    Un abrazo, compañero

    • Tu comentario me ha hecho pensar (¡gracias!).

      Ciertamente la emoción nos guía, al menos en parte, y eso no es necesariamente malo (la emoción es humana, y muchas emociones son de lo mejor de la vida).

      Creo que cuando defiendo la razón no es frente a la emoción sincera, sino frente a la creencia, que tan frecuentemente se disfraza de conocimiento.

      En otro orden de cosas, me miraré lo del marcador somático.

      • Seguro que podremos seguir razonando y emocionándonos juntos, siquiera a través de la fibra óptica.
        ¡UN ssaludo!

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