"Hay que combatir al sistema para cambiarlo"

SANT CUGAT // Sònia Carmona ha dedicado la mayor parte de su vida a expresar su creatividad. Como locutora de radio, música, rapsoda e incluso en anuncios en televisión. Fue la niña a quien le salían amigos por todas partes cuando sacaba sus donettes, puso voz a la miscelánea de notas y versos del programa “Amb D de DO”, en Ràdio 4, y trazó guiones en Rac1, Radio Sant Cugat o la misma Ràdio 4. A finales del 2010, un agresivo cáncer de huesos trató de frenar su camino. No lo logró, pero le dejó secuelas en una pierna que le impiden desplazarse con normalidad. La crisis la ha dejado sin la incapacidad laboral, y lucha con 400 euros al mes para que a su hijo Marc no le falte de nada.

Poco antes de enfermar, había aprobado las oposiciones y conseguido una plaza de locutora en IcatFM. “Todo era idílico”, rememora desde un banco cercano a la estación de Sant Cugat, mientras Marc juega a ser Mogli en el parque infantil. “Y de golpe fue como si me sacaran de allí de la noche al día, lo viví como si el suelo se esfumase, y tuviese que aprender a volar con cero recursos. Una sensación al límite, como la de caer por un precipicio”.

Varios meses de quimioterapia acabaron con las células rebeldes, pero le quedó una osteonecrosis de grado 4 en una pierna. La sangre no llega fluida a los huesos, y eso le impide caminar trayectos largos, conducir o subir y bajar escaleras. “Los médicos quisieron que siguiera de baja durante 18 meses, pero pasado este tiempo tenía que decidir un tribunal”. La doctora que la atendió le aseguró que su lesión era sin duda causa de baja, pero se la denegaron. “Me dejaron caer que si no estuviésemos en crisis me la hubieran otorgado. Eso te hace creer que la justicia la hacen unos pocos”, lamenta.

Argumentó el tribunal que al ser la radio su profesión habitual no necesitaba caminar. “¿Pero cómo llego yo a este local a hacer radio? Caminar, puedo caminar poco rato, en coche no puedo conducir, ni subir y bajar escaleras para coger el metro”, explica. “Y lo más importante, ¿quién me asegura a mí que voy a encontrar trabajo en la radio?”. Perdió su plaza de locutora y su nombre ha quedado relegado en las listas.

“Trabajadores de la Seguridad Social me han llegado a decir que cogiese un trabajo y al día siguiente me pusiese de baja”, asegura. Pero ni se lo plantea: “Pienso que no es honesto. Creo que el sistema se cambia si eres combativo con este sistema, no si te acoplas y mientes como los demás”.

El cáncer dejó mermado su cuerpo, pero no pudo con sus ganas y energía. Está escribiendo un libro sobre la sanación, “que para mí ha sido todo un proceso de aventura que quiero compartir”, y ha recuperado antiguos proyectos artísticos que había dejado apartados. “La radio me enamora, pero mi pasión es la música”, confiesa. “Cuando he estado encima de un escenario es cuando me he sentido realmente libre”. Volverá a sentirlo el 7 de octubre en Besalú (Girona), donde junto a la cantante de Delafé y las flores azules, Helena Miquel, recitará poesía en el espectáculo “El beso a Klimt”.

“Económicamente la gente está jodida, pero me están ayudando mucho a crearme nuevas estructuras posibles”. Ha tenido que dejar su piso, que ya no puede pagar, y lanzarse a buscar una habitación para los dos. Pero a pesar de las dificultades sigue creando: “Creo que el mundo como está ahora lo cambiaremos si creamos. Es como un castillo que se ha venido abajo. Los jóvenes de hoy en día miramos estas piedras y ya estamos pensando cómo construir un edificio nuevo”.